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Cómo la liebre ayudó al búho

Newsletter Missionari Comboniani 08.06.2023 Equipe dei Missionari Comboniani Traducido por: Jpic-jp.org

El león y el búho eran grandes amigos. Un día, el búho le dijo al león "Mira. Por cierto, tenemos una muy buena vida. Pero hay una cosa que nos falta. Y es el ganado. Tú sabes muy bien lo importante que es tener ganado. Así que salgamos a buscarlo". Los dos salieron a buscar ganado. El león compró un toro y el búho una vaca (Cuento popular de Tanzania).

Los dos regresaron a sus casas y empezaron a cuidar de sus animales. Pasó el tiempo. El toro montó a la vaca, y la vaca quedó preñada. Pasó otro tiempo y la vaca parió. Cuando esto ocurrió, el búho no estaba en los alrededores. El león sacó el ternero de donde estaba la vaca y lo colocó donde estaba su toro.

Poco después, el búho que había ido a buscar agua para su vaca, volvió con el balde. Antes de que hubiera depuesto el balde, el león corrió hacia el búho y, muy excitado, le dio la noticia: "¡Mira!", gritó, "¡Mi animal tiene un ternero!".

Esto desencadenó una disputa entre ambos. El búho sostenía que sólo su vaca podía haber parido y que los toros nunca parían. El león insistía con vehemencia en que era su toro el que había parido. Mientras ambos discutían, pasó por allí la liebre.

Oyó lo que discutían y siguió su camino, compadeciéndose del búho. Cuando llegó a su casa, sin embargo, la liebre empezó a pensar en cómo podría ayudar a el búho a salir del lio. Por fin, se le ocurrió una idea. Cogió dos calabazas, ató una a cada extremo de un bastón y se puso en camino con el bastón al hombro.

Por el camino, se encontró con el león quien le preguntó: "¿Qué tal, liebre? ¿Adónde vas?". La liebre le contestó: "Oh, sólo voy al río cercano a buscar agua para mi padre, que está débil y en cama. Acaba de dar a luz a un bebé".

Al oír esto, el león rugió de risa y le dijo a la liebre que dejara de hacerse la tonta. "¿Cómo", preguntó el león, "pudiera tu padre tener un bebé?". La liebre respondió sin remora: "¡Pero si tú mismo afirmas que tu toro ha parido!". Enfurecido al instante, el león se lanzó hacia la liebre: ésta tiró sus calabazas y se puso a correr. Con el león persiguiéndole, para la liebre era una cuestión de vida o muerte, y corrió como nunca había corrido en toda su vida.

Al final, de lejos vio una cueva y decidió repararse en ella. Se lanzó disparada hacia la cueva y de un brinco se agarró al techo de la cueva, gritando: "¡Socorro! ¡La cueva se derrumba!" En ese mismo instante, el león entró en la cueva y él también se puso a sostener el techo con todas sus fuerzas. "Ahora", dijo Liebre, "agárrenla firme, si no la cueva nos va a aplastar a los dos hasta matarnos. Tengo una idea para liberarnos a los dos de este lio. Voy a buscar unos puntales que puedan sostener a la vuelta de la cueva. Mientras tanto agárrala fuerte".

El león estiró los músculos empujando el techo de la cueva con más firmeza. La libre dejó allí al león para no volver jamás. Durante toda una semana, el león sostuvo la roca de la cueva y, al final, murió de agotamiento. Cuando la liebre volvió y vio que león estaba muerto, salió en búsqueda del búho y, cuando lo encontró, le invitó a ver lo qué le había pasado al león.

Cuando el búho vio que el león estaba muerto, se alegró con todo su corazón y le dio las gracias a la liebre con mucha efusión. La liebre le dijo al búho que siguiera su camino y se llevara con él todo el ganado, porque ahora todo era suyo. Y así termina el cuento.

¿Ha realmente terminado este cuento? ¿No es que continua también ahora, aunque de otra manera?

Ver, How the Hare Helped the Civet

 

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Los comentarios de nuestros lectores (1)

Margaret Henderson 08.11.2023 I enjoyed the story of the lion, civet and hare partly because of its universality. I couldn’t help being astonished at how similar it was to Aesop’s fables and Homer, and also La Fontaine.