Justicia, Paz, Integridad<br /> de la Creación
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La elección de Trump y el compromiso con JPIC

Chicago 15.11.2016 Jean Paul Pezzi Traducido por: Jpic-jp.org

Lo que nos enseña para nuestro compromiso con JPIC, mas no Trump como presidente electo –ya habrá tiempo para eso- sino ¿por qué y cómo fue elegido cuando todo el mundo daba por sentada un asombrosa victoria de Clinton? Hay muchas respuestas que se han sugerido directa e indirectamente. Veamos algunas.

Entre las indirectas hay, en primer lugar, el fracaso de los principales medios de comunicación y la victoria de las redes sociales. Esto es debido al hecho de que hoy en día los medios de comunicación se dirigen únicamente al público con el que están afiliados, del que confirman los prejuicios en lugar de desvelarlos y discutirlos. A menudo estos medios se interesan ​​sólo por los grandes centros urbanos y no por las zonas rurales y pobres cuyos problemas ellos ignoran, cuando a la final son las que inclinan la balanza en el momento del voto. Por último, el colapso de sus ingresos les obliga a autofinanciarse con la propaganda, la publicidad y el apoyo de grupos orientados ideológicamente que siempre son minoritarios en relación a la población global. Este análisis de los especialistas del sector,[i] aunque limitado, es ciertamente válido e implica una reflexión. En el trabajo de JPIC (Justicia, Paz, Integridad de la Creación) se sigue utilizando los canales tradicionales de comunicación: sermones, conferencias, seminarios, cursos, libros, revistas. Se cree que los principales periódicos, los costosos canales de televisión y cadenas de radio son los que orientan la opinión pública. Ya no es así; las redes sociales se han otorgado a sí mismos una buena parte del llamado cuarto poder y, además, son manipuladas por los que las manejan[ii] y/o inundadas de falsos mensajes con el fin de manipular la opinión pública[iii]. Estas redes se quieren ser libres y abiertas a todo el mundo y los farsantes toman ventajas. ¿Cuántos católicos habrán votado por Trump porque leyeron en Facebook el falso mensaje que Papa Francisco lo apoyaba? ¿Cuántos se han vuelto partidarios de Clinton por los videos que con o sin razón acusaban a Trump de todos los pecados? Mi casilla de correo electrónico se ha saturado durante meses de cartas, campañas y mensajes que, de manera sinuosa o abierta, querían hacerme sentir como un criminal si no consideraba alternativamente al uno o al otro candidato un tizón del infierno. No pienses antes de decidir, me decían, sigue nuestra sesgada opinión. Para mí no funcionó porque no voté pero ¿A cuántos les habrá influenciado esta táctica?

Es lo que hoy se llama la post-truth, la palabra del año 2016 según los Diccionarios Oxford,[iv] un término difícil de traducir, que se define como la verdad "relacionada con o que denota circunstancias en las cuales los hechos objetivos son menos importantes para formar la opinión pública que el despertar las emociones o las creencias personales".[v]

Entendemos entonces porqué las predicciones han fallado; muchos temiendo a estar en desacuerdo con el llamado political correctness  nunca han manifestado su intención de voto.[vi] Hillary consiguió los votos esperados, Trump es quien ha subvertido las expectativas. En estos tiempos se está dando "un aumento de la dimensión ideológica", un campo de batalla cultural "de las élites progresistas que intentan destruir las raíces cristianas del país": matrimonio entre homosexuales, servicios higiénicos transexuales, aborto y así sucesivamente. "Las películas de Hollywood pintan a Estados Unidos como un país anticristiano". Trump lo ha percibido y lo ha cabalgado. Es de avestruces negarlo.[vii] Incluso los Amish han ido por primera vez a votar; los resultados indican que la mayoría de los católicos votaron por Trump (52 a 45%) cuando 50 a 48% votó por Obama; los evangélicos lo han hecho en grandes cantidades (81 a 16%);[viii] y entre los hispanos y los afros Clinton ha perdido 6 puntos en relación a lo que tuvo Obama.[ix] ¿Es la culpa del fracaso de las políticas sociales de Obama? No hay duda. Pero muchos perciben el desprecio por la dimensión religiosa como una falta de respeto a su cultura, a sus vidas y a su persona y esto sigue siendo o está volviendo a ser decisivo a la hora de decidir acerca del bien común. Algunos hispanos me han preguntado si era cierto que los que votaban por Clinton -que defiende el aborto hasta el último día de embarazo-, se iban al infierno. No cabe aquí juzgar quienes actuaron en una manera justa y correcta o no, lo que importa es tomar conciencia que esta batalla cultural está en curso; lo confirman también unos artículos. He aquí uno:[x] Los Estados Unidos no son una nación cristiana, y la Biblia no es la piedra angular de nuestra ley. Allí se citan unos Padres de la Patria como John Adams, Thomas Jefferson, James Madison, e incluso George Washington. El compromiso con JPIC no puede ignorar el profundo desprecio del mundo moderno (ateo pero más indiferente que hostil) hacia la religión, un hecho que revela cómo se percibe que la religión tiene un papel importante en los diferentes aspectos de la vida social. El multiculturalismo y pluralismo religioso, en términos geográficos y en cualquier situación en la cual se dan diferencias, son cargados de conflictos y requieren un diálogo cotidiano entre culturas y religiones que evite todo tipo de sincretismo. El sincretismo cultural y religioso implica riesgos. Nos guste o no, hoy en día muchos todavía se guían por los valores e ideas que consideran indispensables. Si estos valores y estas ideas no son claros y compartidos, traen ambigüedad y conflictos. Esto no pide oponerse a la colaboración, sino evitar la deriva ideológica también en los valores e ideas que atañen a lo económico y político. Los grupos, los partidos políticos y las ONGs tienen su propia agenda y objetivos pero cuando los mantienen ocultos, la lucha común por JPIC termina, consciente o inconscientemente, apoyándolos. Colaborar implica no ser manipulados por aquellos que hablan más fuerte y se imponen. Trabajar juntos por JPIC a pesar de las diferencias, requiere una identidad religiosa profunda, una identidad cultural clara y consciente, una identidad personal que permita un análisis ponderado de las diferencias.

Una de las lecciones de estas elecciones es que dirigirse solamente a grupos específicos -de género, de orientación sexual, de raza, de religión o cultura- fue un error fatal para Hillary:[xi] cada vez que hablaba únicamente a los hispanos, o las mujeres, o a los negros, o a las personas LGBT, millones de estadounidenses que no pertenecen a ninguno de estos grupos se sentían excluidos.[xii]

No hay lugar para la arrogancia, si es que alguna vez hubo, si se quiere alcanzar resultados en la defensa de los pobres y marginados: "la arrogancia en la literatura clásica anuncia siempre una caída".[xiii] El compromiso con JPIC no es bajar a las calles y ser una presencia que se siente. Todo esto ya no tiene cabida. Hoy en día hay que trabajar en silencio, con humildad, enfocándose en la formación profunda de activistas que construyan a la sociedad como piedras escondidas, que sean levadura y sal diría el Evangelio y no luces flameantes que ciegan en lugar de iluminar.

En conclusión dos son, en mi parecer, las lecciones concretas que estas elecciones nos indican acerca del trabajo de JPIC. La primera es que debemos entender la dinámica que ha existido entre Trump, Sanders y Clinton y que hoy se da a nivel global. Un excelente artículo la resume en tres palabras: Exit, Loyalty and Voice[xiv] que podríamos traducir como Salida, Continuidad y Voz.

Trump, rechazando a los dos partidos que dominan en los EE.UU., burlándose de las instituciones más importantes, ha encarnado un impulso de salida. Sanders, dando voz a las preocupaciones de los que creen que el país está secuestrado por Wall Street y los que controlan el poder, ha encarnado a la voz. Clinton era símbolo de continuidad, lo que ha resultado poco atractivo porque no prometía ningún cambio significativo. Como resultado, millones de personas de todos los grupos sociales se han apartado de la vida pública. Y esto clama "un conjunto de nuevos líderes institucionales - religiosos, empresarios, laborales, civiles, académicos y sanitarios": es un enorme vacío que hay que llenar. Al parecer, esto es cierto no sólo para los Estados Unidos, sino también para muchos, si no todos los demás países; y es una oportunidad para que cualquier persona que se comprometa a JPIC, es un espacio que les permite contribuir a la sociedad para construir un mundo nuevo y mejor. Esto vale sobre todo para la juventud. Las últimas elecciones en los EE.UU. han demostrado lo que los jóvenes pueden hacer para promover sus ideales pero también que algunos no saben transformar el soñar grandes ideales en un compromiso concreto. De acuerdo con un informe de la policía de Portland, entre los primeros 169 jóvenes detenidos por los motines en contra de Trump, 39 estaban registrados para votar y no lo hicieron, otros 36 ni siquiera estaban registrados a pesar de tener el derecho de hacerlo. El cambio social sólo se dará si una sólida formación de los jóvenes a JPIC se vuelve un compromiso prioritario.

 

 

[v] The truth "relating to or denoting circumstances in which objective facts are less influential in shaping public opinion than appeals to emotion and personal belief".

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