Justicia, Paz, Integridad<br /> de la Creación
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Llamado a los Ruandeses: ¡Unirse, movilizarse y organizarse por un futuro democrático!

Baltimore 22.05.2014 Dr. Théogène Rudasingwa Traducido por: P. Pedro Percy, Mccj Este llamado – de Théogène Rudasingwa,  uno de los cuatro antiguos miembros del Gabinete de Kagamé y uno de los condenados à 24 años de prisión- expresa el sentimiento profundo de demasiados ruandeses cómo para no ser escuchado; aunque no todas las ideas que se expresan en este llamado reflejen necesariamente las de los responsables de esta Newsletter.

Ruandeses: nosotros sabemos cuántos sufrimientos hemos soportado. Sobre cada colina, vivimos en el miedo, la cólera, la suspicacia y la incertidumbre de lo que el futuro nos depara. Estamos en prisión en Ruanda, lo estamos en Arusha et aún siendo libres, no podemos regresar a nuestro país como hombres libres. Como refugiados nos rechazan en todas partes, obligados al silencio por el miedo a la persecución, blancos de asesinato por todos lados. Estamos en la selva de de la República Democrática del Congo conduciendo una guerra interminable que arrasa la vida de jóvenes, ruandeses y congoleños, a fin que un dictador pueda sobrevivir por largo tiempo. Siendo pobres estamos obligados a pagar al llamado Fondo de Desarrollo Agaciro, a un dictador que roba y mata a los ruandeses. Nosotros aplaudimos al dictador cuando él está presente, pero en su ausencia, o secretamente en nuestros corazones, le deseamos la muerte. Somos humillados y vivimos como ciudadanos de segunda clase en el país que nos pertenece.

Ya hay demasiadas injusticias y sufrimientos humanos entre los ruandeses: la mies del cambio está madura. En la vida, nada se logra a un bajo precio. Se necesitan nueve meses de embarazo, arduo labor y toda una vida para dar a luz y criar un verdadero ser humano. Las revoluciones son todavía más costosas: lo primero es el compromiso. Les ha costado mucho compromiso a los reyes de Ruanda para reinar durante siglos en el país y a la colonización belga para dominar Ruanda durante decenios. El MDR ha necesitado un fuerte compromiso para emprender y lograr la revolución de 1959 y a los golpistas de 1973 para colocar al régimen MRND en el poder y mantenerlo hasta 1994. Han necesitado compromiso y sacrificios los del FPR para llevar y ganar la guerra de 1994.

¿Qué grado de compromiso tenemos nosotros para ganar la misión de unir a todos los ruandeses y de curar sus heridas por un futuro democrático? Todos los ruandeses quieren este cambio, lo quieren de inmediato, de una manera rápida pero poco costosa y pasan un buen tiempo en internet y las redes sociales (social network) intercambiando discurso entre sí e incluso con el régimen de Kigali. Muchos de nosotros no somos ni fríos ni calientes. Tenemos un pie en la revolución y el otro en el régimen que nos acosa. Estamos dispersos  en organizaciones que son débiles y susceptibles de ser manipuladas, intimidadas o compradas por el régimen. Los Hutus, marginados, sueñan que un día, como por arte de magia, su número hará el milagro. Los Tutsis, rehenes de Kagame, creen equivocadamente que él les representa, se niegan a lo que es evidente, pensando que el monopolio del ejército, de los servicios secretos, del gobierno y del dinero mantendrá al régimen en el poder por siempre. Mientras que el régimen de Kagame está en su punto más débil desde 1994, con poca legitimidad en Ruanda y cada vez más aislado en el extranjero. Es entonces el momento de movilizarse, de organizarse y de acortar la agonía y el sufrimiento de nuestro pueblo. Es nuestro deber afrontar y extirpar los siete demonios que son obstáculo a nuestro compromiso para que termine el régimen brutal de Kagame.

1.- El miedo, es el arma más poderosa que Kagame y sus colaboradores mantienen. El día que los ruandeses logren vencer el miedo, el régimen se derrumbará.

2.- La dilación, que nos hace caer en la trampa del “se hará mañana”; nosotros sabemos que hacer y cómo hacerlo y cada día que dejamos pasar aplazando para mañana  lo que se puede hacer hoy, es otro día que se vive en la miseria.

3.- La negación y la decepción de gente que cree todavía que en Ruanda se puede restaurar la monarquía o los regímenes del pasado (MDR – PARMEHUTU y MRND) o prolongar el FPR para siempre.  El pasado es pasado y definitivamente. Más vale sacar lecciones para cambiar el presente y reinventar el futuro: dejemos atrás el pasado malo que hemos compartido y apoyémonos sobre los aspectos positivos de nuestra historia.

4.- El egoísmo y la codicia de los ruandeses –somos egoístas, sobretodo la élite-, quienes tenemos la tendencia a pensar que el mundo debe girar alrededor de nosotros y de nuestras familias. En nuestro propio país, somos invitados a “venir a ver” como visitantes o extranjeros al nuevo “Ruanda donde mana la leche y la miel”. Sobre todo entre los Hutus, nos hemos convertido en la generación del “vengan a ver”. ¿Qué, nuestra propiedad? Si nos arrodillamos, ¿nos darán lo que ya nos pertenece? ¿Qué lección enseñamos a nuestros niños, que deben doblar el cuello nada más que para recibir un empleo o la comida? El Agaciro, ¡no tiene valor!

5.- La mentalidad de “Ellos lo harán por nosotros”, puesto que los belgas y los franceses lo han hecho por los Hutus, los americanos y los británicos por los Tutsis, dicen los unos y los otros. La verdad es que belgas, franceses, americanos y británicos vigilan y pelean por sus intereses. Los ruandeses debemos de cuidar nuestro futuro, ya que ninguno lo hará en nuestro lugar. Para tener amigos que apoyen nuestra causa, debemos probar que merecemos su ayuda y saber hacer buen uso de ella.

6.- La mentalidad de “Nosotros contra ellos”; puesto que Ruanda es realmente preciosa a nuestros ojos queremos que sea solo para nosotros: los otros se convierten en enemigos, en un problema, aquellos que han matado “mi” pueblo. Los otros son inyangarwanda, los antipatriotas que detestan Ruanda. Quien esté libre de pecado que tire la primera piedra. ¿Los reyes? ¿El MDR-PARMEHUTU? ¿El MRND? ¿El FPR? ¿Los Hutus? ¿Los Tutsis? No podemos reinventar nuestro pasado, es compartido, tanto en sus buenos como en sus malos aspectos. Podemos, sin embargo, elegir escribir juntos nuestro futuro, siendo audaces, mirándonos los unos a los otros a partir de nuestros puntos de vista y eligiendo los aspectos prioritarios en los cuales podemos construir juntos, etapa por etapa, día a día nuestro futuro común. Comencemos en el lugar donde vivimos y trabajamos, acercándonos a los otros.

7.- La culpabilidad y la vergüenza ahogan nuestra autoestima: nos hemos causado mutuamente tantas injusticias que estos dos demonios están en todos nosotros.  Hablamos en voz baja para no ser tratados de genocidas, de interahamwe, de revisionistas, de negacionistas, de terroristas. En internet, escribimos en el anonimato para no ser descubiertos. Hay ruandeses extremadamente inteligentes, que no hablan en voz alta por miedo a las represalias de Kagame y compañía; no toman la palabra en Radio Itahuka ya que tienen miedo que sus organizaciones sean confundidas con los FDLR! Y así han comprado su identidad y aceptación donde no deberían; y por eso hay Hutus que hoy se declaran de “sangre Tutsi” para acceder a la mafia que gobierna, como en el pasado hubo Tutsis que se hacían pasar por Hutus para ser bien vistos por el régimen de turno. Nosotros deberíamos estar orgullosos de lo que somos.

Kagame puede burlarse con sus escuadrones de la muerte, con sus cañones y bayonetas: si nos ponemos firmes delante de él, podemos construir un ejército poderoso de ruandeses libres, armados de paz, de verdad y de unidad. Tomemos nuestra valentía con las dos manos para deshacernos de los demonios de la culpabilidad y de la vergüenza, de la mentalidad de nosotros contra ellos, del egoísmo y de la codicia, de la mentalidad de ellos lo harán por nosotros, del miedo y de la dilación, de la negación y de la decepción. De otra manera terminaremos nuestros días en la humillación y en la miseria y las generaciones futuras serán condenadas a la servidumbre. Redoblemos nuestro compromiso. Y el susodicho gigante se derrumbará.

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