El primero fue constituir entre las ONG que tienen estatuto especial consultativo delante de las Naciones Unidas un grupo que se interesará por este tema. El segundo consistió en reorganizar el blog www.jpic-jp.org para dar cabida al aplicativo web que permite coleccionar bibliografías sobre Acaparamiento de Tierras (Land Grabbing Wiki) –son ya 1300 los títulos recolectados- y se reservó un espacio dedicado a ampliar las explicaciones sobre lo que es el Acaparamiento de Tierras (AT), por ahora solo disponible en inglés.

Con la colaboración entusiasta de dos jóvenes –Matteo Manfredi- y sobretodo Elizabeth Lanzi Mazzocchini- fue entonces diseñado un paquete de 23 módulos, columna vertebral de un seminario de diez días que se ofrecería en español, francés e inglés después de unos seminarios pilotos que nos ayuden a definir mejor sus contenidos y sus dinámicas: era el tercer paso y fue lo que me llevó a Perú.

El plan era de un seminario de tres días en tres distintas localidades: la acogida entusiasta hizo que fueran cuatro y si no hubiera sido por el boleto de regreso ya comprado podían haber sido seis o hasta siete, uno tras otro.

En Chincha, cerca de Lima la capital, se reunieron postulantes y teólogos, dos sacerdotes y dos religiosas, jóvenes de grupos parroquiales y animadores, una docente universitaria, unos campesinos. En el compartir final, confesaron con un gozo de neófitas que el seminario les había abierto los ojos sobre una realidad que amenaza hoy la sociedad entera: “lo más impactante –dijeron- fue darnos cuenta que este fenómeno del acaparamiento de tierras ya se está dando; y esto mientras los campesinos desconocen sus derechos, las leyes son ambiguas y las autoridades indiferentes”. La visita a una antigua hacienda colonial transformada en museo, restaurante, hotel y finca productora, completó la visión histórica prevista en el seminario: las caletas para el escondite de los dueños y la celda de aislamiento donde se recluían los esclavos incriminados de huida, nos proyectó  las imágenes concretas de esa insensibilidad inhumana que la sed de lucro desde siempre ha llevado a oprimir los más débiles. ¿Es muy distinta esa crueldad de la que inspira hoy las modernas empresas  cuando echan a la calle sin vivienda, sin tierra que cultivar, sin comida a familias enteras, comunidades indígenas y campesinos? ¿Por qué la Iglesia, no podría tomar la iniciativa de llamar a una acción conjunta todas las fuerzas de buena voluntad para contrarrestar este fenómeno?

En San Ramón, puerta de entrada de la selva amazónica, el inicio del seminario registró unas dificultades porque coincidía con el comienzo del año escolar. Los participantes de hecho eran en su mayoría profesores de colegio y universitarios; hubo aquí también dos sacerdotes y dos religiosas, misioneros laicos, unos campesinos. En esta región el fenómeno se entrelaza con el respeto a la Madre Tierra y las culturas porque las comunidades indígenas son todavía parte consistente de la población. “Conocemos este fenómeno –alguien comentó-; el rechazo al acaparamiento de tierras nos toca el corazón; es como oír un grito urgente y profundo de la tierra que nos dice: ¡rescátame para la vida futura y para las generaciones venideras! La tierra es un don de Dios y es voluntad de Dios que siga siendo la casa de todos. La visita a la comunidad indígena ashaninka nos hizo lamentar profundamente no haberle dado espacio en el seminario. Aunque el 40% de esta comunidad se dedique a un folklor que atrae turistas y que su artesanía trae recursos, el otro 60% trabaja en la agricultura y sufre los embates y la expropiación de sus tierras por parte de las compañías madereras. El reclamo a la Iglesia institucional para lanzar una alarma, se transformó en la idea de enviar una carta de solicitud en este sentido a las autoridades eclesiales.

De la selva amazónica pasamos a los “desiertos” de Tambogrande, departamento de Piura en el norte del País. Aquí, las empresas extranjeras aprovechan su alta capacidad financiera para convertirse en los principales usuarios de los recursos preexistentes en el distrito. Los participantes –profesores de colegio, líderes campesinos, animadores parroquiales- manifestaron su preocupación: pocos ricos se han hecho dueños de grandes concentraciones de bosques y desiertos y transforman grandes extensiones de terrenos agrícolas en extensos monocultivos destinados a la exportación. El equilibrio ecológico está ya comprometido y la tierra pierde su principal función, la de proveer alimentos a la comunidad piurana y a la tambograndina. La televisión y las emisoras locales se hicieron presentes realizando entrevistas poniendo así de manifiesto cómo el problema de la tierra esté presente en el corazón de la convivencia social. Por ahora, los campesinos siguen en sus tierras, pero hay la sospecha que en cualquier momento puedan ser desalojados. ¡Sin alimentos, sin tierra, sin ecología y sin agua, por ellos será como terminar con sus vidas! ¿Por qué no hacer llegar al Papa Francisco este grito de dolor y esta angustia que oscurece el futuro?

Viajando unas 16 horas por carro, bus y buseta llegamos a la sede de nuestro último seminario: Bambamarca (Cajamarca), Provincia de Hualgayoc, en la selva montañosa del Perú. En esta región se encuentra ubicado el Mega proyecto de Conga, el mismo que viene ocasionando conflictos sangrientos entre campesinos y compañías mineras, y ocasiona tensiones en la misma Iglesia. Estaban presentes animadores pastorales, religiosas, alcaldes de la zona, jóvenes activistas y líderes opositores al  Mega proyecto Conga. Aun en su fase exploratoria este proyecto atenta contra la vida y el medio ambiente de tres provincias; pone en riesgo la existencia de más de 20 lagunas, 700 manantiales, 203 has de bofedales, 5 micro-cuencas, 120 sistemas de agua potable, 60 canales de riego; amenaza toda la diversidad biológica de la región; y ya va dejando poco a poco sin agua a más de 1 millón y medio de cajamarquinos.

Es así que a cada sesión nos entrevistaron las distintas emisoras y cadenas locales de televisión y al terminar el seminario fuimos invitados a visitar las lagunas, a los campamentos de resistencia, a las obras iniciadas por la compañía Yanacocha –que integran la Peruana Buenaventura y la norteamericana Newmont.

Valles y altiplanos esplendidos se abrían delante de nuestros ojos en un cielo azul y terso como solo se encuentra en las alturas más allá de los 4.000 metros. De repente, una barrera: policías nacionales y guardias de seguridad, nos cierran el camino. “No hay guerra, no hay peligro, la carretera es pública” nos dicen, pero  la zona es concesión de la empresa Yanachoca y no se permite el paso. “Recluidos en nuestra misma tierra”, comentan los peruanos que nos acompañan, entre ellos tres alcaldes de la región, y Manuel uno de los activistas con 50 juicios pendientes.

Al aeropuerto de Cajamarca, la ultima emoción de este mes intenso de trabajo y de encuentros: nos visita Edy, presidente del Frente de Defensa de los Intereses, Derechos y Ambiental Provincial Hualgayoc, Bambamarca y Vocero Principal del comando unitario de lucha. Mejor que nadie el mismo resume el espíritu de ese dialogo en un mensaje que nos envía a las pocas horas y que publica en Facebook: “El tiempo de conversación en el aeropuerto me da más esperanza que cada día difícil que pasamos nos encontramos con amigos y amigas aliados que nos dan fortaleza con el sentimiento de apoyo, y de fuerza para seguir adelante en esta lucha justa en defensa del agua y la vida. Sepan que por nuestra parte nuestra lealtad y firmeza en esta lucha es inquebrantable, pase lo que pase, digan lo que digan de nosotros, seguiremos hasta la victoria final. Para nosotros Conga No Va, Ni Hoy Ni Nunca,  ni todos los congas del planeta. No descansaremos hasta asegurarnos que nuestras lagunas, cerros y bofedales estén a salvo”. No podía hacer menos que contestarle así: “Lo que hemos visto y lo que tú y Manuel nos han compartido nos deja muy preocupados y comprometidos en apoyarlos en su lucha, justa y sagrada. Su lucha se ha vuelto nuestra lucha: hoy mismo sale hacia Roma la carta que hemos redactado: “Papa Francisco, Padre y hermano nuestro, escuche nuestro testimonio y grito de socorro hacia la protección de nuestra Tierra y de todos sus hijos e hijas”.

Para conocer más se sugiere buscar “Proyecto Conga Cajamarca”. Se encuentran numerosos documentos, uno de ellos. . .