Estados Unidos afirma haber logrado una importante victoria estratégica sobre China en la competencia global por los minerales críticos, al asegurar un acceso preferencial a las reservas de cobalto y cobre de la República Democrática del Congo (RDC), apenas un día después de que Washington mediara un frágil acuerdo de paz entre la RDC y Ruanda.
Al anunciar el acuerdo, el presidente Donald Trump describió el momento como un avance geopolítico lucrativo, afirmando: «Todo el mundo va a ganar mucho dinero». El pacto sitúa a Washington en posición de desafiar el prolongado dominio de Pekín en una región esencial para las cadenas de suministro globales.
Newsweek ha contactado el Departamento de Estado de Estados Unidos y los ministerios de Asuntos Exteriores de Ruanda y de la RDC para recabar comentarios.
Por qué es importante
Durante años, las empresas chinas han controlado la mayor parte de la producción industrial de cobre y cobalto en la República Democrática del Congo, otorgando a Pekín una enorme influencia sobre cadenas de suministro vitales para vehículos eléctricos, teléfonos inteligentes, sistemas de defensa y tecnologías emergentes. El nuevo acuerdo sobre minerales críticos entre Estados Unidos y la RDC representa uno de los intentos más agresivos de Washington por diversificar estas cadenas y reducir la capacidad de presión de China.
Este giro se produce en un contexto de creciente competencia global por los minerales esenciales para las industrias de próxima generación. Al obtener un acceso preferencial a la producción minera controlada por el Estado congoleño, Estados Unidos refuerza su capacidad para competir en sectores en los que China ha mantenido durante mucho tiempo ventajas estructurales. Para Kinshasa, el acuerdo ofrece un mayor respaldo económico y cooperación en materia de seguridad con Estados Unidos en un momento en que la violencia persistente en el este del país continúa desestabilizándolo.
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El acuerdo, firmado apenas horas después del marco de paz mediado por Estados Unidos entre Kinshasa y Kigali el 4 de diciembre, se basa en los esfuerzos para detener los combates en el este de la RDC, donde los rebeldes del M23 respaldados por Ruanda y las fuerzas congoleñas se han enfrentado por el control de territorios y recursos.
El pacto establece cooperación en desarrollo económico, seguridad y una supervisión más estricta del sector minero, respaldada por miles de millones de dólares en financiación estadounidense y proyectos de infraestructuras destinados a redirigir los minerales hacia los mercados occidentales y a desafiar el dominio chino.
Como parte del acuerdo, la empresa estatal Gécamines se asociará con el comerciante suizo Mercuria para otorgar a las empresas estadounidenses el derecho de primera opción sobre las ventas de cobre y cobalto. Otras compañías estatales, entre ellas la Entreprise Générale du Cobalt, proporcionarán un acceso similar para la producción procedente de la minería artesanal, estableciendo así una presencia estadounidense en cadenas de suministro controladas durante largo tiempo por empresas chinas.
Financiación estratégica e infraestructuras
La Corporación Financiera de Desarrollo Internacional de Estados Unidos (DFC) prevé hasta 1.000 millones de dólares para el ferrocarril de Lobito, que conectará las regiones mineras del Congo con el Atlántico, ofreciendo una alternativa occidental a las rutas de exportación chinas. Un respaldo adicional a la presa de Grand Inga refuerza aún más la presencia estadounidense en infraestructuras estratégicas.
Entre los proyectos que probablemente se beneficien figuran la mina de coltán de Rubaya, la exploración de cobre en Western Forelands, el yacimiento de litio de Manono y la mina de cobre-cobalto de Mutoshi. La implicación estadounidense introduce competencia para las empresas chinas activas en estos enclaves mineros de alto valor.
A pesar de los acuerdos políticos, la violencia persiste. Tras la firma del marco de paz estallaron combates que obligaron a civiles a huir hacia Ruanda. La inestabilidad continuada en el este de la RDC podría amenazar tanto la seguridad como las inversiones, poniendo en riesgo el éxito de la estrategia estadounidense.
Lo que dicen
El presidente Donald Trump: «Vamos a involucrar a algunas de nuestras mayores y mejores empresas en estos dos países. Todo el mundo va a ganar mucho dinero».
El presidente de Ruanda, Paul Kagame: «Lo primero es lo primero: estamos aquí, estamos de acuerdo, firmaremos. Luego pasaremos a los siguientes pasos».
Qué viene ahora
El éxito de la estrategia de Washington depende ahora de que esta frágil paz se mantenga. Si se consolida la estabilidad, el acuerdo podría reconfigurar las cadenas globales de suministro de minerales y frenar la influencia de China. Pero una reanudación del conflicto corre el riesgo de socavar la ambiciosa apuesta estadounidense por transformar el equilibrio de poder en una de las regiones más disputadas estratégicamente del mundo.
Ver: Trump Peace Deal Bears Fruit in Rivalry with China
Foto: El presidente Donald Trump llega para una ceremonia de firma con el presidente de Ruanda, Paul Kagame, y el presidente de la República Democrática del Congo, Félix-Antoine Tshisekedi, en el Donald J. Trump Institute of Peace, 4 de diciembre de 2025, Washington. © Evan Vucci/AP Photo
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