Justicia, Paz, Integridad<br /> de la Creación
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La caridad sin la justicia no basta

Newark 30.11.2015 P. Juan Pablo Pezzi, MCCJ

No estamos de apuro, es más, tenemos tiempo de sobra, pero aún así mi taxista maneja a toda velocidad. Al parecer no le importa en absoluto el tráfico que, a tan temprana hora de la mañana, ya obstruye la calle estrecha que recorremos. Desde la dirección opuesta, un camión se dirige directo y amenazante hacia nosotros y tan solo en el último momento, los dos conductores logran esquivarse, evitando un accidente. Una motocicleta nos pasa por la izquierda; aquí, en la India, donde todavía conducen por ese lado! Antes de acostumbrarnos a esto, nos aterraba cuando nuestro autobús adelantaba a un camión mientras los carros en dirección opuesta se acercaban rápidamente.
Ahora entramos a un callejón de verdad sin salida ya que, sin advertencia, están instalando una enorme grúa en la intersección de la carretera. Ya empiezo a aceptar la idea de tener que buscar otro taxi fuera del embotellamiento, cuando asisto con asombro a las maniobras de docenas de carros que para dar vueltas en u brincan sobre las aceras,  se deslizan en medio de carretillas y bolsas de arroz, pelean por espacio con mendigos sentados en el piso y con las vacas, perdón hoy se trata de dos búfalos, todavía sagrados por aquí.  
¿Será que este taxi realmente me va a llevar al aeropuerto de Calcuta, que ahora es llamada Kolkata? De repente entramos en una carretera de seis carriles con confortadores señales de tráfico. Al mismo tiempo, así como me lo espero, por más estropeado que esté, mi taxi gana velocidad, se salta una docena de semáforos rojos hasta detenerse inesperadamente en el siguiente. Al parecer los semáforos son opcionales y las señales de pare simples decoraciones, nunca reglas, como mucho, advertencias a los conductores que dan gritos para apartar a niños, bicicletas, motocicletas, automóviles, perros, búfalos o vacas de su camino. Incluso he visto camellos pero ni un solo elefante o tigre. 

Queridos amigos,

Como se habrán dado cuenta, todo esto sucedió en la India, donde como turista pasé 15 días experimentando la confusión, la diversidad cultural y de comportamiento, y la belleza de los humanos. Visite Puri, una de las increíbles ciudades sagradas del Hinduismo. No se nos permitió visitar su templo principal, Jagannath, ya que los hindúes son cada vez más reacios al diálogo religioso. Sin embargo, visitamos el templo de Konark, que ahora está cerrado al culto pero abierto para los turistas: está construido en forma de una inmensa carroza, que simboliza el viaje hacia la perfección. Fuimos al templo de la diosa Kali con flores e incienso como ofrendas para nuestra felicidad y la de nuestros seres queridos. En la estación del metro nos dio la bienvenida un monaguillo quien nos guió al templo y nos confió a un amistoso guía turístico. Este al final del tour nos exigió lo que llamaba “el regalo gratuito para el pobre” que  nos costó 1.000 rupias, lo cual parece una gran cantidad pero en realidad no es más de 12 dólares. El boleto de primera clase para una distancia de 500 kilómetros cuesta alrededor de 42 dólares. En la India, cada tren tiene tres clases: la primera con asientos reservados y aire acondicionado, la segunda con asiento reservado pero sin aire acondicionado, y la tercera con asientos para los pocos que lleguen de primeros. En los trenes de corta distancia aún se puede ver las asombrosas escenas de gente montada en el techo.

También fue una gran experiencia pasear por los sitos alrededor de Sharsuguda, guiados por misioneros del Verbo Divino: esto nos permitió conocer las danzas culturales de unas etnias y su trabajo agrícola, el compromiso de la Iglesia en campo educativo, social y humanitario con los niños de la calle, huérfanos de VIH, leprosos (Sí! todavía existen en la India), y el trabajo pastoral de las parroquias. Pero la experiencia más impresionante de nuestro viaje fueron los dos días que pasamos en Kolkata.

Mientras, con un amigo, esperábamos nuestro vuelo, paseamos arriba y abajo por las calles y el puente del río Ganges. Usamos la metropolitana y los buses populares rellenos de gente. Además un señor del lugar se ofreció gentilmente a hacernos pasear del norte al sur de la ciudad en su carro y nos llevó a visitar su comercio internacional de té y la casa del poeta Tagore. Fuimos testigos de la misma miseria que instó a la Madre Teresa a salir de su convento: niños desnudos por las calles, adultos lavándose a sí mismos y a su ropa en las esquinas, basura por todas partes, familias enteras viviendo, comiendo, trabajando y durmiendo en espacios de acera angostos como una mesa; y animales en las calles, policías gritando a todo y a todos, carros tocando constantemente la bocina, gente tratando de encontrar su camino dentro de toda esta confusión, pero en las calles no vimos a ni una de las hermanas de la Madre Teresa. Logre verlas en  “Mother House” repartiendo imágenes de su fundadora. En Calcuta todo está igual que cuando la Madre Teresa comenzó su trabajo.

Mientras compartíamos nuestras impresiones sobre la visita del Papa Francisco en nuestra reunión mensual de RNU (Religiosos en las Naciones Unidas), alguien comentó: Los dos Papas que más se han esforzado por abordar el problema de la pobreza han sido Juan Pablo II y Francisco. El ícono del primero fue Madre Teresa y el del segundo Dorothy Day.

Dorothy Day era un periodista estadounidense, que vivía un estilo de vida bohemio hasta cuando se convirtió al catolicismo y se dedicó a actividades sociales. Fue encarcelada como miembro del grupo no violento Centinelas silenciosos; colaboró para establecer el Movimiento del Trabajador Católico que combina la ayuda a gente pobre y sin hogar con la acción directa y no violenta en su nombre. Practicó la desobediencia civil, lo que la llevó a tener varios arrestos. El Papa Francisco describió su actividad social como ejemplar cuando se dirigió al Congreso de los Estados Unidos.

Madre Teresa y Dorothy Day son entonces dos iconos que representan la caridad y el trabajo de justicia social. En su encíclica Deus Caritas Est, el Papa Benedicto dice que la caridad sin la justicia social puede resultar vacía, como las 70 cunas que vi en el orfanato de Madre Teresa en Calcuta. Allí, en una de las paredes está escrita una de sus frases: El mayor destructor de la paz hoy en día es el aborto porque es una guerra contra la niñez... Si aceptamos que una madre mate a su propio hijo, ¿cómo podemos decir a la gente que no se mate entre sí?

Dorothy Day creo que diría: Si permitimos que la gente se mate a diario entre sí usando las armas, el hambre, la injusticia, ¿cómo vamos a impedir que una madre mate al fruto de sus entrañas? La caridad y el trabajo por la justicia social abordan los mismos problemas, pero la justicia social profundiza en las causas que terminan por reclamar la caridad.

Esto me impulsa a compartir con ustedes dos últimas palabras: (1) mi trabajo y (2) un proyecto.

1- Durante el verano rediseñamos y tradujimos al francés y al inglés mi curso sobre el acaparamiento de tierras. Esto de las tierras se está convirtiendo en el tema más urgente, hasta el punto que nuestra ONG -VIVAT Internacional que tiene estatus especial en las Naciones Unidas-, al igual que AEFJN, nuestra ONG presente en Bruselas por el trabajo de abogacía en el Parlamento Europeo, lo han escogido como tema central de su plan de acción para los próximos años. Del 22 al 26 de noviembre, invitado por SECAM y otras organizaciones católicas, estuve en Nairobi (Kenia) en una conferencia cuyo tema central ha sido justamente el acaparamiento de tierras en África.

2- . Mientras trabajo por la justicia y la paz no quiero olvidar la segunda dimensión de nuestro compromiso social, la caridad. Por esta razón, estoy tratando de ayudar a una madre soltera con una niña a construir su pequeña casa: ella es una profesional y solo necesita la hipoteca de entrada para obtener un préstamo del banco. Si alguien de ustedes quiere ser una bendición para estas dos personas, por favor envíe su donación a mi sobrina Ilaria Zacco que lo transferirá, indicando claramente: PARA EL PROYECTO DEL PADRE JUAN PABLO.

Feliz navidad y próspero año nuevo. Reciba la paz del Señor que viene. Muchas bendiciones para ustedes y sus familias.

Newark, 30 de noviembre 2015

Juan Pablo Pezzi, mccj

 

Envíe sus donaciones a:

Zacco Ilaria - Banca di Credito Cooperativo Agrobresciano soc.coop.

Sede di Ghedi - Piazza Roma 17 - 25016 Ghedi (Bs)

IBAN IT 41 O 08575 54570 000000004757 /

/SWIFT CODE: ICRA IT RR FZ0 (para envíos desde fuera de Italia)

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