Justicia, Paz, Integridad<br /> de la Creación
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Oasis en todos los lugares o una sobriedad feliz

Newark 10.10.2018 Jpic-jp.org.

Una leyenda amerindia dice que un día en la selva hubo un gran incendio. Todos los animales contemplaban el desastre, aterrorizados y angustiados. Sólo el pequeño colibrí se afanaba en recoger con su pico gotas de agua para arrojarlas al fuego.

Después de un momento, el armadillo, molesto por esta agitación que le parecía inútil, dijo: "¡Colibrí! ¿No estás loco? ¡No es con estas gotas de agua que apagarás el fuego! El colibrí lo respondió: "Lo sé, pero yo hago mi parte".

A partir de esta leyenda, y convencido de que la unión de los compromisos individuales puede transformar la sociedad, en 2008 Pierre Rabhi fundó el movimiento "Colibríes" para multiplicar y compartir las experiencias locales respetuosas de la naturaleza y del ser humano.

Pierre Rabhi (de nombre Rabbah Rabhi, en su nacimiento el 29 de mayo de 1938) es un escritor, agricultor y ecologista francés. Musulmán, se convirtió al cristianismo antes de alejarse de toda religión. Estudió en Francia y es considerado como una personalidad importante de la agroecología por su iniciativa Oasis en todos los lugares. Los principios del Oasis son tan simples como consistentes: poner el ser humano y la naturaleza en el eje de todo desarrollo; volver a la agricultura como alternativa a un modelo de vida insatisfactorio; desarrollar los cultivos de víveres para la autosuficiencia alimentaria; producir sin destruir; enfocarse en la producción local; establecer una solidaridad entre la ciudad y el campo; tener una mirada responsable a las necesidades y modos de consumo; recrear relaciones sociales con la escucha, el compartir y la solidaridad; privilegiar los intercambios de cercanía en un clima de autonomía y no de autarquía; ser creativos y responsables en la actividad económica y financiera; promover la multiplicidad de actividades en su propio entorno; repensar el acceso a la propiedad agrícola y su uso; promover un hábitat ecológico con costos bajos; unir las dinámicas a nivel regional, nacional e internacional.

Todos los estudios muestran que la acumulación de bienes está condenada por los límites de nuestro planeta; la agricultura también, por ende, debe cambiar sus principios de organización con el fin de evitar el desperdicio y eso implica reubicar la producción y el consumo. A la luz de estas limitaciones, surge una pregunta, ¿Qué tipo de agricultura para alimentar a los 9 mil millones de hombres en 2050? Debe ser una agricultura que provee suficiente comida, pero también con una dieta saludable, y una agricultura sostenible que contribuya menos al calentamiento global.

Según muchos expertos, incluyendo los de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación), solo la agricultura campesina o familiar, orientada a la agroecología puede cumplir estos requisitos. ¿Por qué, entonces, los subsidios, la asistencia pública, nacional e internacional, la inversión privada están fuertemente inclinadas a la agroindustria, a la agricultura intensiva, contaminante y, muy a menudo, de exportación?

Es evidente que el modelo de la sociedad que impulsamos va de la mano con la agricultura que financiamos.

Las ideas e iniciativas de Pierre Rahbi se proponen como una alternativa: la sociedad debe funcionar de una manera que respete a las personas y a la tierra, promoviendo el desarrollo de técnicas agrícolas que protejan el medio ambiente y preserven los recursos naturales. Sus teorías se refieren particularmente pero no exclusivamente a las zonas áridas donde hizo sus experiencias partiendo de la idea de la “feliz sobriedad. La felicidad de la moderación es una fuerza y una garantía contra la alienación que nos impone la doctrina de la acumulación". Cuando instaló su granja, cuenta, había cinco otras alrededor. Ahora, estas tierras están en barbecho porque las granjas han sido barridas por un ciclo interminable de inversiones costosas y de precios agrícolas aleatorios. Y concluye recordando que todos habían predicho un destino fatal para una granja como la suya en tierras aisladas y pobres. Pero el basó su trabajo en el respeto del ambiente y en el conocimiento tradicional, reduciendo los costos de la explotación a los que la producción podría cubrir, aunque fuera muy reducida al comienzo.

Sus ideas se acercan a lo que se llama agricultura biodinámica que suscita cierta controversia, ya que sus principios se basan en creencias consideradas pseudocientíficas y esotéricas de la antroposofía. Sin embargo, si insertamos la idea de "feliz sobriedad" y la sabiduría de la leyenda amerindia "Lo sé, pero hago mi parte" sobre los principios del "Oasis en todos los lugares", un camino nuevo y esperanzador puede abrirse tanto a la sociedad como a la agricultura

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Los comentarios de nuestros lectores (1)

Nancy Taiani 29.10.2018 I love this story! Plan to use it on my peace & justice page.