Justicia, Paz, Integridad<br /> de la Creación
Justicia, Paz, Integridad<br /> de la Creación
Justicia, Paz, Integridad<br /> de la Creación
Justicia, Paz, Integridad<br /> de la Creación
Justicia, Paz, Integridad<br /> de la Creación

¿Qué es la esclavitud moderna?

Website Planet 29.01.2025 Arnold Mutinda Traducido por: Jpic-jp.org

Más de 49,6 millones de personas (el 0,61 % de la población mundial) son víctimas de la esclavitud moderna. Las formas más comunes son el trabajo forzoso —impuesto por el Estado o por particulares—, la explotación sexual comercial y el matrimonio forzado. Las mujeres representan el 54 % de las víctimas, y los hombres el 46 %. El 75 % son adultos y el 25 % son niños. El 15 % de las víctimas se encuentran en países de ingresos altos, el 72 % en países de ingresos medios y el 13 % en países de bajos ingresos. Entre 2016 y 2021, la esclavitud moderna aumentó cerca del 25 % y los matrimonios forzados más del 40 %. El trabajo forzoso es común en sectores como los servicios no domésticos, la manufactura y la construcción, donde hay una alta demanda de mano de obra no calificada.

Más de 49,6 millones de personas (el 0,61 % de la población mundial) se encuentran esclavizadas en todo el mundo. Para comprender esta cruda realidad, si todas las personas esclavizadas se reunieran en un solo lugar, formarían el 30º país más poblado del mundo, superando a más de 200 naciones. Según varios indicadores, este número podría aumentar en los próximos años. Muchas personas consideran que la esclavitud es un mal del pasado; sin embargo, la realidad demuestra que es un problema actual muy grave.

La esclavitud moderna es un término amplio que abarca diversas formas de explotación y trabajo forzado, en las que las personas son privadas de su libertad y obligadas a trabajar o a casarse en contra de su voluntad. Aunque hoy las víctimas no son exhibidas encadenadas, como ocurría en siglos anteriores, millones de personas enfrentan formas más sutiles de esclavitud, y la mayoría de su sufrimiento pasa desapercibido. Podemos decir que la esclavitud moderna no podrá erradicarse si sigue escondida, en las sombras: debe salir a la luz y formar parte del debate global.

Estimaciones globales

En todo el mundo, 49,6 millones de personas sufren esclavitud moderna, lo que equivale a 6,3 víctimas por cada 1.000 individuos. Al analizar los datos, lo primero que resalta es que el 75 % de las víctimas son adultos y un significativo 25 % son niños. Además, la esclavitud moderna afecta más a las mujeres que a los hombres, con una tasa de 6,9 ‰ frente a 5,8 ‰.

A menudo se considera que la esclavitud es un problema de los países pobres, ya que la falta de recursos y la inestabilidad política dificultan que los gobiernos protejan a su población. No obstante, las estadísticas indican que el 15 % de las víctimas se encuentran en países ricos, el 72 % en países de ingresos medios y el 13 % en países de bajos ingresos.

Así, aunque los países más pobres tienen la mayor tasa de esclavitud (9,6 ‰), en términos absolutos son los que menos esclavos tienen. Esto probablemente se debe a que los países más ricos necesitan mano de obra para empleos mal remunerados que sus propios ciudadanos no quieren realizar. Entonces, ciudadanos vulnerables de regiones empobrecidas o en conflicto son traficados para cubrir esta demanda laboral, lo que resulta en una mayor concentración de esclavos en los países ricos.

La preocupante evolución de la esclavitud moderna

Las tendencias actuales muestran que la esclavitud moderna es un problema creciente. Entre 2016 y 2021, el número total de víctimas aumentó casi un 25 %. El matrimonio forzado fue la forma de esclavitud que más creció, con un incremento superior al 40 % en ese período de cinco años, lo que subraya la urgencia de abordar esta práctica a escala global. De hecho, este tipo de esclavitud afecta al mayor número de personas, representando el 44 % de todas las víctimas registradas. En comparación, el trabajo forzoso aumentó aproximadamente un 10 % entre 2016 y 2021.

El hecho de que el trabajo forzoso impuesto por particulares —es decir, cuando una persona o entidad privada explota a otros— sea mucho más frecuente que el impuesto por el Estado (35 % frente al 8 %) indica que la mayoría de los casos están motivados por ganancias ilícitas, especialmente porque un 12 % adicional corresponde a la explotación sexual comercial forzada —es decir, personas forzadas a ejercer la prostitución para beneficio económico del esclavista.

No obstante, la mayor proporción (44 %) de casos de esclavitud moderna corresponde a matrimonios forzados. Aunque en algunas culturas se los considere una tradición, organizaciones internacionales como las Naciones Unidas los califican como una violación de los derechos humanos, y otras como la Organización Internacional del Trabajo los identifican como una de las formas más extendidas de esclavitud moderna.

Pasemos ahora a examinar más en profundidad cada una de estas formas de explotación humana.

Trabajo forzoso

El trabajo forzoso se refiere a situaciones en las que se obliga a las personas a trabajar contra su voluntad mediante la fuerza o la intimidación. Esta categoría incluye el trabajo forzoso impuesto por el Estado, el trabajo forzoso impuesto por actores privados y la explotación sexual comercial forzada.

Trabajo forzoso impuesto por particulares.
A nivel mundial, actores no estatales explotan a 17,3 millones de personas como trabajadores forzados, y casi dos tercios de esas víctimas son hombres. Esto probablemente se deba a que, salvo el trabajo doméstico y la explotación sexual, la mayoría de los sectores económicos implicados requieren trabajo manual pesado. Esto también explica por qué el trabajo forzoso está mayoritariamente compuesto por adultos (solo el 8 % de las víctimas son niños).

En cuanto a los lugares donde se ejerce esta esclavitud, solo el 13 % de las víctimas del trabajo forzoso privado están en países de bajos ingresos. Los países de ingresos altos y medios-altos concentran el 24 % y el 26 % de los trabajadores forzados, respectivamente. Esto significa que los países de ingresos medios-bajos tienen el mayor número de personas explotadas por actores privados.

Curiosamente, los países más pobres también presentan la mayor tasa de prevalencia, con 3,4 víctimas por cada 1.000 habitantes. Los países ricos ocupan el segundo lugar, con una tasa del 3,3 ‰.

Dado que la esclavitud es ilegal en casi todo el mundo, el trabajo forzoso patrocinado por actores privados suele presentarse como trata de personas con fines laborales. Es el caso de los trabajadores que participaron en la construcción de los estadios del Mundial en Catar. Las empresas de construcción privadas contrataron agentes de empleo para reclutar mano de obra de Asia y África. Estos agentes cobraban tarifas exorbitantes, confiscaban los pasaportes a la llegada, retenían los salarios y sometían a los trabajadores a condiciones de vida y trabajo inhumanas. Miles murieron, y muchos otros regresaron con mucho menos de lo que se les había prometido. Aunque fueron empresas privadas las que explotaron directamente a los trabajadores, el gobierno catarí es cómplice por no hacer cumplir normas laborales y de derechos humanos básicas para los trabajadores migrantes (Ver construction of Qatar’s World Cup stadiums).

Trabajo forzoso impuesto por el Estado

Este tipo de esclavitud moderna afecta a unos 3,9 millones de personas en todo el mundo. En su mayoría, sigue el mismo patrón que el trabajo forzoso privado: está dominado por hombres (78 % frente a 22 %) y afecta en menor proporción —aunque no insignificante— a los niños (8 %). La principal diferencia radica en los lugares donde se explota a las víctimas.

Mientras que casi una cuarta parte de los trabajadores forzosos explotados por el sector privado se encuentra en países ricos, sólo el 3 % de las víctimas del trabajo forzoso estatal están en esos países. El 51 % se encuentra en países de ingresos medios-altos, el 8 % en países de ingresos medios-bajos y el 38 % en países pobres.

Aunque la mayor parte del trabajo forzoso estatal ocurre en países de ingresos medios-altos, los países de bajos ingresos presentan la mayor tasa de prevalencia (2,1 ‰). Es decir, aunque el número absoluto de víctimas es mayor en países de ingresos medios-altos, las personas que viven en países pobres tienen más probabilidades de ser forzadas a trabajar por órdenes del gobierno.

Un ejemplo actual es la región china de Xinjiang, donde la minoría étnica y religiosa uigur sufre persecución, presuntamente por su “falta de asimilación”. Más de un millón de Uigures están detenidos en campos donde, entre otras injusticias, se los obliga a trabajar en fábricas produciendo ropa, productos electrónicos, medicamentos y otros bienes para el mercado nacional y de exportación.

Hay otros ejemplos contemporáneos, incluso en Estados Unidos. En 2019 y 2020 se presentaron demandas colectivas contra los estados de Arizona y California. Aunque los casos son diferentes, ambos alegan que los estados practican esclavitud al enviar a los presos a cárceles privadas donde se les obliga a trabajar sin salario para beneficiar económicamente a los accionistas y directivos de esas instituciones.

Explotación sexual comercial forzada

Aproximadamente 6,3 millones de personas son explotadas sexualmente con fines comerciales. A diferencia de otros tipos de trabajo forzoso, esta forma afecta desproporcionadamente a las mujeres (78 % frente a 22 %), y una de cada cuatro víctimas es menor de edad. Además, más del 70 % de las víctimas se encuentran en países de ingresos medios; el 19 % en países ricos y el 9 % en países pobres.

Una posible explicación es que en los países de ingresos medios hay un “equilibrio” entre brechas en el cumplimiento de la ley y una economía relativamente fuerte, lo que los convierte en un entorno propicio para la esclavitud sexual. En comparación, los países pobres carecen de sistemas judiciales eficientes, pero también de mercados atractivos para el crimen organizado. Los países ricos, en cambio, son muy lucrativos para las redes criminales, pero sus sistemas de justicia y fuerzas del orden son un fuerte disuasivo. Sin embargo, la tasa de prevalencia más alta de esclavitud sexual forzada se encuentra en los países ricos, con 1 de cada 1.000 habitantes explotados como trabajadores sexuales.

La evolución del trabajo forzoso

En 2021, el trabajo forzoso impuesto por particulares representó la mayoría (63 %) de los casos a nivel mundial, seguido por el impuesto por el Estado (23 %) y la explotación sexual (14 %). Al comparar las cifras de 2016 y 2021, se observa un aumento en el trabajo forzoso privado y en la explotación sexual, en línea con el crecimiento general de la esclavitud moderna. Sin embargo, el número de víctimas del trabajo forzoso estatal se redujo significativamente. Esto sugiere que, a medida que crece la atención global sobre el tema, algunos gobiernos han reducido estas prácticas para evitar sanciones o aislamiento internacional.

Un ejemplo exitoso es Uzbekistán. En el pasado, el gobierno usaba mano de obra forzosa (incluso infantil) para la cosecha anual de algodón. En 2021, la presión internacional y la amenaza de sanciones económicas lograron que el país redujera drásticamente su dependencia de la esclavitud moderna. Hoy en día, el trabajo forzoso en Uzbekistán es casi inexistente.

¿Dónde es más común el trabajo forzoso?

Más de la mitad (55 %) de todas las víctimas de trabajo forzoso se encuentran en la región Asia-Pacífico, probablemente porque allí vive la mayor parte de la población mundial: cuatro de los cinco países más poblados del mundo son asiáticos, con India y China superando los 1.000 millones de habitantes cada uno.

En cuanto a la distribución global, Europa y Asia Central ocupan un lejano segundo lugar (15 %), seguidos por África (14 %), América (13 %) y los Estados Árabes (3 %). Curiosamente, la región con menor número absoluto de víctimas es la que presenta la mayor tasa de prevalencia, con 5,3 víctimas por cada 1.000 habitantes.

Se observa una tendencia similar si se analiza la distribución geográfica según el nivel de ingresos. A mayor porcentaje de casos, menor suele ser la tasa de prevalencia. Como ya se mencionó, los países de ingresos medios tienen economías sólidas, pero sistemas judiciales deficientes, lo que crea un entorno favorable a la esclavitud moderna. Los países de ingresos medios-altos y medios-bajos representan cada uno un tercio de los casos, pero tienen las tasas más bajas de prevalencia (3 ‰). Por el contrario, los países pobres, aunque concentran un menor porcentaje, presentan una tasa de prevalencia el doble de alta, probablemente porque su población es mucho más vulnerable a la explotación.

Véase ¿Qué es la esclavitud moderna?: Una investigación integral, con más información y numerosos gráficos.

Ver, What Is Modern Slavery: A Comprehensive Research con más información y numerosos gráficos.

Deje un comentario

Los comentarios de nuestros lectores (1)

Paul Attard 24.07.2025 There is much talk of “reparations” to African countries because of the slave trade. I don’t agree, although of course in our history it was a black shadow & terrible. Interestingly there’s a new book out by Justin Marozzi on the Muslim slave trade. Which still exists of course.