Justicia, Paz, Integridad<br /> de la Creación
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EL ACAPARAMIENTO DE TIERRAS

Una actividad ambigua

Causas y consecuencias de la apropiación de tierras

El impulso más concreto a las recientes adquisiciones de tierras ha sido la crisis alimentaria de 2008. En 2007-2008 el exagerado aumento de los precios de los productos agrícolas, como el trigo, arroz, maíz y otros cereales, provocó una crisis alimentaria tremenda. Los países con grandes poblaciones y con el problema de la seguridad alimentaria, como China, Corea del Sur e India, empezaron a buscar oportunidades para producir alimentos en el extranjero, especialmente en países en desarrollo, donde los costes de producción son mucho más bajos y además, la tierra y el agua son abundantes. 

A largo plazo, la seguridad alimentaria, energética y la volatilidad de los precios de los productos básicos a nivel mundial, siguen siendo parte de las preocupaciones para la mayoría de países. Sin embargo, también factores, que perdurarán en el tiempo, han impulsado el reciente aumento de la inversión en tierras agrícolas. Cruzando la información conocida sobre el comercio de tierras, resulta que: el 78% es para la producción agrícola y de este las tres cuartas partes es destinado a la producción de biocombustibles. El 22% restante lo constituyen: la minería, industria, turismo y la reforestacióniii.

Un gran impulso para este fenómeno es, de hecho, la demanda de productos agro-combustibles para el transporte y los manufacturados. Algunos países -Comunidad Europea, USA y Brasil- se han trazado objetivos en el uso de energías renovables para reducir su dependencia del petróleo extranjero y limitar los cambios climáticos y, a este fin, los gobiernos ofrecen incentivos financieros a sus compañías y estimulan inversiones privadas para producir productos agro-energéticos en el exterior. Esta situación puede llevar al aumento de los precios de productos agrícolas y amenazar la seguridad alimentaria local. 

El agua es uno de los factores más importantes que impulsan el fenómeno a largo plazo. En algunas partes del mundo, como en los Estados del Golfo, el agua de importantes cuencas y acuíferos a bajo costo ha sido ya explotada en exceso. Esto limita seriamente las posibilidades de aumentar la cantidad de agua para el riego. La tierra y el agua son las fuentes principales para la supervivencia de las familias agrícolas. La apropiación de tierras conlleva el “acaparamiento de agua” ya que la agricultura industrial necesita grandes cantidades de ese líquido elemento; su privatización arrebata su uso a la gente del lugar. Además, los enormes canales de irrigación resecan las capas de las aguas subterráneas, llegando a destruir para siempre las cuencas acuíferas, que son cruciales tanto para la biodiversidad de la región como para las formas de vida tradicional. El acaparamiento de tierras se vuelve así una historia de lágrimas: los agricultores pierden sus tierras y sus formas ancestrales de vida; pierden el acceso a sus fuentes de subsistencia: los espacios para la agricultura, el pasto, la pesca, la caza, la recolección de setas, hierbas, cacahuetes, frutas, miel y otras comidas, ni siquiera contarán con leña para el fuego u otros materiales para actividades diversas. Sin tierra, los campesinos se ven obligados a volverse peones eventuales o arrendatarios de pequeñas parcelas; incluso estas oportunidades son muy limitadas y, por ende, se ven forzados a emigrar al extranjero o hacia áreas urbanas nacionales donde no conseguirán un trabajo fijo y, a menudo, terminaran marginados por la sociedad. Las mujeres, principales agentes de la producción de comida -y quienes tienen menos derechos sobre sus tierras- son las más afectadas. Las comunidades locales suelen comentar, que lo más agobiante es la pérdida de las tierras de sus antepasados, o de lugares con connotaciones espirituales, donde solían realizar sus ceremonias tradicionales.

La mayoría de los autóctonos despojados no recibe compensación por sus pérdidas. Cuando la obtienen, raramente cubre el verdadero valor de la tierra y de las fuentes de sus ingresos, ni de lo que pierden. La compensación recibida no permite a estos campesinos sobrevivir más de 2 o 3 años. En estas compensaciones injustas juega su papel la corrupción.

El acaparamiento de tierras es una violación de las normas internacionales sobre los derechos humanos porque implica: la erradicación forzada de la tierra, la falta de instrumentos para que las comunidades locales participen en las decisiones políticas que afectan sus vidas; la flagrante negación de la información a los afectados; el silenciamiento o la prisión de los que se oponen; la introducción de modelos insostenibles para el uso de la tierra, que destruye el medio ambiente y los recursos naturales. Todo gobierno es responsable del respeto de los derechos humanos y socio-económicos de sus pueblos y ninguna decisión política que los descuide se justifica aunque se presente como medida pública o decisión estatal. 

El acaparamiento de tierras amenaza también el derecho a tener seguridad y soberanía alimentaria; ya que hace cada vez más difícil que las comunidades locales y los países puedan alimentarse por ellos mismos, porque se desvía la comida producida a niveles industriales hacia países extranjeros. A esto se añade el hecho que los gobiernos de muchos países, que ya sufren inseguridad alimentaria, alquilan o venden sus tierras sin mecanismos previos que aseguren que estas inversiones contribuyen a mejorar la seguridad alimentaria de sus poblacionesiv

Se han hecho numerosos estudios sobre el impacto que el acaparamiento de tierras ha tenido sobre las comunidades locales. Estos estudios necesitan focalizarse aún más sobre los aspectos: social, económico, cultural y ambiental. Además de todo aquello que afecta a los campesinos, al desarrollo, a la seguridad y soberanía alimentaria y a la producción. Hay una necesidad urgente de realizar más estudio de casos, en diferentes países, para identificar los beneficios y deficiencias asociados a estas inversiones, para rellenar el vacío de información y conocimiento que existe al respecto.

El peligroso camino que va de la inversión al acaparamiento   Las transacciones de tierras