Estos Objetivos de Desarrollo del Milenio son conocidos: compromiso para erradicar la pobreza extrema y el hambre, garantizar la sostenibilidad del medio ambiente, reducción de la mortalidad infantil y lucha contra el paludismo y el SIDA entre otros. 

Los 192 miembros de la ONU en el año 2000 se comprometieron a alcanzar los Ocho Objetivos (ODM) para el año 2015. El entonces Secretario General, Koffi Annan, dijo: "Todos somos conscientes de la profunda división que existe hoy entre ricos y pobres. Hoy las fronteras no pasan entre los estados, sino entre los que son poderosos y quienes  no lo son, entre los que son libres y quienes son esclavos, entre los privilegiados y los humillados". 

La Conferencia -ya nos encontramos en la mitad del camino- se proponía hacer un balance y ver la posibilidad o no de que los objetivos sean alcanzados en el 2015. 

Dos ideas de Nicholas Kristof, del New York Times, me parecieron interesantes. La primera es la propuesta de leer el siglo 19 como él de la lucha contra la esclavitud, el siglo 20 como él de la lucha contra el totalitarismo y el siglo 21 como él de la lucha contra la trata de personas, especialmente mujeres y niñas. La segunda es una nota de esperanza que él presenta en el libro que le mereció ganar el Premio Pulitzer: transformar la opresión en oportunidad. Este es el título del libro: La mitad del cielo - Convertir en oportunidad la opresión de la mujer en todo el mundo. 

Los ejemplos que se presentaron eran solo indicadores: la compra de niñas por $ 20, el Banco de los Pobres, y una nota de optimismo. La situación es trágica, pero no debemos negar los pequeños pasos que se han dado: en 1960 los niños muertos sin razón fueron de 20 millones -con el nivel actual de la población serían 50 millones-, mientras que en 2010 sólo fueron 8 millones. 

Otro dato interesante que surge de los informes es la falta de conocimiento que tienen los pueblos de lo que hacen sus gobiernos. Un estudio reciente concluye que los estadounidenses piensan que dedican a la lucha contra la pobreza el 10% de su PIB, mientras que los USA, como casi todos los países del mundo, ni siquiera respetan el acuerdo de asignar a los países más pobres el... 0,7 por mil! 

Otra idea clave fue presentada en términos claros por Mary Ellen McNish, presidente del Proyecto Contra el Hambre: Acabar con la pobreza es posible, pero NO si se continua con el sistema actual de hacer negocios. No es sólo la falta de voluntad de algunos: hay pobres en países ricos y ricos en países pobres; es el sistema económico actual que impide una lucha eficaz contra la pobreza. 

Los ejemplos dados por otros conferencistas fueron significativos. Cada año 1 millón de personas muere de malaria y la pérdida de producción causada por la malaria se cuantifica en mil millones de dólares al año sólo en África: la cura para la malaria por el contrario no llega a $ 10. Entonces, ¿cómo podría resolverse el problema de la pobreza con tan solo un poco de caridad? 

El aspecto más interesante de la conferencia ha sido poner la correlación entre los varios Objetivos de Desarrollo del Milenio, la pobreza con las enfermedades, la educación con la igualdad de genero, el desarrollo global con la sostenibilidad del medio ambiente, la mortalidad infantil con la salud de las madres – ¡cuántas mujeres todavía hoy mueren sin razón al dar la luz! -. 

El propósito de estas conferencias es siempre fundamental: que tomemos conciencia de nuestros problemas, tenemos el coraje de buscar soluciones, aprendamos a actuar y a trabajar juntos, porque son temas de interés común. 

Dos enlaces pueden ser útiles: www.teachun.org  y para comprender los mecanismos que engendran pobrezahttp://www.youtube.com/watch?v=VlelJa79Juo&t=0m22s    

Por Juan Pablo Pezzi

New York, Vienes 21.01.2011