Justicia, Paz, Integridad<br /> de la Creación
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La pobreza ha vuelto con más fuerza

The Catholic Herald 17.08.2018 Frank Field, Andrew Forsey Traducido por: Jpic-jp.org

Cuando comienzan las vacaciones escolares, los niños y los maestros dan un suspiro de alivio. Pero en una escuela en Birkenhead, cuando sonó las campanas para marcar el final del trimestre, el personal se puso a arreglar los zapatos de los niños. Trataban de ahorrarles a los padres el gasto adicional de comprar nuevos zapatos, sabiendo muy bien que cada esterlina gastada en zapatos reduciría los presupuestos para la comida en las familias que dependen como de un salvavidas de las comidas escolares gratuitas. Acercándose el Brexit, ¿está buscando el país soluciones para el bien común? 

Este es solo uno de los innumerables ejemplos de la pobreza británica moderna. La última década ha visto un crecimiento en la indigencia que no tiene precedentes en la era de la posguerra. Cuando William Beveridge escribió su informe en 1942, dijo que la “abolición de la miseria” era posible a través de un estado de bienestar nacional y el pleno empleo. Pero hoy la pobreza ha regresado con tal violencia que un gran número de personas pasan hambre, sin saber de dónde vendrá su próxima comida y al mismo tiempo se encuentran con el riesgo de perder sus viviendas o de no poder pagar sus facturas de los servicios básicos. La indigencia ahora cuelga como la espada de Damocles sobre las vidas de los pobres.

Si a los cristianos no les molesta esto, a nadie le molestará. De hecho, los cristianos a menudo han estado a la vanguardia en responder a la nueva indigencia. La aportación cristiana al trabajo contra la pobreza en Birkenhead, a través de la red de bancos de alimentos y otras formas de ayuda, por ejemplo, es muy significativa.
Desde 2008, el crecimiento de pedidos en los bancos de alimentos ha sido la forma más clara de medir el daño causado a la parte más vulnerable de la sociedad. Durante ese período, la cantidad de bancos de alimentos se ha multiplicado; la sola red Trussell Trust ha pasado de un puñado de sucursales a más de 400.
También ha crecido la cantidad de pobres, que ahora suman muchos cientos de miles, que visitan los bancos de alimentos en busca de suministros adecuados para contrarrestar el hambre durante algunos días. Más recientemente, los bancos de alimentos de Birkenhead y de otros lugares han comenzado a agregar a sus servicios también asesoramiento para la seguridad social y financiera y bancos de combustible, en un esfuerzo por combatir la pobreza en sus comunidades.
Los bancos de alimentos son uno de los varios servicios de emergencia que han surgido en los últimos años para satisfacer las necesidades inmediatas de la gente que pasa hambres. En Birkenhead, las necesidades básicas son entregadas por un grupo de voluntarios al estilo de la Cruz Roja en las casas de familias necesitadas y personas solitarias, que sin esa ayuda irían a dormir con el estómago vacío y en una casa fría y oscura. Los niveles de necesidad son tan altos que ocasionalmente las entregas continúan hasta altas horas de la noche.

Además de dar comida a los necesitados, los voluntarios que proveen estos servicios ofrecen otro servicio importante, a saber, su testimonio. Su experiencia nos permite formarnos una imagen de las luchas que enfrentan los más pobres. En los últimos años, el Grupo interparlamentario sobre el hambre, ha estado tratando de construir esta imagen. Cuando realizamos una encuesta parlamentaria sobre el aumento de los bancos de alimentos en 2014, analizamos las opiniones de los que estaban en primera línea. Se hizo evidente que la indigencia no ha resurgido de la noche a la mañana; y probablemente no desaparecerá pronto. Ni siquiera es exclusivo de este país. Por el contrario, el rastro cada vez más largo de la destrucción humana dejada atrás ha sido posible por el fortalecimiento de las tendencias socioeconómicas en las sociedades occidentales que afectan aún más a aquellos que desde el principio ya tenían menos. Hace ciento veintisiete años, el Papa León XIII lamentaba que "un pequeño número de hombres muy ricos han logrado imponer a las masas populosas de los pobres un yugo que es poco memos que la misma esclavitud ". Son estas tendencias que están volviendo a emerger. Hubo un tiempo, no hace mucho en el que casi todas las familias, incluso las más pobres, tenían una pequeña reserva financiera a la que recurrir, tal vez sus ahorros, o la ayuda de parientes y amigos, o el mismo servicio de bienestar estatal. Tener este recurso significaba que si llegaba una factura inesperada o grande, o si se perdía una fuente de ingresos, las familias generalmente podían arreglárselas sin tener que sacrificar alimentos, gasolina o electricidad.
Pero hoy en día, existe un nuevo conjunto de riesgos financieros y la inseguridad está afectando desproporcionadamente a las personas que son menos capaces de hacerle frente. Para millones, la miseria yace en espera, dependiendo de un solo pago no realizado.
El mercado laboral, por otro lado, ha cambiado. Muchos de los nuevos trabajos que se han creado son de bajo salario, inseguros y no ofrecen una salida de la pobreza. Los alimentos, los servicios públicos y la vivienda se han vuelto significativamente más caros. Lo más terrible de todo es que el servicio de bienestar estatal deja de ser la última línea de defensa contra la miseria. Una gran parte de los recortes en el gasto público realizados desde 2010 ha caído sobre los ingresos familiares. Todos los pagos del Universal Credit no llegan para demasiadas familias cuando más se necesitan. Como resultado, estas familias quedan gravemente endeudadas. A veces, es el uso arbitrario y exagerado de las sanciones que lleva a un gran número de personas vulnerables al abismo.
Por ejemplo, John (no es su nombre real). Su salario solo no es suficiente para mantener a la familia, y su pareja ha sido golpeada por una doble ola de recortes sobre la seguridad social: el primer corte trajo una gran reducción en los ingresos de la familia cuando se cambió al programa de Universal Credit; luego vino el colapso de los subsidios por discapacidad (Personal Independence Payments). En la misma semana en que la familia de John acudió al mostrador de comida en busca de ayuda, sus dos hijos se quedaron fuera de la escuela durante dos días porque no tenían el dinero para pagar el almuerzo. Con buena paz de movilidad social.
Pero no es solo el sistema de beneficios el que está llevando a las personas a los bancos de alimentos: también es el sistema de salarios bajos. Otro visitante reciente al banco ha sido una mujer que había estado trabajando en un almacén de Amazon con un contrato de cero horas. Un día cuando se fue a trabajar y le dijeron, a ella y a otras siete personas, que ya no había trabajo para ellas porque la compañía había contratado nuevo personal. Y eso fue todo. Ella se quedó sin dinero, ya que su Universal Credit no sería ajustado para reflejar esta falta de ingreso hasta el final del mes.
Claramente, se necesitan dos tipos de reformas para hacer frente a esta importante fuente de injusticia y ambas se pueden analizar con los términos de la enseñanza social católica. Como el Papa Pío XI enfatizó en Quadragesimo Anno, las personas que están en la parte baja de la escala social quedan expuestas a la miseria si no tienen protección del estado. Entonces, primero, necesitamos una reforma urgente al sistema de bienestar si se trata de proporcionar una protección adecuada, especialmente a las familias y también a las personas con discapacidad.
En segundo lugar, las leyes laborales deben ser revisadas. El gobierno podría hacer algo bueno en leer la encíclica de Juan Pablo II donde se hace hincapié en que la sociedad, a través del Estado, debe garantizar que los niveles salariales sean adecuados para el mantenimiento del trabajador. El salario básico establecido a nivel nacional es un verdadero avance, pero no es suficiente: el gobierno debería liberar al mercado laboral de los falsos trabajadores por cuenta propia, del recurso excesivo de las empresas a las formas de subcontratación y de agencia, y el abuso de los contratos de cero horas. Tales medidas son esenciales para que Gran Bretaña tenga, como lo deseaba Beveridge, un "mínimo nacional" por debajo del cual nadie debe descender. En vista del Brexit, si el país busca una nueva visión del bien común, esto debería ser parte de ello.

Pero no podemos dejarlo solo al gobierno. La sociedad también debe encontrar nuevas formas de proporcionar a las familias las herramientas esenciales para criar a sus hijos, comer y vestirse con un presupuesto limitado.
Si bien nadie discute la importancia de la sociedad civil para ayudar a las personas más pobres, no debemos dejarnos llevar por la creencia de que la sociedad civil sola es capaz de enfrentar con éxito el desafío al que se enfrentan los pobres.
Feeding Britain, una organización que surgió del grupo parlamentario sobre el hambre, ha estado trabajando sobre el terreno para responder a la pobreza crónica. En Birkenhead y en otros lugares, ofrece un programa de comidas y actividades para niños durante las vacaciones escolares, a menudo administrado por grupos de la comunidad local en las iglesias, en los parques o centros para niños. Al igual que con nuestro programa de desayunos escolares durante el período lectivo, se quiere evitar que los niños tengan hambre y así brindarle la oportunidad de aprender. También estamos utilizando las evidencias obtenidas con estas actividades para hacer campañas que pidan cambios de gran alcance en la política del gobierno.
Estas campañas han tenido cierto éxito. El gobierno ha otorgado un tramo inicial de 2 millones de esterlinas para un programa nacional de comidas y actividades festivas para los niños.
Los precios de los servicios públicos de prepago también se reformaron, poniendo fin a las tarifas excesivas que pesaban especialmente en los más pobres, y los ministros acordaron un nuevo método para introducir cambios al crédito fiscal que han reducido los tiempos de espera de ocho semanas a ocho días.

A nivel local, también hemos visto cambios. El Jobcentre Plus de Birkenhead ha introducido en forma experimental un contrato de bienestar reformado que une el deber que las personas tienen  de buscar trabajo con derechos de apoyo adicional mientras lo hacen. Algunas autoridades locales, también, han introducido un proceso de registro automático para las comidas escolares gratuitas. Nuestro deseo es que el Gobierno asuma algunas de estas reformas, en particular en lo que concierne el servicio de bienestar estatal y el mercado laboral, para dar más protección a las personas que se encuentran en la parte baja de la escala social.

Sin embargo, en el futuro inmediato, debemos continuar buscando e implementando formas innovadoras de prevenir la indigencia. Una de esas intervenciones, que actualmente está siendo introducida por Feeding Britain, es el "Citizens’ Supermarket": un almacén de comida y una cafetería comunitaria sin fines de lucro que permite a los miembros más pobres de la comunidad de comprar alimentos a precios bajos durante un período limitado de tiempo. Los alimentos provienen de los excedentes de buena calidad de las cadenas minoristas de suministro y de los productores. Estos alimentos, que de otro modo serían desechados, son ofrecidos a un número aunque sea limitado de hogares más pobres que luchan por mantener la cabeza fuera del agua.
El "Citizens’ Supermarket" tiene como objetivo ofrecer aliento a las personas al permitirles comprar buenos alimentos a bajo precio en un ambiente digno y acogedor. Al mismo tiempo que les ofrece la ayuda que necesitan para no caer en la indigencia, le facilita apoyo para una capacitación laboral, y el asesoramiento sobre sus derechos sociales, sobre las deudas, sobre nuevos métodos de ahorro, la planificación del presupuesto familiar, y organiza sesiones de cocina y otras habilidades útiles en la para la vida.

Se requerirán muchas más intervenciones de este tipo para reforzar la economía moral de la clase trabajadora y proteger el nivel de vida de los más pobres. Mientras tanto, necesitamos monitorear constantemente y reformar el mercado laboral y el servicio de bienestar estatal. Será necesario un esfuerzo colectivo, desde los corredores del poder hasta las bases, si queremos que la indigencia entre en las páginas de la historia.

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Los comentarios de nuestros lectores (1)

Eugenio Grisanti 02.10.2018 Davvero questa da te descritta,caro P. j.P.,e’ davvero un cataclisma totale da tempo prefigurato A te caro P JP, un vivonringraento ‘