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Guerra en Ucrania: la impotencia de las Naciones Unidas. Hay que repensar la ONU

07.04.2022 Filippo Passantino Traducido por: Jpic-jp.org

“Creo que la posición del Papa responde no sólo al reconocimiento de la realidad. En este momento, la ONU está prácticamente aislada de una acción concreta con respecto al conflicto en Ucrania, que es diferente de todas las demás guerras de los últimos tiempos. Al mismo tiempo, también es un grito por una concepción de la ONU diferente a la actual. Porque ya no es posible quedarse estancados en su forma original que es de 1945”. Entrevista a Buonomo.

En su opinión, ¿cuál debería ser esta concepción diferente de la ONU?

En 1945 se estableció la ONU como resultado también de la Segunda Guerra Mundial. Este "también" es importante. Preveía no sólo la presencia de algunos países con un estatus diferente -los llamados miembros permanentes- sino también acciones de respuesta o preventivas, para garantizar la seguridad y por tanto la paz, que hoy ya no es posible pensar e implementar. Porque la forma de hacer guerras ha cambiado. Han cambiado los despliegues de armas. Más sofisticadas son las armas que se utilizan y las técnicas de guerra: cada vez más se utilizan armas sin la presencia del elemento humano, confiándolo todo a la tecnología y la cibernética. Desde el punto de vista político, la ONU se ha debilitado paradójicamente respecto de su propósito esencial, es decir, no el de resolver los conflictos sino el de prevenirlos poniéndose en el "centro" de los diálogos entre Estados: desde el desarme hasta el control de armamentos, pasando por la interdicción de la ley del más fuerte.

El Papa pide que la ONU sea verdaderamente un órgano, una autoridad que pueda actuar a nivel mundial por encima de los Estados y sus intereses en lo que va del mantenimiento de la paz y la justicia. Pero ante un gasto mundial en armamento que asciende a unos 2 mil billones de dólares y un presupuesto ordinario de la ONU que apenas recauda contribuciones de 2 mil millones, ¿cómo se puede hacer esto? La idea del Papa es recurrente en varios de sus discursos, desde el que pronunció el 26 de septiembre de 2015 ante la ONU a otros contextos internacionales, hasta el que pronunció en Malta hace unos pocos días.

En su opinión, ¿cuál sería el siguiente paso a dar?

El debate en el Consejo de Seguridad ha demostrado que, si el conflicto ucraniano regresa dentro de la Organización, se podría tener quizás una gestión colegiada, más amplia en vez de una acción que se limite a la oposición, no solo de posiciones sino de intereses: Países que legítimamente apoyan a Ucrania frente a la agresión rusa y países que directa o indirectamente apoyan la posición de Rusia y otros que no toman una posición. Estamos fuera de cualquier contexto que razone y actúe en sintonía: la ONU debería convertirse en este contexto común. Debe ser no sólo una caja de resonancia de los problemas del mundo, sino una realidad en la que se aborden problemas comunes y se den soluciones comunes. Este es el paso necesario. Las crisis deben ser manejadas a nivel global, trasladarlas solo a algunos organismos a nivel regional no da resultados, porque las implicaciones de esta guerra directa o indirectamente recaerán sobre todos los países. Basta pensar en el impacto económico negativo que esta guerra está trayendo a muchos países, empezando por los que ya están en precariedad.

¿Cuál es el papel de los pequeños estados en este contexto?

Yo creo que la acción de los pequeños estados podría ser de hacer que la gente entienda cuáles son los problemas que plantean los grandes estados en las relaciones internacionales. Cuando en la Europa de la Guerra Fría, entre 1967 y 1975, se inició lo que se denominó el Proceso de Helsinki, los pequeños estados lograron crear las condiciones para llegar a lo que fue el Acta Final, el cual marcó no sólo una solución formal de la Segunda Guerra Mundial sino que también sentó las bases de lo que será poco a poco el cambio que se produjo sobre todo en los países de Europa Central y del Este. Los estados pequeños tienen una capacidad de maniobra que se debe escuchar.

¿Cómo podemos leer el papel de Rusia en la ONU?

Es evidente que Rusia quiere hacer uso de su posición, es decir, bloquear cualquier decisión que pueda tomar el Consejo de Seguridad con respecto al conflicto en Ucrania. Al mismo tiempo, la propia ONU no puede prescindir de Rusia. En el contexto internacional, en las negociaciones, en la actividad diplomática, excluir a alguien significa no sólo dejarlo fuera sino no poder colaborar con él para resolver los problemas. Ningún miembro puede ser excluido de la comunidad internacional. No es la solución. Incluso si ese miembro está cometiendo un delito. Esto lo enseña la exclusión de Alemania de la Sociedad de Naciones antes de la Segunda Guerra Mundial. En todos los sentidos, incluso el Estado que viola las reglas debe ser recuperado para hacerle comprender su responsabilidad y llevarlo a colaborar para ir más allá. En Ucrania, cuando terminará el uso de las armas, se abrirá otro conflicto, él que tendrá como objetivo la reconstrucción de la paz, lo que puede significar nuevas fronteras o diferentes divisiones de territorios, retorno de poblaciones desplazadas o refugiadas en el extranjero, justicia por los crímenes cometidos. Y todos los protagonistas tendrán que estar presentes, para asumir responsabilidades y compromisos.

Se habla de crímenes internacionales, de tribunales al estilo de Núremberg, ¿es esto posible?

Una cosa está clara: no hace falta invocar a la Corte Penal Internacional, de hecho yo diría que es una forma de eludir responsabilidades. Paradójicamente, la Corte es cuestionada por los Estados - ¡y son muchos! - que no acepten su función y competencia. No olvidemos que después de Núremberg hubo el Tribunal de Tokio, el de la ex Yugoslavia, el de Ruanda, el de Camboya, el de Sierra Leona, hasta llegar a la Corte Penal Internacional. Entonces, ¿por qué no se afirma claramente que la civilización jurídica, a la que la humanidad ha llegado también a través de estos tribunales, exige que todos los Estados juzguen cada uno a quienes cometen crímenes internacionales? Incluso los estados a los que pertenecen los acusados ​​de crímenes internacionales. Se llama "jurisdicción universal" y todavía queremos considerarla una pura utopía, pero sólo para evadir responsabilidades y quizás luego poder decir frente a los crímenes cometidos que la Corte Penal Internacional es inútil. La lógica es la que el Papa Francisco ha descrito tantas veces precisamente hablando de la guerra: “siempre es culpa de los demás” y por tanto “¿qué me importa a mí?”.

¿Qué perspectivas de paz se pueden abrir en Ucrania?

Parece que hay dos caminos posibles. Por un lado, Ucrania debe necesariamente garantizar su territorio y su soberanía. Esto significa no sólo garantizar ese país sino argumentar que no se puede violar el principio de la inviolabilidad de las fronteras: una agresión, un ataque desde el exterior no puede cambiar las fronteras de un Estado, su integridad territorial, cultural y sobre todo humana. Lo contrario sería cuestionar todos los principios establecidos por las normas internacionales: ¿con qué consecuencias?

El segundo camino es el de las negociaciones entre las partes en conflicto, pero con la presencia de garantes efectivos: Ucrania ya ha dejado claro cuáles son los espacios que puede conceder a la negociación, cuando hablaba de neutralidad, de no querer ingresar a la OTAN, de ponerse de lado e otros estados llamados "neutrales"; del lado ruso no parece haber apertura, por el contrario insisten en una especie de teoría de “tierras a liberar”.

Creo que son dos caminos que necesariamente hay que seguir, pero es evidente que ambos requieren de un contexto multilateral para evitar soluciones pragmáticas pero de corto plazo. Al mismo tiempo, será posible integrar gradualmente a Ucrania en el espacio económico europeo. Pero, entonces, queda el imperativo más importante: la adhesión personal a este proceso de quienes tienen responsabilidades institucionales y políticas, y de todos los que damos vida y vitalidad a las instituciones nacionales e internacionales. No podemos quedarnos como espectadores ni tampoco ampliar la caravana de los indiferentes. Porque si no cambia la actitud de los responsables de las situaciones, podríamos hasta obtener un “cese al fuego” pero no la solución de lo que está a las raíces del conflicto.

Ver Guerra in Ucraina: impotenza delle Nazioni Unite. «L’Onu va ripensata»

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Los comentarios de nuestros lectores (3)

Paul Attard 01.06.2022 Good; at last a move to reform the UN. Long overdue!
VICKY ACUNA 06.06.2022 Les dejo este artículo que muestra otros puntos de vista> Rusia vira a Oriente, hacia la nueva luz Tweet about this on TwitterShare on FacebookEmail this to someone Por Umberto Mazzei | 04/06/2022 | Opinión Fuentes: Rebelión “La Campaña de rusofobia tiene un objetivo, negar la identidad europea de Rusia, un atributo del que carecen los Estados Unidos de América”. La operación militar especial del ejército ruso en Ucrania nos hace pensar en las secuelas socioculturales de este evento que demuestra lo subyugada que está Europa a los intereses de los Estados Unidos, que son los que rigen la política de la Comisión Europea. Intereses que no serán desarraigados sin una tercera guerra mundial. Ese hecho cambia la política exterior rusa y su papel geopolítico en el mundo. Rusia no necesita someterse a los dictados de la oligarquía liberal atlántica cuando tiene los medios para borrarla del mapa. La crisis en Ucrania demuestra que Europa necesita los recursos de Rusia y que Rusia no necesita a Europa. En Oriente hay un mercado más grande y economías florecientes que la avasallada economía de la Unión Europea. La traición a los intereses propios de la clase política europea dificulta un diálogo sensato e inteligente entre Bruselas y Moscú. Ese hecho hace que Rusia vire hacia su mercado común euroasiático, hacia donde también confluyen China e India, que son las dos economías de mayor crecimiento. Economías basadas en la economía real cuya base es el intercambio de bienes y servicios. Eso la diferencia de las decadentes economías occidentales, basadas en la economía financiera de la riqueza virtual anclada en el dólar, una moneda sin respaldo cuyo funcionamiento es a base de acumulación de deuda, en todo idéntico al esquema de la pirámide Ponzi. Un esquema insostenible que reparte ganancias inexistentes y cuyo crecimiento se basa en la emisión de nuevas deudas que no son sino estafas originadas en Estados Unidos que se venden en las bolsas de valores europeas. Por ello es inevitable ese viraje para conviertir la economía rusa en una de las economías asiáticas, que son las de mayor crecimiento y estabilidad. Es probable que después del carnaval atlántico de la rusofobia sea inevitable el viraje ruso hacia la luz naciente. Ese divorcio de Rusia con la decadente economía atlantista la aleja de la próxima e inminente crisis del dólar. Liberada del lastre de su relación económica con la Europa de Bruselas se verá crecer la economía rusa por encima del 10% anual mientras el Occidente atlántico se sume en las sombras de una grave recesión. Europa no condenó, a pesar de que Alemania y Francia eran garantes de los acuerdos de Minsk, la negativa del Zelensky a cumplir con dichos acuerdos a pesar de que era la única exigencia de Rusia para mantener la paz. Zelensky y Bruselas son los únicos responsables de la operación militar rusa en Ucrania. Zelensky se negaba a cumplir los acuerdos de Minsk a pesar de que fue elegido gracias a su promesa de cumplirlos, pero en lugar de eso atacó con el ejército ucraniano a la población rusa del Donbass, con la intención evidente de provocar una intervención militar rusa para justificar con una guerra de propaganda unilateral la existencia de la OTAN en Europa y disminuir la cooperación económica de Rusia con Alemania, simbolizada por el gasoducto báltico North Stream 2, un proyecto perfectamente lícito que Estados Unidos saboteó con sanciones arbitrarias que demoraban su construcción porque sus petroleras no podían competir con el precio del gas ruso que llevaría a Europa el North Stream 2, ya que ese gas resulta un 40% más barato que el norteamericano. Esa es la razón de todas las provocaciones norteamericanas a Rusia en Ucrania. Como en 2014 con el golpe de estado en la Plaza Maidan contra el Gobierno legítimo de Víctor Yanucovich que en persona orquestó la Subsecretaria de Estado norteamericana Victoria Nuland, para instalar una Junta nombrada por ella, cuya política no era otra cosa que destruir toda cooperación política, cultural y económica con Moscú. En Estados Unidos piensan que Rusia solo podrá proyectar su poder en Europa con Ucrania como parte de Rusia. Porque Rusia y Ucrania son la misma gente y Kiev, en Ucrania, hace mil años fue la cuna de la civilización rusa. Ucrania también es el límite de contacto del mundo ruso con Europa. En efecto, el nombre de Ucrania significa algo así como tierra de tránsito y en efecto hubo un largo tiempo en que estuvo sometida a la Confederación lituano-polaca. Volver Ucrania hostil a Rusia es algo que ya intentaron los nazis y en efecto hubo cuerpos de soldados ucranianos que combatieron a favor de Hitler contra el ejército ruso. Por eso la glorificación de Stepan Bandera y el uso de símbolos nazis por las tropas ucranianas. Es paradójico que Nuland, que es judía, haya promovido el nazismo ucraniano para fomentar el odio entre Ucrania y Rusia y así romper la integración económica entre Rusia y Europa. Todo ello en aras de mantener la sumisión del Occidente europeo a los intereses de Washington por encima de los propios intereses europeos, que con mucha frecuencia coinciden más con los de Rusia, su vecina europea llena de recursos, que con los de los Estados Unidos de América. A pesar de que Europa necesita a Rusia, como han demostrado las sanciones que prohíben el comercio con Rusia. Uno se pregunta dónde queda relegada la jactancia occidental de querer un ambiente de relaciones internacionales regido por reglas cuando existen las sanciones comerciales que por caprichosos berrinches imponen Washington y Bruselas. Sanciones arbitrarias, a cuenta de una indignación moral, que violan todas las normas acordadas multilateralmente por el mundo en la Organización Mundial del Comercio (OMC). Esa violación impune de sus normas ha convertido a la OMC en un organismo irrelevante a pesar de la importancia económica crucial del tema comercial que gobierna. Como era de esperar Rusia está pensando en abandonarla, porque a pesar de que Rusia y China cumplen rigurosamente sus normas, estas nunca se aplican cuando contradicen los intereses de Washington. La Comisión Europea en Bruselas no es otra cosa que la máscara política de la OTAN. Como ha sido bien demostrado en Afganistán, Somalia, Serbia y Libia la OTAN no es en absoluto una alianza defensiva. Sino un contubernio entre imperios aliados en complicidad criminal ofensiva y predatoria que sólo sirve como pretexto para que Europa pague un tributo del 2% de su PIB a sus amos en Washington. El final de esa espuria alianza está cerca, porque la crisis de Ucrania demostró que Washington y sus vasallos no están en condiciones de proteger a nadie contra alguna potencia de primer orden, porque desde la Segunda Guerra Mundial las tropas de Estados Unidos solo combaten bajo la cobertura de la supremacía aérea. La operación militar en Ucrania demostró que es Rusia quien combinando su artillería y su fuerza aérea puede mantener la supremacía aérea. Por ese motivo la OTAN, que nunca ha sido tímida en cuanto a las agresiones militares, se abstuvo de intervenir militarmente y mantuvo el tímido papel de proveedor de armamento que es el gran negocio de las guerras. Estoy seguro de que por ese motivo de que según el derecho internacional bélico los proveedores se convierten en “parte beligerante” Rusia, con todo derecho, ataca a los convoyes que llevan armas a Zelensky para que mande a morir a más ucranianos y más rusos. La OTAN se limitará a acusaciones retóricas, pero se guardará bien de alguna represalia, porque si ataca territorio ruso Rusia devolvería el golpe en territorio de Estados Unidos, que se vería obligado a negociar su rendición porque está en inferioridad de armamento misilístico frente a Rusia y con China. Los únicos misiles con los que los occidentales pueden alcanzar territorio ruso o chino son mísiles balísticos que pueden ser interceptados con relativa facilidad mientras alcanzan su Zenit, mientras que Rusia posee misiles crucero hipersónicos de muy largo alcance que pueden golpear en cualquier lugar de Estados Unidos o Europa sin que por su velocidad y maniobrabilidad puedan ser interceptados por los misiles Patriot norteamericanos. El flanco oriental pronto tendrá más importancia que el occidental para Moscú, tanto en política como en economía. Rusia realizará su destino euroasiático de una manera más tangible, porque desde hace siglos Rusia desempeña el papel de representantede la cultura europea en Asia Central y desde entonces el ruso es la lengua de Mongolia y otros países de la región, algo que puede ser de utilidad a los ucranianos de lengua rusa y que Nuland y Zelensky quieren eliminar. Útil para los ucranianos que recuperen su abolengo ruso, porque en Eurasia está el futuro económico del mundo. Occidente es el lugar donde se pone el sol y desaparece la luz entre tinieblas, el término «Occidente” (West) para denominarse a sí mismo fue usado por Washington y Bruselas como una construcción ideológica para marcar a los países prooccidentales como una oposición a Rusia, que fue etiquetada como un Estado no europeo. Como si no fuese Rusia una de los mayores artífices de la cultura y de historia europea al haber liberado a Europa de dos tiranos europeos: Napoleón y Hitler. Son los Estados Unidos (el último tirano europeo que no es un país de Europa por ubicación geográfica y tampoco por cultura o filosofía, diametralmente opuestas a la cultura europea de raíces grecorromanas, germánicas y cristianas de la civilización europea. Que son las mismas de Rusia, heredera de Bizancio, que fue la mayor síntesis grecorromana y cristiana que haya existido. El título de Zar es heredero del título César. Estados Unidos, además de no estar en Europa, tiene otras raíces. De las varias religiones que llegaron a sus costas la que la costumbre ha impuesto como emblemática, la del puritanismo (Mayflower, etc.) es una tradición religiosa que no es sino otro nombre del calvinismo, “que por su hipócrita respeto a los dueños de riqueza (Jehová premia en este mundo) se asimila a la adoración del becerro de oro” (Max Weber). Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
Margaret Henderson 17.07.2022 I felt very upset by the article ´The Ukraine War and the Impotence of the UN’ because it was so heavily biased against Russia, though of course I would love the UN to be able to play a peace making role. I am much more in harmony with the view point of the article about Afghanistan as I believe, BOTH these wars have been largely instigated by the American armaments industry.