Justicia, Paz, Integridad<br /> de la Creación
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De la toma de conciencia al empoderamiento

Chicago 29.01.2017 Jean Paul Pezzi Traducido por: Jpic-jp.org

Abogar es sobre política y cambio, valores y creencias, conciencia y conocimiento. Se trata de influir sobre los poderosos en los problemas que conciernen a las personas. Al final, su objetivo es capacitar a la gente para defender sus propios derechos e intereses a través de medios legales y no violentos. Las organizaciones sociales, o una comunidad misma que se siente amenazada, pueden promover este proceso. Esto es lo que ocurre en la Provincia Oriental de la República Democrática del Congo (RDC), donde las comunidades locales planean acciones para liberarse de la explotación que han sufrido durante generaciones en las plantaciones de palma aceitera.

Abogar es sobre política y cambio, valores y creencias, conciencia y conocimiento. Se trata de influir sobre los poderosos en los problemas que conciernen a las personas. Abogar apunta a construir organizaciones democráticas fuertes para responsabilizar a quienes están en el poder y potenciar las capacidades de los ciudadanos en comprender cómo funciona el poder. Al final, su objetivo es capacitar a la gente para defender sus propios derechos e intereses a través de medios legales y no violentos. Las organizaciones sociales, o una comunidad misma que se siente amenazada, pueden promover este proceso. Esto es lo que ocurre en la Provincia Oriental de la República Democrática del Congo (RDC), donde las comunidades locales planean acciones para liberarse de la explotación que han sufrido durante generaciones en las plantaciones de palma aceitera.

Las palmas de aceite son nativas de las selvas de África Central y Occidental. Durante miles de años, las comunidades locales las han aprovechado para obtener alimentos, textiles, medicinas y materiales de construcción: el aceite de palma entró así a ser parte de sus culturas. Los colonizadores europeos, por el contrario, sólo vieron en esas palmas una fuente de riqueza y comenzaron a apoderarse de los palmerales de aceite y a derribar la selva para establecer plantaciones. El inglés Lord Lever fue uno de los pioneros de la región: se apoderó de los palmerales de las comunidades y convirtió extensas áreas de la selva congoleña en plantaciones de esclavos. Su compañía se expandió a través de África Occidental y Central, y más allá hasta el sudeste asiático, sentando así las bases para la fundación de Unilever, una corporación multinacional que es una de las compañías alimentarias más grandes del mundo.

Las comunidades congoleñas que vivían cerca y dentro de las plantaciones de Unilever estaban entre las más pobres de África y las plantaciones de palma aceitera no les trajeron más que pobreza. Unilever dejó de explotar esas plantaciones hace aproximadamente una década, pero las tierras no volvieron a sus habitantes: fueron vendida a empresas nacionales y a multinacionales extranjeras, entre ellas Feronia, una sociedad de Ventura con sede en Toronto, Canadá.

En 2015, la Institución Británica para la Financiación del desarrollo (CDC en su sigla inglés), principal accionista de Feronia, emitió una declaración en la que afirmaba que Feronia estaba mejorando la vida de los trabajadores y de las comunidades locales, y que cumplía a cabalidad con las leyes nacionales e internacionales. Las comunidades se sintieron indignadas por estas afirmaciones. En octubre del mismo año, los líderes de las Provincias Ecuatorial y Oriental, sintiéndose presionados y amenazados, se reunieron en Kampala (Uganda) para planificar su respuesta. Al final, emitieron una declaración en la que dejaron en claro la realidad en que vivían sus comunidades y calificaban las afirmaciones de Feronia y CDC de "mentiras". La vida de sus comunidades se había deteriorado desde que Feronia se había hecho cargo de las plantaciones en 2008. Sus hogares, escuelas, clínicas y carreteras estaban en pésimas condiciones, y Feronia no había construido ninguna nueva infraestructura ni viviendas para los trabajadores. Los salarios de los trabajadores de las plantaciones, un promedio $ 1,5 US por día, con frecuencia no se pagaban. Los supuestos "bonos" dados a los trabajadores eran para ellos algo desconocido. Los líderes desafiaron a los de CDC que fueran a ver por sí mismos lo que Feronia estaba haciendo con la gente. "El dinero que le dan a Feronia no llega a los trabajadores", afirmaron y concluyeron: lo que las comunidades quieren, más que nada, es recuperar sus tierras. Han sufrido lo suficiente y están cansados ​​de falsas promesas. Al final de la reunión, los líderes establecieron una nueva alianza y se comprometieron a trabajar juntos para hacer cumplir sus demandas.

En 2015, Feronia produjo 6.700 toneladas de aceite de palma. En enero de 2016, la CDC con 233.724.566 acciones (el 67,37% del capital) se ha convertido en el principal accionista de Feronia. Varios bancos europeos de desarrollo – los de Alemania, Bélgica y Holanda, por ejemplo -, a través de sus inversiones en el Fondo Agrícola Africano, tienen una parte del capital de Feronia. El FIDA (Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola), copatrocinado por la Corporación Italiana para el Desarrollo, la Organización de la ONU para el Desarrollo Industrial y la Alianza para una Revolución Verde en África, gestiona el Centro de Asistencia Técnica de Feronia. Una vez más, el colonialismo se asoma, justificando su explotación como "desarrollo". No obstante, hoy en día las Comunidades de la RDC son cada vez más conscientes de la realidad y están tomando medidas para liberarse de esta nueva explotación colonial. Los gobiernos europeos deberían apoyar a las comunidades en su demanda de volver a tomar posesión de sus tierras y asegurar así su autosuficiencia en comida y alimentar un estilo de vida según su cultura. Ver más información aquí  y aquí  y aquí  

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