Justicia, Paz, Integridad<br /> de la Creación
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La gente de las cascadas sagradas

Comboni Missionaires Newsletter 06.12.2021 Comboni Missionaries Traducido por: Jpic-jp.org

Los Shuar del Ecuador son un pueblo indígena amazónico cuya cultura, vida y espiritualidad se basan en el agua.

El pueblo Shuar vive en las estribaciones de las cordilleras de los Andes, Cutucú y Cóndor en las provincias amazónicas de Morona Santiago y Zamora Chinchipe en Ecuador. Esta es una zona caracterizada por abundantes ríos que forman maravillosas cascadas, por lo que los Shuar son llamados “gente de las cascadas sagradas”. Según estimaciones de los mismos Shuar, su población asciende a 110.000 habitantes asentados en aproximadamente 668 comunidades.

La sabiduría y la cultura de los Shuar están estrictamente conectadas con el agua. Nacieron en el agua, viven en el agua y vuelven al agua. El agua es la base de su vida y espiritualidad. El río para el pueblo Shuar es el camino de Dios a través de la selva.

La naturaleza ofrece al pueblo Shuar abundancia de lluvias de febrero a julio y una menor cantidad de agosto a enero. Este grupo indígena nunca experimentó ninguna crisis de supervivencia en esta generosa tierra. Son personas orgullosas, optimistas y seguras de sí mismas. No les preocupa el mañana, sino que se enfocan en lo urgente y necesario para vivir el presente.

El pueblo Shuar vive en familias extensas ubicadas a una distancia razonable entre sí a lo largo de los grandes ríos o en las laderas. No suelen vivir en parcelas urbanizadas sino en sus fincas, donde disfrutan de la libertad y los dones de la naturaleza, especialmente del agua.

El agua es el principal factor a tener en cuenta a la hora de elegir el lugar para su casa o el centro de su comunidad. A veces, tienen que cambiar de lugar para asegurar una abundancia de tierra y una mejor distribución del agua.

La casa Shuar de dos puertas está estratégicamente ubicada en un lugar seco a poca distancia de una fuente de agua. Una puerta, de uso exclusivo de mujeres, da al camino que conduce a la fuente de agua para el consumo familiar. Las mujeres shuar utilizan profusamente el agua para la preparación de los alimentos y de la chicha-nijiamanch, la bebida favorita de los shuar, que se ofrece a los visitantes o invitados como señal de bienvenida y amistad.

Sus casas ovaladas, construidas acorde al ambiente cálido-húmedo de la Amazonía, tienen un techo alto para que el agua de lluvia escurra fácilmente desde un techo de paja magistralmente tejido.

Las mujeres que regresan a casa después de recolectar frutas, mandioca, papachina, pelma, camote y plátano, las lavan y pelan en una fuente de agua de la manera que les enseñó Nunkui en tiempos míticos.

El baño diario para adultos y niños, por la tarde o después del trabajo, es una práctica saludable para tener un feliz descanso. Los niños pasan horas jugando en el río, como en el mejor parque infantil.

El pueblo Shuar no es particularmente hábil en la construcción de puentes, por lo que, en caso de un río crecido o un camino difícil, buscan el paso más angosto y derriban un árbol, luego con un equilibrio admirable lo cruzan.

En cambio, son hábiles constructores de canoas, su principal medio de transporte. Los shuar son grandes navegantes, incluidos los niños que demuestran gran habilidad y familiaridad con los ríos. Su experiencia con las nubes y las lluvias les permite predecir la hora exacta y la intensidad de la tormenta que se aproxima. En el caso de que les sorprenda un aguacero, inmediatamente se protegen bajo un techo improvisado o se cubren con hojas anchas para no mojarse demasiado.

No necesitan pozos ni ningún sistema de riego, la lluvia es suficiente para sus cultivos. No hay costumbre de hervir el agua, pues basta mezclarla con la masa de yuca fermentada para tomarla con seguridad.

El pueblo Shuar desconoce la alarmante realidad de la sequía. Su mitología no lo menciona y por lo tanto esta población no sabe cómo actuar en este tipo de situaciones. No relacionan la sequía con la deforestación, sino simplemente con la ausencia de lluvias, y tienen una confianza ciega en que las lluvias volverán a llegar en la luna nueva.

Una de las causas de la deforestación es la intensificación de la ganadería que requiere convertir buena parte de la tierra cultivable en pastizales. Cuando el aguacero torrencial cae sobre las copas de los frondosos árboles, el agua llega poco a poco al suelo, fertilizándolo. Sin la protección de los árboles, el agua cae directamente al suelo y arrastra la débil capa de humus, empobreciendo el suelo.

Por eso que hoy los planes extractivos nacionales y transnacionales en la Amazonía ecuatoriana son una amenaza directa a la vida del pueblo Shuar. Las actividades extractivas, de hecho, afectan directamente el agua a través de la contaminación de la explotación petrolera, la actividad minera y el estancamiento prolongado del agua debido a las represas hidroeléctricas.

Ver The people of the sacred waterfalls

Open Foto: Mujer Shuar ©Jarnoverdonk/123RF.COM)

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Los comentarios de nuestros lectores (1)

Paul Attard 07.03.2022 Their knowledge of water would be useful here in Spain. What is needed here is a minister of water.