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Niñas y mujeres de Nigeria, convertidas en botín de guerra

Nigeria (IPS) 25.04.2019 Sam Olukoya Traducido por: Jpic-jp.org

“Nos sacaron a la fuerza y ​​nos mantuvieron como prisioneras”, dice Lydia Musa, quien fue secuestrada por Boko Haram cuando tenía 14 años, durante un ataque en Gwoza (Estado nororiental de Borno, Nigeria). Musa y otras dos menores de edad fueron apresadas y obligadas a casarse con combatientes de Boko Haram a pesar de que eran demasiado jóvenes para contraer matrimonio.

“Debes casarte, te guste o no, nos conminaron mientras nos apuntaban con sus armas”, cuenta Musa de 16 años. Ahora reside en Maiduguiri, la capital de Borno, porque le asusta volver a su casa. La violación de Boko Haram de los derechos de las mujeres y las niñas es la parte más notoria de un panorama más amplio de trata de personas, matrimonios forzados y esclavitud que existe en Nigeria.

Este grupo extremista llega a su décimo año de insurgencia y sigue siendo lo suficientemente poderoso como continuar “secuestrando a mujeres y niñas como botín de guerra”, dice en un comunicado Anietie Ewang, investigadora en Nigeria de Human Rights Watch.

Nigeria tiene la mayor incidencia de tráfico de personas a través del desierto del Sahara y el mar Mediterráneo hacia Europa. En las zonas del norte y noreste del país donde opera Boko Haram existe una alta incidencia de matrimonios forzados, mientras que en todo el país son frecuentes los casos de niñas “comerciadas” como esclavas modernas. Boko Haram, cuyo nombre significa “la educación occidental está prohibida”, tiene la reputación de estar entre los cinco grupos terroristas más mortíferos del mundo. Ha impulsado una violenta campaña para imponer un régimen de observancia estricta del Islam en el noreste de Nigeria y en zonas de los países vecinos de Camerún, Chad y Níger. Se calcula que más de 20.000 personas han sido asesinadas por estos extremistas desde que comenzaron su actividad rebelde en 2009.

El grupo está involucrado en secuestros, tráfico, trata y esclavitud de niñas y mujeres. Cientos de mujeres y niñas han sido secuestradas durante estos 10 años, aunque su secuestro más conocido ocurrió en abril de 2014, cuando sacó a 276 jovencitas de su dormitorio en la estatal Escuela Secundaria de Chibok (Estado de Borno), dando pie a la campaña “devuelvan a nuestras niñas” (#BringBackOurGirls).

Unos meses después, el líder de Boko Haram, Abubakar Shekau, comunicó en un video distribuido por Internet que las vendería: “Soy quien capturó a todas esas chicas y las venderé”, justificando la esclavitud. “La esclavitud está permitida en mi religión y capturaré a las personas y las convertiré en esclavas”, afirmó. En consecuencia, hubo otros secuestros masivos de niñas.

En marzo de 2015, Boko Haram secuestró a más de 300 mujeres, niñas y niños en la estatal Escuela Primaria Zanna Mobarti en la ciudad de Damasak y, en febrero de 2018, a 116 estudiantes en el Colegio Femenino de Ciencia y Tecnología de Dapchi, en el estado de Yobe.

“La forma en que Boko Haram retiene a las mujeres y las niñas contra su voluntad es en sí misma una forma de esclavitud”, dijo Rotimi Olawale, del grupo Bring Back Our Girls. El grupo participa en una gran campaña para la búsqueda y el rescate rápido y efectivo de las niñas de Chibok y otras mujeres y niñas secuestradas. Olawale afirma que Boko Haram también está usando a las cautivas como “valiosas fichas de negociación”, para cobrar rescates y pedir la liberación de sus combatientes presos en Nigeria. Cinco años después de su secuestro, son 112 las niñas de Chibok que permanecen cautivas; unas escaparon o fueron liberadas por acuerdos alcanzados entre Boko Haram y el gobierno nigeriano.

En lo que se considera una referencia a Boko Haram, Unicef ha asegurado que desde 2012, los grupos armados no-estatales que operan en el noreste de Nigeria han reclutado y utilizado a niños y niñas como combatientes y no combatientes y han violado y obligado a niñas a casarse. Las historias de quienes escapan del cautiverio de Boko Haram lo confirman. Ali Mohammed, un ex prisionero de Boko Haram, cuenta haber visto a milicianos de Boko Haram usando a niñas cautivas como esclavas sexuales: “Por la noche, iban libremente al lugar donde las niñas estaban confinadas para tomarlas y obligarlas a tener relaciones sexuales”.

Halima, otra excautiva de Boko Haram, destaca que los niños varones nacidos de la esclavitud sexual se están convirtiendo en la nueva generación de combatientes. Halima, quien dio a luz a gemelos durante su cautiverio, un niño y una niña, cuenta que los miembros de Boko Haram siempre celebran cuando nace un varón en sus campamentos: “Comienzan a disparar al aire y gritan con euforia que ha nacido un nuevo líder”. “Después de dar a luz a los bebés, cargaron al varón en señal de júbilo repitiendo Allah Akbar, mientras que no mostraron alegría alguna con la niña, ni siquiera la tocaron”, recuerda.

El secuestro de jóvenes por de Boko Haram tiene como uno de sus objetivos el convertirlos en combatientes, confirman estudios sobre este grupo islamista. Unicef asegura que entre 2013 y 2017 más de 3.500 niños, la mayoría de entre 13 y 17 años, fueron reclutados por grupos armados no estatales para utilizarlos en conflictos armados en el noreste de Nigeria. Es probable que las cifras reales sean superiores porque estas incluyen solo los casos verificados.

Musa confirma que vio a niños secuestrados que eran entrenados para ser combatientes: “En las mañanas, les enseñaban cómo disparar armas y perpetrar ataques”. Algunos de ellos tenían apenas 10 años.

También se sabe que Boko Haram entrena a niños para ser terroristas suicidas. Otro informe de Unicef, este de 2017, asegura que entre enero y agosto de ese año, 83 menores de edad, principalmente niñas, fueron utilizados por Boko Haram como terroristas suicidas. Esa cifra es cuatro veces más alta que en 2016.

Los intentos de legislar contra el matrimonio infantil, el abuso sexual, el tráfico, la trata y el secuestro han fracasado en Nigeria. En 2003, se adoptó la Ley de Derechos del Niño como un instrumento legal para protegerlos de estos abusos, incluyendo la edad mínima de 18 años para contraer matrimonio. Según Unicef, 43% de las niñas en Nigeria están casadas antes de cumplir los 18 años. La Constitución nigeriana no contempla una edad mínima para casarse y la ley fracasó en parte porque varios de los 36 estados en que se divide el país se negaron a aplicarla. “También fue un fracaso en los estados donde se adoptó porque solo existía en el papel y no se hizo cumplir”, afirma Betty Abah, una activista a favor de los derechos de mujeres y niñas. En 2016, el Senado de Nigeria, dominado por varones, votó en contra de un proyecto de ley sobre género e igualdad de oportunidades. Ese proyecto penalizaba la trata, el abuso sexual y la explotación de mujeres y niñas y niños, y prohibía el matrimonio forzado. Algunos de los legisladores votaron en contra argumentando que su religión permite el matrimonio de menores de edad.

“Es muy mala señal de que tenemos un largo camino por recorrer, si aquellos que deben votar leyes para proteger a mujeres, niños y niñas las consideran no necesarias”, dijo Abah. Mientras tanto, Musa puede haber huido de Boko Haram, pero está demasiado aterrorizada para regresar a su hogar. “Siempre rezo para que la crisis termine y pueda volver a mi casa; ahora no puedo porque no quiero arriesgarme a que Boko Haram me capture de nuevo”.

Foto. Una niña cuya familia huyó de los combatientes de Boko Haram, en la entrada de una tienda de campaña en el campamento para desplazados (Maiduguri, capital del estado de Borno, noreste de Nigeria). Crédito: Sam Olukoya/IPS

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