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Al próximo Sínodo, 40 mujeres en pie de igualdad con los obispos

Butembo 20.05.2023 Jpic-jp.org Traducido por: Jpic-jp.org

La Secretaría General del Sínodo de los Obispos ha anunciado que, en la próxima asamblea del Sínodo que tendrá lugar en Roma del 4 al 29 de octubre, además de los obispos, tendrán derecho de voto 80 miembros no obispos, de los que al menos la mitad serán mujeres. Así que espacio a las mujeres. Hay quien acoge la novedad como una “revolución”, quien la califica de "cuota rosa" eclesiástica y quien grita al "golpe de Estado".

La asamblea de octubre será -después de las etapas diocesana y continental- la tercera etapa del Sínodo sobre sinodalidad y futuro de la Iglesia. Contará con 370 miembros, 80 de los cuales (el 21% del total) serán sacerdotes, personas consagradas, diáconos, fieles laicos, hombres y mujeres, y tendrán el mismo derecho de voto que los obispos.

De estos 80 miembros, 70 serán elegidos por el Papa Francisco a partir de una lista de 140 personas elaborada antes de finales de mayo por los siete organismos continentales que organizaron la fase continental. Cada asamblea continental propondrá 20 nombres, de los que el Papa elegirá 10 de cada continente y de la Conferencia de Patriarcas de Oriente Medio.

Estas personas tendrán que haber "asistido al proceso sinodal, a nivel nacional o continental, para que haya continuidad", explicó el cardenal Jean-Claude Hollerich, relator general de la asamblea sinodal. También se tendrá en cuenta su "cultura general" y su "prudencia", ya que deben anteponer no "su propio interés", sino "la preocupación para la Iglesia". Al menos la mitad de los 70 participantes serán mujeres y jóvenes, "para que la Iglesia esté bien representada", ha dicho el cardenal Hollerich, porque "no se puede decir que el bautismo de los hombres sea más importante que el de las mujeres".

Esta decisión no cambia la naturaleza del "Sínodo de los Obispos", ya que todo sínodo es básicamente siempre un "sínodo de la Iglesia". Sin embargo, según una fuente vaticana, se trata de una "pequeña revolución", un "momento importante" del pontificado del Papa Francisco.

De hecho, el lugar de las mujeres en el Sínodo se amplía también con otra novedad: los institutos de vida consagrada estarán representados, ya no por diez clérigos como antes, sino por cinco religiosos y cinco religiosas, elegidos por las organizaciones de los superiores generales. Estas 10 personas consagradas se añaden a los 70 miembros no obispos, todos con derecho a voto. Así, la asamblea ya no contará con los "auditores", es decir, los no obispos invitados que no tenían derecho a voto.

¿Se trata de una pequeña revolución?

Esta asamblea sigue siendo "un Sínodo de Obispos". Es "un cambio importante", pero "no una revolución", insistió el cardenal Hollerich. Pero, ¿se puede hablar de un giro significativo en el pontificado de Francisco, e incluso en la vida de la Iglesia? ¿Puede ser el precursor de cambios más importantes en la Iglesia?

Según la hermana Nathalie Becquart, subsecretaria de la secretaría general del Sínodo, esta decisión ya estaba prevista en la Constitución Apostólica Episcopalis communio sobre el Sínodo de los Obispos (2018) y sigue el camino de "todos los pasos previos" de este Sínodo, que se abrió en octubre de 2021, y que pretende ser "para todo el Pueblo de Dios y no solo para algunos". ¿"Para" todos o "por" todo el Pueblo de Dios?

La hermana Nathalie es la primera mujer con derecho a voto porque es la subsecretaria del Sínodo. El "por" queda también subrayado por otra novedad en la composición de la próxima asamblea sinodal. Incluso las Iglesias de países pequeños sin conferencias episcopales, que antes no estaban representadas, podrán enviar un miembro al Sínodo. "La Iglesia estará más completa en este Sínodo", se ha congratulado el cardenal Hollerich, añadiendo que esta novedad se refiere a Luxemburgo, Mónaco, Estonia, Moldavia y Nepal.  

En su presentación, sin embargo, el cardenal Hollerich expresó también el deseo que la asamblea de octubre sea "una respuesta a los desafíos de este mundo" y no "una guerra partidista en la Iglesia". ¿Por qué esta preocupación?

En realidad, los resúmenes de los distintos continentes pusieron de manifiesto fuertes diferencias de expectativas entre los países. Y no sólo eso. Estos últimos pasos del Papa Francisco de cara al próximo sínodo sobre la sinodalidad son ya un campo de batalla y muestran que la Iglesia está dividida, atormentada por mil dudas. Por un lado, están los episcopados del Norte que piden revisiones estructurales democráticas; por otro, muchos obispos subrayan una visión opuesta: por su propia naturaleza, la Iglesia no puede compararse a un organismo internacional, con las mismas dinámicas y los mismos signos representativos.

La exclusión de las mujeres había sido objeto de fuertes reacciones por parte de religiosas, teólogas y académicas, sobre todo con ocasión de los dos sínodos anteriores sobre la familia y sobre la Amazonia. El Papa Francisco había admitido si a algunas mujeres observadoras, pero sin darles la posibilidad de votar.

Posteriormente, nombró para la secretaría del sínodo a la ya mencionada sor Nathalie Becquart, monja francesa con derecho a voto, y ahora ha aprobado lo que alguien ha bautizado como las "cuotas rosas" eclesiásticas: de los 10 representantes de los Institutos Religiosos, cinco deberán ser monjas. De los 70 fieles laicos, 35 serán mujeres. Un terremoto para alguien.

Los cambios han sido acogidos con entusiasmo por Kate McElwee, de la Women's Ordination Conference. Por el contrario, el mundo conservador, cuyo portavoz es el popular blog Messa in latino, expresó su enérgica desaprobación: "Lo políticamente correcto su medida es un precedente peligroso para la Iglesia. El documento final podría incluso llegar a ser deliberativo, no consultivo. El diablo siempre está en los detalles”. En realidad, todo el mundo sabe, por ejemplo, que la Women's Ordination Conference lucha por las mujeres sacerdotes.

Para echar agua al fuego, los dos cardenales -Mario Grech y Jean-Claude Hollerich, arzobispo de Luxemburgo- que organizan esta próxima asamblea del Sínodo sobre la sinodalidad repiten: "No se trata de una revolución: los 80 nuevos miembros representan sólo el 21% de la asamblea, que sigue siendo plenamente una asamblea de obispos, con alguna participación de no obispos".

Sin embargo, para un observador atento, este gesto del Papa se añade a los numerosos estudios que demuestran la incoherencia teológica e histórica de los argumentos contra la ordenación de las mujeres. ¿No es, pues, un signo precursor de aperturas mayores a venir?

Véase también, Au moins 40 femmes voteront et La svolta di Papa Francesco

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Los comentarios de nuestros lectores (1)

Dario 02.06.2023 Vedremo il prossimo papa cosa fara' questa sara la vera scommessa per il fututo..puo' essere l inizio o la fine di un altro stato colonialista con le sue colpe, le sue glorie, e le sue vittime da ambo le parti, ed i suoi peccati.. che pero' a differenza di altri stati , esso deve rispondere direttamente a LUI al vero, all unico al grandioso onnipotente, al grande padre padrone cioe' Dio.. mi pare non si sia sempre statoi felice o in concordia con " la sua rappresentanza terrestre " Li sara la gloria eterna oppure?