Justicia, Paz, Integridad<br /> de la Creación
Justicia, Paz, Integridad<br /> de la Creación
Justicia, Paz, Integridad<br /> de la Creación
Justicia, Paz, Integridad<br /> de la Creación
Justicia, Paz, Integridad<br /> de la Creación

Todos somos extranjeros residentes

Comune.Info 16.02.2018 Lorenzo Guadagnucci Traducido por: Jpic-jp.org

La llamada emergencia migratoria está hundiendo a las democracias europeas, que reniegan de sus valores fundamentales, a saber, la doctrina de los derechos humanos y el principio de igualdad, con el objetivo declarado de proteger a sus ciudadanos, quienes en realidad son personas ricas, de una supuesto amenaza - física, económica, y de valores - proveniente del exterior.

El inmigrante potencial es el nuevo bárbaro y sistemáticamente está privado de su dignidad como persona. Se agita el espectro de la seguridad para exacerbar la desconfianza instintiva e irracional con el proyecto de establecer el "gobierno del miedo": es este el nuevo motor de la acción política, miserable sustituto de las corrientes culturales e ideológicas del pasado. Es un proyecto ruinoso y contradictorio, si pensamos que una Europa sin inmigrantes presentes y futuros enfrentaría un colapso demográfico inexorable y, por lo tanto, económico, así como cultural.

Es un pensamiento que acabamos de presentar, excluido del razonamiento político actual: generalmente se lo tilda de ideológico, bondadoso o tal vez ingenuo; la tesis actual es que nos enfrentamos a una invasión dramática, que necesitamos "gobernar" los flujos y que el objetivo debe ser la limitación de los que ingresan y el fortalecimiento de las fronteras, sea cual sea el costo (también hay quienes se producen en cortocircuitos acrobáticos argumentando que precisamente el bloqueo de la migración salvaguarda a las democracias, que de otro modo terminarían arruinadas por el rencor social y el odio racial).

Donatella Di Cesare, en una intervención, ha desarrollado sobre este tema una visión filosófico-política original, en la que se centra en los orígenes de la guerra actual que el estado nacional está llevando a cabo contra los migrantes, en nombre de una idea de ciudadanía que postula una especie de derecho de propiedad sobre el territorio reservado a los nativos. Para defender esta idea equívoca de ciudadanía, el estado está dispuesto a sacrificar los derechos humanos, renunciando de sus valores fundamentales.

Sin embargo, las migraciones ciertamente no son nuevas en la historia de la humanidad y de la propia sociedad occidental: el punto es entonces todo político. Donatella Di Cesare afirma que la globalización ha puesto de relieve un concepto diferente de ciudadanía, en el que no existe una relación de propiedad entre nativos y territorio: por el contrario, todos somos "residentes extranjeros", por diversos motivos llegados como huéspedes al lugar donde vivimos y trabajamos, sin ningún derecho de propiedad. Esta visión es, por cierto, rechazada hoy por quienes tienen interés en mantener el statu quo, cualquiera que sea el costo, incluso una guerra contra los migrantes y los derechos humanos, una guerra que ponga en peligro la posibilidad de una convivencia democrática sobre la base de la igualdad. Por eso Di Cesare concluye diciendo que el derecho a migrar es la perspectiva de nuestro tiempo y de nuestro futuro, en una batalla cultural y política como -ella dice- la que se libró contra la esclavitud.

Deje un comentario