Justicia, Paz, Integridad<br /> de la Creación
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Participación Comunitaria y Acción Participativa. 7mo Gol de Laudato Sí

Butembo 18.11.2021 Jpic-jp.org Traducido por: Jpic-jp.org

El Plan de Acción de 7 años lanzado por el Papa Francisco es un viaje hacia la sostenibilidad total en el espíritu y con atención a Laudato Sí y sus 7 Objetivos (LSG en inglés): El Grito de la Tierra, El Grito de los Pobres, Economía Ecológica, Adopción de Estilos de Vida Sencillos, Educación Ecológica, Espiritualidad Ecológica y Énfasis en la Participación Comunitaria y Acción Participativa. Al final del año queremos echar un vistazo al último objetivo.

Nuestra Newsletter tomó el compromiso de vivir y fortalecer este plan de siete años, presentando uno a uno los siete objetivos de Laudato Sí durante el año 2021. Por tanto, a finales de este año queremos echar un vistazo al último objetivo, el séptimo.

Este objetivo apunta a enfatizar la Participación Comunitaria y Acción Participativa en el cuidado de la creación a nivel local, regional, nacional e internacional. Por tanto, pide la promoción y el apoyo a las campañas populares, fomentando el arraigo en el territorio y en los ecosistemas zonales, y la participación comunitaria en todas las iniciativas que respondan al espíritu de Laudato Sí.

"Tenemos que convencernos de que no hay tiempo que perder y de que debemos cambiar nuestras actitudes. El Papa Francisco trata de traducir de manera concreta lo que nos transmite el Evangelio. El pensamiento y la acción deben combinarse, en todos los niveles. Laudato Sí y Fratelli Tutti son nuestros puntos de referencia”. Para hacer esto y transformar las palabras en hechos, debemos “involucrarnos al máximo en las realidades del territorio y hacer que las personas comprendan lo que son capaces de hacer en la práctica. Juntemos nuestras fuerzas"(Card Lojudice, Al via Obiettivo 2030 Laudato Si’: solo insieme possiamo salvare la casa comune).

Este objetivo es, por tanto, ante todo un método, una actitud de corazón y de espíritu, transversal a todo compromiso en apoyo de las acciones requeridas por las dos encíclicas papales en favor de la Casa Común y de la Convivencia Fraterna.

En su raíz, el resorte de esta Participación Comunitaria y Acción Participativa es lo que el Papa llama "La Comunión universal": "Creados por el mismo Padre, todos los seres del universo estamos unidos por lazos invisibles y conformamos una especie de familia universal, una sublime comunión que nos mueve a un respeto sagrado, cariñoso y humilde. Quiero recordar que Dios nos ha unido tan estrechamente al mundo que nos rodea, que la desertificación del suelo es como una enfermedad para cada uno, y podemos lamentar la extinción de una especie como si fuera una mutilación” (LS, 89ss).

Esta comunión universal debe transformarse en "Ecología de la vida cotidiana", en una "una mejora integral en la calidad de vida humana" que tenga en cuenta "el espacio donde transcurre la existencia de las personas” porque estos “influyen en nuestro modo de ver la vida, de sentir y de actuar” (LS 147). "La ecología humana implica también algo muy hondo: la necesaria relación de la vida del ser humano con la ley moral escrita en su propia naturaleza, necesaria para poder crear un ambiente más digno" (LS, 155).

No hace falta decir que esta forma de concebir la vida y las relaciones humanas y sociales requieren la implicación y la participación de todos. El Papa Francisco, por tanto, denuncia en Fratelli Tutti "Las sombras de un mundo cerrado" que "desfavorecen el desarrollo de la fraternidad universal". Entre ellas, el “sembrar la desesperanza y suscitar la desconfianza constante, aun disfrazada detrás de la defensa de algunos valores”. Porque esta es "la mejor manera de dominar y de avanzar sin límites" de los egoísmos personales y nacionales.

“Hoy en muchos países se utiliza el mecanismo político de exasperar, exacerbar y polarizar. Por diversos caminos se niega a otros el derecho a existir y a opinar, y para ello se acude a la estrategia de ridiculizarlos, sospechar de ellos, cercarlos. No se recoge su parte de verdad, sus valores, y de este modo la sociedad se empobrece y se reduce a la prepotencia del más fuerte”.

De este modo hasta la política sufre y ya no es “una discusión sana sobre proyectos a largo plazo para el desarrollo de todos y el bien común, sino sólo recetas inmediatistas de marketing que encuentran en la destrucción del otro el recurso más eficaz” (FT, 15). Al contrario, "Cuidar el mundo que nos rodea y contiene es cuidarnos a nosotros mismos. Pero necesitamos constituirnos en un ‘nosotros’ que habita la casa común" (FR, 17).

Sólo desarrollando y transformando estas palabras en hechos es posible la participación comunitaria y la participación activa de todos. Los campos de esta implicación y esta participación son muchos. Un ejemplo significativo es la economía circular que en estos tiempos está penetrando en la conciencia de todos como una de las respuestas necesarias a los múltiples problemas de nuestra casa común: contaminación, explotación excesiva, cultura del descarte, falta de respeto por la naturaleza y la vida social, desigualdades.

La economía circular es un modelo de producción y consumo que implica compartir, prestar, reutilizar, reparar, reacondicionar y reciclar materiales y productos existentes. Esto prolonga el ciclo de vida de los productos, lo que ayuda a reducir los desechos. Basta pensar que la Unión Europea produce más de 2.500 millones de toneladas de desechos cada año.

Otro ejemplo es el 'derecho a reparar'. Está comprobado que los sectores que más absorben recursos, como la electrónica y las tecnologías de la información y de la comunicación, los plásticos y los textiles disfrutan de la técnica de la "obsolescencia programada" o planificada. Es la estrategia encaminada a definir el ciclo de vida de un producto con el objetivo de limitar su duración a un período predeterminado. Así, el producto se vuelve inutilizable después de cierto tiempo, o simplemente se vuelve obsoleto a los ojos del consumidor en comparación con los nuevos modelos, aunque estos sean poco o nada mejores desde el punto de vista funcional. También existe una obsolescencia percibida o simbólica cuando la medida adoptada para hacer que un producto sea obsoleto con anterioridad es la publicidad (Las diversas caras de la obsolescencia).

La economía circular es, por tanto, el campo ideal y necesario para la participación de todos: consumidores, vendedores, programadores, constructores. Esta participación es comunitaria porque requiere ciencia y conciencia que solo se pueden lograr a través de la educación y, por lo tanto, necesitan la participación de padres, escuelas, organizaciones sociales, autoridades locales y nacionales.

Como se señaló acertadamente al final de la COP26, reducir la contaminación atmosférica ya no es suficiente, es el consumo global que debe reducirse. El primer paso podría ser comprobar que tanto la producción como el consumo pueden reducirse sin renunciar a los beneficios conseguidos o aspirados, empezando así por darle un alma a la economía transformándola en una economía circular.

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Los comentarios de nuestros lectores (1)

Paul Rahmat 01.12.2021 Very interesting reflection on integral ecology