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Niños soldados, un grito que sube a Dios

Città del Vaticano 12.02.2022 Benedetta Capelli e Andrea De Angelis Traducido por: Jpic-jp.org

En el Día Internacional contra la Utilización de Niños en Situaciones de Conflicto, el 12 de febrero de 2022, el Papa recordó la tragedia de estos menores víctimas de la violencia. Según la ONU, más de 8.500 niños fueron utilizados en escenarios de hostilidad en 2020. La periodista Laura Battaglia habla sobre la difícil situación de los más pequeños en Yemen, el país donde se vive la crisis humanitaria más grave del mundo.

"Una tragedia", "un crimen abominable". A lo largo de los años, el Papa muchas veces ha hecho oír su voz sobre la terrible plaga de los niños soldados, convirtiéndose en intérprete del dolor de muchos menores, arrancados de su infancia y obligados a tomar las armas, convirtiéndose en instrumentos de muerte. En un tuit de su cuenta @Pontifex, publicado con motivo del Día Internacional contra la utilización de niños en situaciones de conflicto, Francesco escribe: A los niños soldados se les despoja de su infancia, de su inocencia, de su futuro, muchas veces de su misma vida. Cada uno de ellos es un grito que se eleva a Dios y acusa a los adultos que han puesto las armas en sus manitas. En 2021 el Papa escribía: Es un crimen contra la humanidad poner armas y no pan, juguetes y libros en manos de los niños.

Grave violación de los derechos del niño

Niños empleados como combatientes pero también como cocineros, porteadores, guardias, mensajeros. Niñas que participan en diversas actividades como el transporte, la asistencia médica, la cocina, la limpieza y el cuidado de otros niños y que pueden convertirse en parte activa del conflicto, como en África, donde casi el 40% de las niñas reclutadas por las fuerzas armadas y grupos participa directamente en las hostilidades o en el Medio Oriente donde hay unidades conformadas por solas mujeres para el uso de armas tácticas.

Sin embargo, ambos, niños y niñas - son víctimas de secuestros, amenazas, manipulaciones. Algunos son impulsados ​​por la pobreza, obligados a generar ingresos para sus familias. Otros unen sus fuerzas para sobrevivir o para proteger a sus comunidades. Independientemente de su participación, el reclutamiento y uso de niños por parte de las fuerzas armadas -subraya Unicef- es una grave violación de los derechos del niño y del derecho internacional humanitario.

Un fenómeno creciente

El Día Internacional contra la Utilización de Niños en Situaciones de Conflicto fue instituido el 12 de febrero de 2002, fecha en la que entró en vigor el Protocolo Facultativo de la Convención de la ONU sobre los Derechos del Niño, que prohíbe la participación de niños en conflictos armados.

Lamentablemente, la ONU, con motivo del Día Internacional contra la Utilización de Niños en Situaciones de Conflicto de 2022, recordó que en el 2020 hubo más de 8.500 niños soldados reclutados y empleados en zonas de guerra, un aumento respecto a los 7.750 casos registrados en 2019. Fueron más de 93.000 los niños soldados entre 2005 y 2020. En sólo dos años, la ONU ha verificado 26.425 violaciones graves. Casi el 75% de los conflictos involucran el reclutamiento de menores y más de la mitad de estos incluyen niñas.

Lo que sufren los niños son formas extensivas de explotación y abuso que también se vuelven sexuales en el caso de las niñas. El matrimonio precoz es otra herramienta preferida por algunas partes en conflicto: las niñas se ven obligadas a casarse con combatientes varones adultos y vivir bajo su control, a menudo sujetas a violencia sexual diaria.

Una plaga difícil de erradicar

Laura Battaglia es periodista, documentalista, autora de muchos reportajes en Yemen, y recuerda a Vatican News que hay países donde “la infancia no es infancia y donde los niños, cuando nacen, ya son adultos”. Es -afirma- un contexto muy difícil de entender y cambiar porque siempre se han empleado menores en algún tipo de trabajo, donde las niñas son casadas muy jóvenes y los varones son utilizados de diversas formas por las milicias o en los ejércitos. Se necesita sensibilidad, pero también la empatía que surge al tocar esta llaga de primera mano.

Yemen, donde los niños van al frente

Laura Battaglia conoce bien Yemen, lo ha contado muchas veces. Es un país que vive la peor crisis humanitaria a nivel mundial. Save the Children recuerda que en enero de 2022 cada hora moría o resultaba herido un civil, lo que lo ha convertido en el mes más mortífero desde la última gran escalada del conflicto en 2018. En el país, de hecho, entre el 6 de enero y el 2 de febrero, más de 200 adultos y 15 niños murieron mientras que 354 adultos y 30 niños resultaron heridos, lo que resultó en un total de 599 bajas civiles.

“Aquí hay niños que van a la escuela por la mañana y luego pasan del delantal al uniforme por la tarde porque van al combate”. El fenómeno, subraya la periodista, no está ligado a la guerra que estalló en 2014 sino que es una realidad que ya existía antes, sobre todo en algunas zonas especialmente deprimidas económicamente.

“Muchos niños, antes de 2014 eran huérfanos y eran vendidos por familias o parientes más o menos cercanos a milicias o grupos de traficantes para convertirlos en niños soldados, o narcotraficantes ellos mismos”.

Con el tiempo, los niños no sólo estaban destinados a recolectar basura o pedir limosna, sino que para los guerrilleros se convirtieron en "carne de matanza", personas a las que poner al frente en el combate contra el enemigo. “Las familias - explica - se sienten de alguna manera depositarias de una misión, a saber, la de donar a sus hijos una causa”. Una modalidad en parte voluntaria pero también impuesta, porque hay milicianos que entran en los hogares para comprobar cuántos niños hay, sean féminas o varones, y luego se los llevan. “Hay chiquitos que después de la escuela van a los retenes con sus papás, con sus tíos que los llevan ahí por orgullo, para enseñarles a hacer la guerra y luchar contra el invasor”.

En los últimos tiempos, sobre el fenómeno de los niños soldados, dice Laura Battaglia, pesa no tanto la pandemia sino “el sistema sancionador internacional, por lo que las familias se endeudan más y cuando no pueden recibir dinero de los familiares en el exterior su única solución es hacer que sus hijos se conviertan definitivamente en adultos, aun con la guerra”.

Ver Francesco: i bambini soldato, un grido che sale a Dio

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