Justicia, Paz, Integridad<br /> de la Creación
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Comunidades ganadoras

Pambazuka News 13.04.2018 Douglas Schorr Traducido por: Jpic-jp.org

La tierra cultivable, utilizada para el entretenimiento y otras actividades recreativas, podría destinarse a la agricultura para alimentar a millones de sudafricanos que penan por pagarse una buena comida. Tratar de proteger los intereses de la clase media, manteniendo esos terrenos para el esparcimiento en lugar de usarlos para el bien común, no sirve tampoco para proteger los intereses de la clase media.

El Programa de Reconstrucción y Desarrollo de viviendas (RDP, por sus siglas en inglés) está en los planes del nuevo gobierno desde cuándo fue instalado, pero los objetivos están lejos de cumplirse. Más aun, la persistente desigual repartición topográfica de las ciudades en Sudáfrica es el indicio de una crisis mayor que atraviesa el país, la cual necesita una solución de gran envergadura. El Aeropuerto Internacional de Ciudad del Cabo está siendo rodeado por un océano siempre en aumento de las chabolas de Khayelitsha; es una prueba de cómo el país está dividido entre los que hacen y hornean la economía y los que, excluidos por la fuerza, la padecen. Es en esta división que la nación se deslizará en su totalidad, si no se hace algo.

¿Qué tal si comenzamos con el barrio de la clase media en Durbanville? En las 508 yardas del hoyo número 6 del campo de golf, podemos construir un edificio de vivienda de 44 plantas con 22 apartamentos por piso. No la usual torre de cemento; en su lugar ponemos un bosque vertical de Boeri, ese jardín indígena que absorbe CO2 y expulsa oxígeno, fuente de alimentos, pájaros y paraíso para los insectos (ver este vídeo). Estas viviendas atraerían especialmente a las familias de Khayelitsha y, muy rápidamente, aquellos que trabajan juntos todos los días, yendo con frecuencia en las casas uno del otro, también vivirían juntos.

“El tren de la vida pasa por allá”, me explicaba mi jardinero de antaño. “¡Ya sabes lo suficiente como para saber que es ese tren que debes tomar! Luchas muy duro para liberarte los tobillos de las cadenas, reúnes dinero, abrazas y corres, pero el tren silbando ya se ha ido. Personas bien intencionadas te dirán: ‘Habrá otro para Johannesburgo’. Por supuesto, y lo logras y allí parece estar la solución, pero los enlaces que de esa estación central van hacia el norte, el sur, el este y el oeste ya se han ido; y tú eres uno de los tantos que el tren ha dejado atrás”.

Los radicales de izquierda y de derecha dicen que hay gente “de sobra” y que hay que hacer algo. Es cierto, así que empecemos para educar, capacitar y brindar oportunidades a los “de sobra” que ya están aquí.

Por el contrario, el gobierno prefiere dejar crecer los aglomerados ilegales y siempre más aislados; programas de vivienda barata y “townships” (palabrera cortina de humo de un economista) con escaso apoyo, donde los más pobres compiten entre sí por el único premio de ser los mejores pobres entre los más pobres. Es tiempo de tomar en serio la idea de que el coeficiente intelectual de los niños nacidos en el rango normal de la curva de Gauss cambia para bien o para mal, según las condiciones del medio ambiente en que crecen. Los niños que salen de entornos exitosos se convierten en adultos que, al menos, son capaces de manejarse en la vida moderna y dar su contribución. Los que crecen en la pobreza no lo serán, y no será del todo su culpa. Una cantidad de aspectos de una vida de baja calidad (desde la dieta hasta la ausencia de los padres en su vida) y las condiciones ambientales contribuyen a que los niños pobres que crecen en la pobreza, se conviertan en adultos empobrecidos (física, emocional y mentalmente) incapaces de satisfacer las demandas modernas del sistema económico. Es así de simple; si una comunidad vive alejada de los polos de crecimiento económicos, está perdida.

En la medida en que el camino del capitalismo es una búsqueda al azar de ganancias perpetuas en lugar de vender y prestar a acreedores confiables (y termina con fracasar), Sudáfrica más que nunca necesita desarrollar su mercado interno. Todos, no solo el 35 % de su pueblo, son necesarios para tener asalariados plenamente productivos y consumidores activos.

Si vives en “un” Durbanville y miras a tu alrededor, te sorprenderás en entender porque es increíblemente fácil aquí tener éxito. Un hogar moderno es ya un gran paso, pero es toda la comunidad que como tal apoya o rechaza el progreso y el aprendizaje. Las comunidades exitosas brindan apoyo, habilitadas por una buena infraestructura y buenas instalaciones, llenas de libros, de computadoras y de maestros competentes y, al estar cerca de los polos de trabajo “crean” más tiempo libre y dan más “libertad para elegir que hacer”. No es una “cosa” opcional. Para ir más allá de la mera supervivencia detrás de muros electrificados, con la esperanza de que la última campaña de vacunación resulte buena, los dejados por cuenta deben ser incorporados y rápidamente. Del mismo modo que muchos boletos de tren nunca fueron distribuidos al tiempo del apartheid, así, durante los últimos 23 años, el Congreso Nacional Africano, para cumplir con el sistema monetario occidental y sus normas comerciales, ha perjudicado a la República Sudafricana.

Llevar a los que están en pobres suburbios a unos mejores es el punto de partida para construir la nación. Los ciudadanos de abajo son rápidos en aprenden a copiar y a imitar a los “héroes”. En un par de años van a querer mejorar su “semejanza y aspiraciones” y hasta tener sus propios “estudiantes”. Siempre habrá barrenderos y gerentes, pero la brecha entre contribuyente se cerrará con un avance en cada generación. Si se invirtiera el proceso y la clase media de Durbanville fuera movida a Khayelitsha, dada la magnitud del cambio, el 70% fracasaría. Pero manteniendo Khayelitsha allá donde està, tranquilamente fuera de vista, la clase media se hundirá paulatinamente a medida que la arena movediza se expanda.

Debe haber una guerra continua contra la pobreza. Comencemos por hacer que la mejor tierra sea rentable. Una vez que los campos de golf sean sacrificados para construir viviendas, ¿por qué no utilizar la tierra cultivable restante para lo que es buena? En lugar de que el personal del campo de golf corte el césped, lo riegue y riegue los árboles ornamentales, se les puede recalificar para cuidar viveros, no de flores europeas, ni de árboles californianos, ni de helechos de Malasia, sino de hortalizas, de material compost y herramientas de jardinería.

Francia, la mitad del tamaño de Sudáfrica, tiene una población de casi 67 millones y 18,5 millones de hectáreas de tierra cultivable. Sudáfrica tiene 15 millones de hectáreas de las cuales “la tierra cultivable de alto potencial” solo abarca el 22%.

Desde ese pequeño potrero, el sistema capitalista global presiona a Sudáfrica a exportar para pagar las cuentas y los intereses acumulados, mientras que “uno de cada cuatro sudafricanos padece hambre” y cerca del 60% nunca ha tenido una comida cotidiana completa. En cuanto a los ciudadanos del futuro, en la República de Sudáfrica “cerca del 53 % de los niños menores de 6 años vivirán en hogares pobres”. Debido a la desnutrición, el número de niños con retraso severo de crecimiento está aumentando. Revertir esto es decisión de la clase media.

En 6 u 8 semanas, en nuestros campos de golf transformados, habrá extensiones de remolacha roja, emparrados de arvejas, filas de zanahorias con patatas dulces cubriendo las asperezas, y el repollo en medio de hileras de papayas y guayabas, amelgas de maíz tierno y cercas adornadas de maracuyá y fresas. Aves, abejas, mariposas, conejos, gallinas y también peces de criadero.

Una gran cantidad de las buenas tierras cultivables cedidas de forma gradual por los últimos 100 años, serán recuperadas progresivamente. Fue la ciega creencia de que las ganancias de las compañías privadas venían primero lo que dio paso al uso de las mejores tierras de cultivo y de regadío para los edificios en ladrillo de los inversores y de los bancos privados. Estoy seguro de que la tierra ocupada hoy en Ciudad del Cabo por el parlamento y el complejo de edificios de la Unión, alguna vez fueron lugares rebosantes de vida, verdes, útiles y fructíferos.

Esto necesita cambiar. No será fácil: dos generaciones en las ciudades de cemento significa que la mayoría de los sudafricanos van a necesitar capacitación, consejos y planificación para volver a trabajar las tierras. A medida que las parcelas produzcan, se requerirá un seguimiento constante de los ingresos por este medio de vida. No nos alarmemos: un rugby profesional necesita entrenadores; los agricultores del rodesiano “granero de África” de los años 60 fueron fuertemente subsidiados por un ministerio dedicado por completo a servirles con cualquier cantidad de fertilizantes, semillas, expertos en agua y vendedores de equipos. Para obtener mucho se debe gastar algo. ¡Qué gran oportunidad para que los estudiantes nacionales de economía y agricultura hagan práctica y para los supermercados de asesorar sobre como reintroducir nuevos mercados locales! ¡Qué contribución también para desacelerar el cambio climático!

No estoy diciendo que el golf no debe ser permitido. Solamente vamos a mover sus campos a lugares más apropiados. Para ofrecer una alternativa a una nación en caos, el mover un campo de golf a otra parte no es ni costoso ni difícil ni extravagante. Los nuevos llegados a Durbanville darían una apreciada bienvenida a los centros comerciales, aumentarían la asistencia en las iglesias, llenarían las escuelas, darían sentido a los Clubs de Scouts y Leones, muchos frecuentarían las canchas deportivas y transformarían los estadios en lo que deben ser: parques vibrantes de competencias y entrenamientos. Las salas adjuntas serías ideales para el aprendizaje de adultos las 24 horas al día, los 7 días de la semana.

Es algo que puede funcionar; todo lo que se necesita es una convergencia de ideas y tener una actitud positiva común. Las personas que comparten un espacio no tienen que gustarse mutuamente, sino desarrollar una verdadera tolerancia a medida que van apreciando y aceptando las diferencias socioeconómicas de los unos y de los otros. Ayudarse se hace entonces más fácil. Este es un beneficio para las clases sociales que, aunque no integradas, son relacionadas entre sí. Es a largo plazo que la construcción del país se dará (casi automáticamente) y cuanto mayor sea la aceptación ahora, tanto “el largo plazo” será más corto.

Sobrevivir en las áreas pobres de Sudáfrica requiere deseo de vivir, unidad, creatividad e ingenio. Pero descubrir cuántos usos tienen las bolsas de plástico o las latas vacías, no prepara a la gente para integrarse en una economía moderna y es ahí donde se dan cita los sudafricanos exitosos. ¿Pero por cuánto tiempo? Si bien no es su culpa de lo que quedan atrás, su peso individualmente inofensivo, en su conjunto es extraordinario, y tuerce las ramas del árbol llamado Sudáfrica. Un grupo corre tan rápido como lo hace su miembro más lento. Construir un equipo de élite exige hacer subir a los compañeros más débiles hasta el nivel estándar. Esta es la manera en como las cosas tienen que cambiar. Kepler Wessels afirma a este propósito; “Sudáfrica es bastante pequeña y todavía lo suficientemente cohesionada para comenzar el ascenso”.

*Douglas Schorr, ex soldado primero y luego comisionado de distrito en Rodesia, es un crítico comprometido del capitalismo y del legado colonial.
 

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