Justicia, Paz, Integridad<br /> de la Creación
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EL ACAPARAMIENTO DE TIERRAS

Una actividad ambigua

El acaparamiento de tierras desde la perspectiva cristiana

La Tierra es tanto un medio socio-económico como un medio de identidad cultural. El acceso a ella es necesario para la vida humana y para la paz social.

Los profetas del Antiguo Testamento y el mismo Jesús no dejaron dudas sobre el escándalo de la acumulación de la tierra en manos de unos pocos. La acumulación ilimitada de recursos, en un contexto donde otros no tienen cubiertas ni siquiera sus necesidades vitales, va contra la finalidad de la creación: Dios creó abundancia para que cada ser humano gozase de sus dones. El desprecio de la dignidad y los derechos de las personas, por parte de los poderosos, siempre fue denunciado por los profetas. 

Es más, Jesús condena con extrema crudeza la acumulación de riquezas frente a la pobreza y privación: “Ay de los ricos…” (Lc. 6:24) y dramatiza el hecho de los abusos de la creación en la parábola de Lázaro y el rico Epulón: no tendrán parte en la promesa de Dios. 

La Ética Social Cristiana se basa en principios muy claros: la destinación universal de las riquezas; el bien común; la solidaridad y la sostenibilidad; la participación y la subsidiariedad. Los derechos socio-económicos y culturales proclaman los derechos a los medios de subsistencia. 

El acaparamiento de tierras surgió como un tema de gran preocupación en el Sínodo especial para África, en octubre de 2009. "Para oponerse a este asalto", el Sínodo dijo: "Se hace necesario que la Iglesia de África recoja información (...) y eduque al Pueblo de Dios para que denuncie las decisiones injustas en estas materias"ix , que "presione a los gobiernos para que adopten un marco jurídico aceptable que tenga en consideración los intereses de nuestros países y sus poblaciones"x y garantice que "sus ciudadanos estén protegidos contra la alienación injusta de sus tierras y tengan acceso al agua que son bienes esenciales de la persona" xi. También se pide a los gobiernos que "respeten los derechos tradicionales a la tierra y los reconozcan por ley" xii

La Iglesia afirma con claridad que la tierra es un bien común dado por el Creador para satisfacer las necesidades de todos, ahora y en el futuro. 

El derecho a usar la tierra es natural y primordial; es un valor universal de todo ser humano y no puede ser anulado por ningún otro derecho económico. "La ocupación de la tierra es a menudo la expresión de un sistema de cosas intolerables y moralmente indefendibles; es una alarma que llama a la implementación de soluciones efectivas y ecuánimes a nivel social y político" xiii

La doctrina social de la Iglesia apoya la propiedad privada como un medio para lograr autonomía y libertad; este medio, por otra parte, está subordinado a la primera función social de la propiedad: que cada persona pueda vivir. Condena entonces el latifundio porque “priva a un vasto número de personas de su derecho a tomar parte en el proceso de producción por medio de su propio trabajo y a preocuparse de sus propias necesidades" xiv.

El acaparamiento de tierras desde la perspectiva legal   ¿Qué hacer para contrarrestar el acaparamiento de tierras?