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Cerro de Pasco: una ciudad tragada por la minería

Butembo 01.01.2022 A cura di GPIC Traducido por: Jpic-jp.org

Un letrero a la entrada de la ciudad de Cerro de Pasco anuncia: "Bienvenidos a Cerro de Pasco, la ciudad más alta del mundo". Esta ciudad de 299.000 habitantes, situada a 4.380 m de altitud, es sin duda la ciudad más alta del Perú pero también una de las más austeras e inhóspitas del mundo.

Hay un frío húmedo que penetra hasta los huesos; lluvia helada y aguanieve caen regularmente allí, y gran parte de la población sufre de enfermedades respiratorias, como neumonía. El frío es tan intenso y gélido que sus habitantes tienen que ponerse anoraks y gorros de lana hasta en el interior de sus habitaciones. Aquellos que nunca se han acostumbrado a tal altura tienen la impresión de que un puño de hierro comprime su cabeza: frecuentemente tienen dolores de cabeza, sienten dificultad para respirar y tienen palpitaciones. Los visitantes suelen ir al hospital para inhalar oxígeno.

La ciudad es una colección de pequeñas casas grises, encaramadas alrededor de un enorme agujero fangoso cuyas terrazas forman una mina a cielo abierto que se expande rápidamente. La mina, que en el pasado destruyó casas coloniales y otros símbolos históricos de la ciudad, ahora se lo está tragando todo a su paso.

Volcan, la empresa peruana que opera la mina, continúa operando con toda impunidad ya que escasean siempre más los funcionarios del gobierno dispuestos a emprender un viaje de siete horas a esta inhóspita región. A medida que la mina se expande, la gente del pueblo abandona sus hogares y construye otros nuevos, que brotan como hongos cada vez más en las montañas circundantes.

Casi el 14% del territorio del municipio ya ha sido otorgado a empresas mineras en forma de concesiones. “Al gobierno no le importa la gente de Cerro de Pasco”, dice Gladys Huaman, directora de Labor, una ONG socia de Desarrollo y Paz que trabaja en la región. "Para él, somos un pueblo fantasma".

Elvira, una periodista local, recuerda la casa familiar donde alguna vez vivió. Esta casa fue demolida para dar paso a la mina hambrienta. Recuerda que emisarios de la empresa minera trataron de convencer a su padre para que la vendiera. El alcalde del pueblo lo animó a no hacerlo, diciéndole que pronto la ciudad instalaría mejores servicios, incluyendo agua corriente. Sin embargo, unas semanas después, el alcalde fue asesinado y su cuerpo encontrado cerca de la mina. Entonces el padre de Elvira se dio cuenta de que era hora de mudarse.

Hoy, la violencia ya no es necesaria para expulsar a la gente a medida que la mina continúa expandiéndose. Celia, trabajadora de Labor, vivía muy cerca de la mina. Un día su cocina se derrumbó. Un arquitecto le explicó que esto había sucedido debido a la humedad excesiva en el suelo por estar cerca de la mina. Por lo tanto, se vio obligada a dejar el lugar.

Se ha observado que el nivel de contaminación en Cerro de Pasco es muy alto. El análisis de muestras de suelo tomadas de tierras agrícolas por la Arquidiócesis de Huancayo mostró que el nivel de plomo es de 4556 partes por millón (ppm), una concentración que excede los estándares canadienses aceptables de 70 ppm. El nivel de arsénico es de 314,7 ppm, mientras que el estándar aceptable es de 12 ppm, y el nivel de cadmio es de 76,8 ppm, mientras que el estándar aceptable es de 1,4 ppm. Pruebas realizadas por Labor en colaboración con la Arquidiócesis de Huancayo revelaron que el 91% de los niños tienen metales pesados ​​en la sangre.

Perú. Los metales que aniquilan a una generación”, escribe Silvia Camisasca el 3 de enero 2022 in Vatican News. “La prestigiosa revista Nature recoge los resultados de los análisis realizados por científicos de la ONG italiana Source International – dirigida por el biólogo Flaviano Bianchini - que lleva 10 años siguiendo el caso de Cerro de Pasco. “La causa principal, dice el reporte, debe buscarse en los metales pesados presentes en sus cuerpos, en especial en las escorias de plomo procedentes de la actividad minera”, de esa mina a cielo abierto localizada al centro de la ciudad.

La comunidad de Cerro necesita que se haga justicia, porque una sociedad que no protege a sus niños “no tiene futuro”, recuerda Bianchini.

Un análisis preliminar muestra que el coeficiente intelectual medio de los niños de Cerro de Pasco es 18 puntos inferior al de los niños de las regiones vecinas. "El plomo bloquea el desarrollo del coeficiente intelectual, que se produce en los primeros cinco años de vida; los resultados muestran que la contaminación provoca daños permanentes e irreversibles en su crecimiento cognitivo. Incluso en el cabello de estos niños encontramos concentraciones de plomo 42 veces superiores” a lo normal, explica Bianchini.

"No sólo están privando a los niños del Cerro de su salud, sino también de la posibilidad de un futuro, destinándolos a la marginación y a la exclusión social”.

“Cerro de Pasco es el emblema de la sociedad moderna”, concluye Silvia Camisasca: "El 100% de los minerales extraídos de las canteras de Cerro, cuya mina está controlada por una multinacional con sede en Suiza, se exportan”. En Perú quedan sólo escoria y contaminación, que enferman a los niños.

A pesar de estos altos niveles de contaminación, el gobierno encontró la manera de vender agua potable del Cerro de Pasco en Lima; una empresa brasileña se ha adjudicado el contrato para la construcción de tuberías que llevarán agua a la capital. La falta de un adecuado sistema de abastecimiento de agua en Cerro de Pasco es un detalle que parece habérseles escapado por completo.

Los de Labor están trabajando para convencer al gobierno de que elabore un plan de reubicación para los residentes de las 80.000 viviendas de la ciudad. A pesar del estado de emergencia que ha declarado el gobierno en la región, poco se ha hecho para encontrar una solución a esta crisis ambiental, y nada se ha hecho para detener la salvaje expansión de la mina. Afortunadamente, Labor sigue defendiendo los derechos de la población local y ha logrado la promulgación de una ordenanza que establece un registro de los ciudadanos desplazados por las actividades mineras y de aquellos que sufren problemas de salud relacionados con la contaminación. Según Labor, estas ordenanzas eventualmente impulsarán al gobierno a actuar. Pero las cosas van despacio y la gente de Cerro de Pasco debe seguir dando muestras de paciencia y perseverancia.

Ver, Cerro de Pasco : une ville engloutie par une mine

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Los comentarios de nuestros lectores (1)

Margaret Handerson 18.03.2022 In this Newsletter, there were some horrific items - the city being overtaken by mining, what is happening in the Amazon and the blue helmets abusing their power. On the other hand, the story of bamboo planting in the Philippines was inspirational.