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Los olvidados de la Gran Manzana

New York 22.02.2020 Arielle Sanders Traducido por: Jpic-jp.org

El 10 de octubre es el Día Mundial de las Personas sin Hogar, un día en el que la sociedad civil de todo el mundo aboga por una reforma social y organiza eventos comunitarios con la esperanza de mejorar la vida de las personas que “se han quedado atrás”, las víctimas de la falta de vivienda. Para ellos, la Comisión de las Naciones Unidas para el Desarrollo Social ha dedicado su 58ª sesión, celebrada en febrero del 10 al 19 en Nueva York.

La falta de vivienda es un fenómeno global que afecta a miles de personas en todo el mundo. Ciertos lugares, típicamente áreas urbanas, tienden, sin embargo, a tener tasas más altas de personas sin hogar. Un ejemplo de ello es Nueva York, un lugar costoso para vivir y que reúne una gran población. Desde enero de 2019, New York tenía cada día un estimado número de 92,091 personas sin hogar, según lo informa el Continuums of Care dal Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano (HUD según su sigla inglesa) de EE. UU. De ese total, 15,901 eran hogares familiares, 1,270 veteranos, 2,978 adultos jóvenes no acompañados (de 18 a 24 años) y 7,229 individuos con falta de hogar crónica.

Los datos publicados por el Departamento de Educación de los EE UU muestran que, durante el año escolar 2016-2017, unos 140,373 estudiantes de escuelas públicas experimentaron la falta de vivienda. De ese total, 6.068 estudiantes no tenían donde ir a parar, 43.102 estaban en centros de acogida, 2.623 en moteles y 88.580 huéspedes en lugar ajeno.

Las personas sin hogar que viven en la ciudad de Nueva York representan aproximadamente el 14% de la población total de personas sin hogar en los Estados Unidos.

Esto, por supuesto, es un gran desafío social, pero es también un problema a largo plazo que aboga por una solución a corto plazo. La falta de vivienda es un tema complejo, no solo debido a los variados factores socioeconómicos que la provocan, sino porque no hay definiciones aceptadas por todos sobre lo que significa estar sin hogar. Cada persona, organización e incluso cada estado tiene una definición diferente de falta de vivienda, y el fracaso para llegar a un consenso está prolongando la discusión sobre el problema posponiendo cualquier acuerdo para una acción común. Sin embargo, en la 58ª reunión de la Comisión de Desarrollo Social, la sociedad civil propuso la definición del Grupo de Expertos a Nairobi quienes definieron la falta de vivienda como "una condición en la que una persona o una familia entera carece de un espacio habitable que sea con seguridad propio, que le garantice derechos y capacidad para disfrutar de las relaciones sociales, incluida la seguridad. La falta de vivienda es un signo de pobreza extrema y de una falla de los múltiples sistemas sociales y de la implementación de los derechos humanos”. Esta definición abarca la realidad compleja de los sin hogar. Una persona sin hogar no es simplemente alguien que vive en una acera o mendiga a los transeúntes por dinero o comida. Se refiere a personas echada a un lado, que en su mayoría tienen que valerse por sí mismas a menudo en situaciones que pueden comprometer su propia dignidad como personas y no tienen un espacio que puedan llamar con seguridad “propio”. La falta de vivienda se manifiesta en diferentes formas y, por lo tanto, no puede analizar el fenómeno a través de una lente estrecha.

Aunque la falta de vivienda puede afectar a cualquiera, independientemente de su pasado, ciertos grupos de personas son más propensos a quedarse sin hogar. En términos demográficos, la población sin hogar en Nueva York es la siguiente: "Aproximadamente el 57% de los jefes de familia en los centros de acogida son afroamericanos, el 32% latinos, el 7% blancos, menos del 1% asiático-americanos o nativos americanos, y el 3% son de raza indefinida". Las personas negras y latinas experimentan, entonces, la falta de vivienda a un nivel desproporcionado, lo que respalda la percepción de que la raza es un impedimento constante para aquellos que son considerados "otros". Sin duda también, una cantidad significativa de las personas sin hogar de Nueva York padece de enfermedades mentales y adicciones y, dado que no pueden obtener la ayuda que necesitan, el ciclo se perpetúa. La falta de vivienda es, en su definición más simple y a lo mejor simplista, una forma extrema de pobreza. Una pobreza que trae consigo conflictos que perpetúan el círculo vicioso - "escuelas de bajo rendimiento y altas tasas de violencia, desempleo, abuso de sustancias y embarazo adolescente"- y dificultan liberarse por parte de quienes están en él. Estos efectos secundarios exacerban aún más la falta de vivienda y la convierten en una condición aún más peligrosa.

La población sin hogar de New York ha crecido a un ritmo mucho más rápido que el de los EEUU que, a su vez- vio también un primer aumento en siete años. Este aumento del 0,7% fue impulsado por un incremento del 9% en las personas que viven en la calle, mientras que el número de personas en centros de acogida o viviendas de transición se redujo en un 3%.

Nueva York y Los Ángeles juntos albergan a casi una cuarta parte de toda la población sin hogar de todo el País. El número de personas sin hogar en Los Ángeles ha aumentado casi del 26% a más de 55.000, cuya tercera parte vive en las calles. La causa común es que "en estos lugares hubo un rápido aumento de las rentas y no un rápido aumento de los ingresos" (Ben Carson Secretario de HUD).

La población sin hogar de la ciudad de Nueva York ha crecido casi un 13% bajo el alcalde Bill de Blasio, a pesar de que su promesa de construir o renovar 300.000 apartamentos a un precio asequibles como parte de un plan para erradicar el fenómeno.

A pesar de las diferencias de raza, nivel socioeconómico y educación que existe entre los sin hogar, la falta de vivienda es un problema que no mira a la cara a nadie y menoscaba directamente la dignidad de la persona. La Declaración de la sociedad civil a la 58a Sesión de la Comisión para el Desarrollo Social recuerda lo que significa tener un hogar: “Un hogar es una de las necesidades humanas más básicas, sin la cual un ser humano debe vivir en circunstancias precarias en las calles, debajo de los puentes, en barrios marginales, en tierras públicas, o en estructuras improvisadas no protegidas e inseguras, con derechos limitados y pocos medios para alcanzar su potencial de vida” (CsocD58). Una casa no es solo un lugar para almacenar pertenencias; la gente necesita recordar eso, la próxima vez que pretendan ignorar los gritos, silenciosos o verbalizados de ayuda, provenientes de sus hermanos y hermanas que viven en condiciones deplorables.

Vea Homelessness in America, donde puede saber las estadísticas de personas sin hogar en cada estado de norte-américa para sobre. Para profundizar en las causas vea ¿Por qué tanta gente se queda sin hogar en Nueva York? Y también Aumentan muertes de personas sin hogar en Nueva York: 404 en un año

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