No podemos esperar recibir información veraz por concesión soberana. Tenemos el deber de buscarla y, una vez encontrada, verificarla, sopesarla, compararla y evaluar si es o no digna de ser aceptada. Los que hacen la información tienen, además, el deber de evaluar la responsabilidad de darla a conocer al público. Tan grande es esta responsabilidad e igualmente grande debería ser la autonomía y libertad que disfrutan en cada país democrático.

La prensa no puede estar sujeta a autorizaciones o censuras, ya que casi cualquier Constitución establece el derecho de expresar libremente sus pensamientos verbalmente o por escrito, y por cualquier otro medio de difusión. Un derecho que implica un deber aún mayor, él de poder conocer y luego elegir libremente qué dar a conocer.

Adam R. Taylor, director ejecutivo de Sojourners, teme que la verdad será yugulada por los procedimientos en el juicio político del Senado de los Estados Unidos (Contra el Presidente, ndr) ya que "no está en nada claro que la verdad prevalezca durante este proceso". Y, ¿no pasa lo mismo con el conflicto entre la ONU e Irán? ¿Con la guerra de los impuestos, las migraciones, el aborto, el cambio de sexo y todos los demás asuntos sociales, económicos y políticos?

Mientras se espera que cualquiera respete la diversidad de opiniones de los demás, Adam Taylor afirma: "No deberíamos tolerar la promoción directa de falsedades comprobadas que miran provocar distracción y confusión". Dicho eso, continúa: "Nuestra identidad compartida en Cristo debe reemplazar cualquier otra lealtad o afiliación, incluida al partido". Sin embargo, no se trata tanto de fe o de afiliación religiosa. Es una cuestión de libertad, de paz y de salud política de toda sociedad. Más adelante, de hecho el mismo señala, "abrazar o tolerar las mentiras y el abuso de poder socava hasta la sociedad más justa y equitativa" y podría llevar a "una mayor polarización y, en el peor de los casos, a un estado fascista e imperial".

Buscar información verdadera es un trabajo difícil, ya que significa buscar la verdad, o al menos tratar de acercarse lo más posible a ella. Esta es la misión del periodista; esta es la misión de cada persona de buena voluntad. Las normas del estado - ya sea el poder ejecutivo o el de los legisladores -, sobre los controles de los teléfonos pone muchas, demasiadas limitaciones en la búsqueda de la verdad, que, al evitar que los hechos y circunstancias salgan a la luz, compromete fundamentalmente la búsqueda de ese bien común que es el conocimiento de la realidad que solo una información, aunque con sus límites de objetividad, puede aportar.

Nunca, como en los últimos años, la dimensión ética del tejido social y civil ha estado tan amenazada. La respuesta no puede ser un menor sino un mayor sentido de la verdad. Por lo tanto, se necesita una mayor protección de la libertad de información y una mayor formación de la gente en su utilización.

Los límites impuestos al poder judicial y a los medios de comunicación son una agresión contra la libertad de información que, al amenazar la verdad, amenaza la esencia misma de la democracia. Adam Taylor, en su artículo In Times of Crisis, Christians Must Seek and Act on the Truth (En tiempos de crisis, los cristianos deben buscar y actuar en la verdad) agrega que está situación amenaza también la esencia misma del cristianismo, porque solo la verdad nos hace realmente libres.

Los comienzos del año 2020 hacen de estos consejos una fuente de esperanza y un desafío inevitable. La libertad es un problema real para los humanos sea a nivel personal que político. Nos definimos como seres de libre albedrío. Y ciertamente tenemos el potencial para eso. ¿Pero funcionamos realmente de esa manera? ¿Podemos pensar en una elección completamente libre que hicimos recientemente? Tenemos el potencial para el libre albedrío, sin embargo, nuestra conciencia es subjetiva y no podemos escapar de nuestra propia subjetividad. No importa cuánto intentemos ser libres y objetivos para sopesar las opciones y los eventos de manera justa, es imposible para nosotros ver las cosas como son. Solo podemos verlas a partir de lo que somos. Y seguimos haciendo pesar este punto de vista limitado sobre los demás.

Sabiamente, Martin Luther King Jr. escribía: La iglesia debe recordarse que no es ni amo ni servidora del estado, sino la conciencia del estado y la Doctrina Social de la Iglesia debería volverse la lista de verificación para el examen de conciencia del Estado.

Abraham Lincoln, el 21 de noviembre de 1864, lo advertía: Como resultado de la guerra, las corporaciones han sido entronizadas y seguirá una era de corrupción en las altas esferas. El poder monetario del país se esforzará por prolongar su reinado manipulando los prejuicios del pueblo hasta que toda la riqueza se concentre en unas pocas manos y la república sea destruida.

En "Ethics in politics matter," (La ética es importante en la política), hablando del “compromiso radical de Jesús con la justicia, incluso consolando a los afligidos y amonestando a cuantos abusan de su poder", se sugiere entronizar a la justicia social a través del estado de derecho y de procesos transparentes. "Se podría en este modo generar empleos con salarios dignos, atención médica asequible y accesible, escuelas donde todos los estudiantes puedan progresar, reforma de la justicia penal, liderazgo audaz para abordar nuestra crisis climática y mucho más" y, finalmente, promover una democracia más saludable.

¡El futuro es un signo de interrogación para cada uno en la tierra! ¡Independientemente de su lugar en la vida o su poder financiero! El mañana es incierto, de hecho, no hay forma de saber qué será el hoy o qué traerá esta noche. Clint Eastwood lo comenta en una de sus películas, Absolute Power, "A nadie está prometido el mañana". Sin embargo, el Dr. King escribía en su "Carta de la Cárcel de Birmingham": Los de esta generación tenemos que arrepentirnos no solo por las palabras y acciones al vitriolo de las personas malas, sino por el silencio espantoso de las personas buenas. San Agustín, en sintonía con la sabiduría griega, decía, Hijo, si quieres superar el error mira a ti mismo: cuando no sabes, no creer que sabes, sino para saber, aprende a saber que no sabes.

Cada cual, encarando el asunto de la verdad y de la información verdadera, es responsable como de un deber de lo que hace, y de orar "por la verdad durante el juicio de juicio político en los Estados Unidos", por la verdad en cualquier documento de las Naciones Unidas, por la verdad en cualquier acto personal.