Vivat hace su mayor trabajo gracias al Comité Ejecutivo en Nueva York, aunque el Consejo de Administración se reúna regularmente a Roma, donde tienen la sede los diez miembros.
Dos veces al año, el Comité Ejecutivo se reúne en una sala prestada por el Centro Internacional de las Organizaciones Católicas, ya que los precios en Nueva York son tan altos que la Oficina de Vivat, a pocos pasos de las Naciones Unidas, es poco más que un cuchitril.
La reunión de ayer se centró en el informe de las actividades del año pasado, 2010, y en el programa de este nuevo año, 2011. Los medios modernos de comunicación nos han permitido estar un diálogo con los representantes de Vivat en Ginebra y Viena, donde se encuentran las sedes de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y la Lucha contra el Crimen y las Drogas.
Después de haber sido durante dos años representante de los Misioneros Combonianos en el Consejo de Administración en Roma, la reunión de ayer me ha permitido comprender la enorme cantidad de trabajo posible y la red de contactos y de informaciones que se puede tener estando en Nueva York.
Sobre todo me interesó el esfuerzo para definir los objetivos que se quieren alcanzar con los cursos de capacitación que se llevan a cabo en los 4 continentes donde trabajan los miembros de Vivat, y la necesidad de garantizar que el servicio de Vivat por la Justicia y la Paz sea un ministerio de evangelización misionera. Con la fuerza de alrededor 30.000 misioneros, Vivat puede llevar adelante un trabajo misionero que sea, no sólo el de promover el desarrollo y la caridad como hace desde hace décadas, sino que también penetrar los valores evangélicos de Justicia, Paz, Respeto de la Creación en el tejido social y la cultura de los Países en que trabaja.
Los diversos informes de la labor realizada en Nueva York, Viena y Ginebra, la preparación de los textos de la Newsletter y del sito Web -www.vivatinternational.com -, la creación de una base de datos para tener los contacto con misioneros que trabajan en el campo por la Justicia y la Paz, me han permitido calar en el concreto de nuestro trabajo.
Mientras escuchaba, en mi calidad de observador, me dejaba iluminar por el Evangelio de ayer.
Jesús libera un poseído por una legión de 2000 espíritus inmundos, que piden entrar en una piara de cerdos, la precipitan a valle y la ahogan en el lago. Los dueños vienen y suplican a Jesús que… se vaya. Moral: hacer el bien a las personas tiene sus costos económicos y hay gente que prefiere guardar su riqueza a trabajar para el bien de los demás. Esta dinámica sigue existiendo y es inherente a toda actividad humana: sólo el poder del Evangelio nos dona claridad en escoger y valentía en realizar las decisiones.
Una noticia que se filtró en el encuentro me dio a pensar. Según las últimas estadísticas, las expulsiones y deportaciones de inmigrantes son más numerosas hoy con Obama, del Partido Demócrata, que cuando Bush, del Partido Republicano.
El dinero no huele, dice un viejo proverbio: "No," replica Jesús. Pero esto no impide que lo esclavice todo y a todos, incluyendo a las ideologías de los partidos.
Un Monje se quejaba: "Cuánta ingratitud hay hoy en este mundo!". El abad le replicó: "No seas pesimista. Y, ¿sabes por qué? Hoy hay menos gente ingrata de lo que se piensa, por la sencilla razón de que... hay menos generoso de lo que se cree".
Juan Pablo
Nueva York, 01 de febrero 2011
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