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Dilema en África: ¿Desatender la más mortal malaria para combatir el coronavirus?

IPS 11.05.2020 Busani Bafana Traducido por: Jpic-jp.org

Los expertos de África alertan que a medida que los hospitales y otros centros de salud se vuelcan en luchar contra la covid-19, cae la atención a la prevención y el tratamiento de otras enfermedades mortales y transmisibles como el VIH/sida, la tuberculosis y la malaria, que afectan a muchos millones de personas.

Yap Boum II, representante regional de Epicenter Africa, Médicos sin Fronteras, se pregunta qué hará alguien que sienta síntomas de malaria o paludismo, cuando se le dice que no vaya a los hospitales si no siente que puede haberse contagiado de coronavirus.

Los hospitales luchan con deficientes instalaciones y equipos en dar respuesta a la pandemia, y será difícil que atiendan a un paciente con malaria, que además dudará de pedir atención, porque le asusta contagiarse del nuevo virus.

“Como resultado el manejo de la malaria está siendo afectado por la covid-19”, plantea Boum, quien es también profesor de Microbiología en la Universidad de Ciencias y Tecnología de Mbarara, en Uganda. Lo mismo sucede con otras enfermedades contagiosas muy importantes en la salud pública de África, como el VIH/sida y la tuberculosis, que “igualmente están siendo ignoradas”.

De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido que cuatro veces más personas podrían morir de malaria que del coronavirus. “Con la propagación de la covid-19, estamos preocupados por sus impactos en los sistemas de salud en África y que esto pueda tener un impacto negativo en la prestación de servicios regulares, que incluyen el control de la malaria”, afirma Akpaka Kalu, director del Programa de Enfermedades Tropicales y Transmisibles de la Oficina Regional de la OMS para África. Además, “las prohibición de movilidad afectan a los trabajadores de salud, que al mismo tiempo cuando llegan a los centros sanitarios exponen su seguridad”.

La OMS ha instado a los países miembros a que no olviden los programas de prevención de la malaria mientras batallan por contener la covid-19. Las muertes por malaria, según la OMS, podrían duplicarse a 769.000 en África subsahariana este año, si se reducen los programas de prevención contra la enfermedad, con campañas de desinfección contra el vector, el mosquito anófeles, o se reduce el acceso a los medicamentos antipalúdicos por el bloqueo de la movilidad.

En tanto, unas 190.000 personas podrían morir de covid-19, según la OMS, quien anota que hasta el 12 de mayo, África había registrado 63.000 personas contagiadas confirmadas y 2.283 muertas en 53 países son afectados en el continente.

África ha logrado disminuir los casos de malaria en los últimos cuatro años, pero sin que esta enfermedad transmisible deje de ser un problema de salud pública importante para varios países. El continente tiene la mayor cantidad de casos de malaria en el mundo, con nada menos de 93% de las personas con la enfermedad. La malaria es una de las 10 principales causas de muerte en África, con 400.000 personas fallecidas anualmente.

A eso ‘ayuda’ que los servicios de salud están mal equipados y con déficit de personal en muchos países, lo que obstaculiza la erradicación del flagelo, según Kalu. Al hacer frente a la covid-19, el continente no puede marginar su atención a la malaria, insiste Mamadou Coulibaly, jefe del Centro de Investigación y Capacitación en Malaria de la Universidad de Bamako, en Malí, por lo que los países con problemas endémicos de malaria no deben interrumpir sus programas de prevención y tratamiento.

“Para evitar un escenario catastrófico, los países deben adaptar sus intervenciones a este momento difícil, garantizando pruebas de diagnóstico rápidas, tratamiento, acceso y uso de mosquiteros tratados con insecticidas”, afirma el especialista. Malí es uno de los 10 con mayor incidencia palúdica en el continente.

También se necesitan más recursos

Kalu anota que se necesitaba financiamiento interno para la malaria. El Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria y otras asociaciones del sector privado han proporcionado fondos para combatir el paludismo. Pero estas fuentes de recursos no son sostenibles, a menos que los gobiernos hagan su parte en aportar la mayor parte de los recursos que se necesitan para controlar la enfermedad.

Anualmente, hay una brecha de financiación de 2.000 millones de dólares tan solo en la prevención de la malaria, que debería cerrarse para una protección adecuada de la población africana, según la Alianza RBM para erradicar la malaria, una iniciativa mundial creada en 1998.

La alianza ha aportado financiación y equipos a países propensos al paludismo, proporcionando desde mosquiteros a pruebas de diagnóstico rápido y tratamientos antipalúdicos.

Más acción y menos discusión

Kalu considera que se han hecho progresos para la erradicación de la malaria en África desde 2008, cuando se firmó la Declaración de Abuya sobre inversión en salud pública, pero todavía son insuficientes. En 2001, los gobiernos africanos redactaron ese acuerdo, que incluye el mandato de invertir 15% de los presupuestos nacionales en la mejora de los servicios de salud, pero tardó siete años en suscribirse.

Según datos de la OMS, en promedio los países africanos asignan 16 dólares de cada 100 de sus arcas públicas a gastos de salud, pero de esa cantidad, solo se erogan en realidad 10 y solo cuatro se destinan en forma efectiva

“Por primera vez en nuestra vida, el ser humano y el mundo se están dando cuenta de que lo más importante que tenemos es nuestra salud”, afirma Boum, el investigador de Médicos Sin Fronteras, como una de las razones por las que la mayoría de los gobiernos africanos han incumplido los compromisos de la Declaración de Abuya.

“Con nuestras fronteras cerradas, todos estamos siendo atendidos en el pobre sistema de salud que hemos construido”, añade, al destacar que quienes tienen capacidad económica para hacerlo “ya no puede volar a India, Londres o Estados Unidos”, para ser atendidos.

Ahora, con la pandemia, se confirma que “todos estamos en el mismo bote porque no hemos invertido lo que se suponía que debíamos invertir y espero que más allá de la pandemia, hagamos de la atención sanitaria una causa justa e incluso logramos ir más allá de 15% de la acordada inversión en salud”.

Con el nivel actual de inversión en sistemas de salud, la OMS teme que África no logre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, particularmente el ODS 3, destinado a garantizar para 2030 una vida sana y el bienestar de todos. Ese objetivo tiene entre sus metas la erradicación de la malaria.

“No queremos una situación en la que estemos protegiendo a las personas de covid-19 y mientras la población muera de malaria y otras enfermedades transmisibles”, concluye Kalu, el funcionario regional de la OMS. “No estamos pidiendo a los gobiernos que pongan los recursos solo en la malaria, sino que los pongan en los sistemas nacionales de salud. La covid-19 está demostrando que África necesita infraestructuras y equipos de los que actualmente carece, para poder hacer frente de manera más efectiva a la pandemia”.

Ver el original Dilema en África: ¿Desatender la más mortal malaria para combatir el coronavirus?

Foto. Barbara Kano duerme bajo un mosquitero en el sureste de Côte d’Ivoire. © Frank Dejongh / UNICEF

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