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La Guerra de Libia: el peor error del Imperio

Pambazuka 14.04.2016 Farooque Chowdhury Traducido por: Jpic-jp.org

Obama ha confesado que la guerra del imperio estadounidense en contra de Libia fue el peor error de su presidencia. Su ex Secretaria de Estado, la arquitecta principal de la intervención, Hilary Clinton, por el contrario la considera un éxito: "Vinimos, vimos, él murió". La contradicción se resuelve en la respuesta: la intervención no interesaba a los libios, interesaba al Imperio. Vale la pena leer este artículo dos años después de su publicación. Nos hace acuerdo de no tomar decisiones que produzcan resultados inesperados. En el artículo original se puede encontrar los documentos que respaldan las declaraciones. (Correcciones por Jpic.jp.org)

Libia en ruinas aún ocupa la escena en la política de los Estados Unidos. Nunca hay escape de un país devastado por la intervención imperialista. Se afirma, fue un fracaso en su planificación. Fue sólo eso o "algo" más? Una tierra rica en petróleo ahora está gobernada por la anarquía y, en realidad, no es un solo país.
 El presidente Barack Obama, como informan las agencias de noticias, dijo que el mayor error de su presidencia fue la "falta de planificación" para afrontar las consecuencias de derrocar y asesinar al líder libio Muhammad Gadafi mientras el caos se desataba en el país. Cuando se le pidió, en una entrevista de Fox News, que mencione el "peor error" de su presidencia, el dijo que "probablemente fue no haber planeado lo que iba a llegar después de intervenir en Libia, lo que creo que fue lo correcto, en el 2011".

En su perfil reciente de The Atlantic, Obama llamó a Libia "un desastre". En parte, culpó a la coalición europea dirigida por David Cameron, el primer ministro británico empañado por los Panama Papers, por no haber hecho lo suficiente. El líder estadounidense también culpó a Nicolás Sarkozy, el ex líder francés ahora envuelto en escándalos. Sin embargo, el presidente de los Estados Unidos culpó a sus propios analistas por no entender la realidad de Libia.
También hay un punto de vista opuesto. La ex Secretaria de Estado y candidata demócrata, Hilary Clinton, cita la intervención en Libia como uno de sus principales logros de la época en la que dirigió al departamento de estado de los Estados Unidos. Como Secretaria de Estado, Clinton fue una de las más firmes defensoras de la intervención. Un periódico líder estadounidense evalúa la decisión sobre la intervención militar en Libia como "posiblemente su momento de mayor influencia como Secretaria de Estado".

El informe de Corbett Daly afirma: "La Secretaria de Estado Hillary Clinton se puso a reír con un reportero de televisión momentos después de escuchar que el líder libio destituido, Muhammad Gadafi, había sido asesinado. "Vinimos, vimos, él murió", bromeó cuando un asistente le dio la noticia de la muerte de Gadafi entre las entrevistas formales".
Son, entonces, dos evaluaciones opuestas de la intervención, una por el Sr. Obama y otra por la Sra. Clinton. De hecho parece ser que la intervención de Libia fue la guerra de Hilary Clinton. Refiriéndose al apodo que The Washington Post le dio a la intervención de Libia "la guerra de Hilary", Scott Greer agrega: "Ella fue la que presionó al presidente Obama para que aceptara imponer una zona de exclusión aérea que permitiera a la oposición de Gadafi reagruparse y ganar la sangrienta guerra civil del 2011. Ella promovió la idea de proporcionar armas y entrenamiento militar a las fuerzas rebeldes, algunos de los cuales estaban afiliados a los militantes islámicos que luego atacaron el complejo de los Estados Unidos en Bengasi". Scott informa que: "Hillary estaba evidentemente orgullosa de su trabajo. En el día del ataque en Bengasi, ella envió un correo electrónico a un empleado indicando que quería un documental acerca de Libia que la celebrara como un héroe". El largo informe de noticias de The Washington Post al que Scott se refiere detalla el "papel fundamental de Hilary, tanto dentro de un gabinete dividido como en una alianza internacional frágil y agrupada al apuro" en la guerra de Libia. El informe cita a Hilary: "[Pusimos] en marcha una política que estaba en el lado correcto de la historia, en el lado correcto de nuestros valores, en el lado correcto de nuestros intereses estratégicos en la región". El informe de The Post de Joby Warrick cita a un funcionario del Departamento de Estado de los Estados Unidos que dice: "Esto es importante para los Estados Unidos, es importante para el presidente y es importante para mí personalmente, Clinton le dijo a los líderes árabes". El informe de The Washington Post sostiene que: "Clinton, ignorando el consejo de los legisladores del Departamento de Estado, convenció a Obama de otorgarle a los rebeldes un reconocimiento diplomático completo, una medida que les permitió acceder a miles de millones de dólares de las cuentas congeladas de Gadafi. En una reunión en Estambul el 15 de julio, presionó a otros 30 gobiernos occidentales y árabes para hacer lo mismo".

Paul Mirengoff la define como "la intervención inspirada por Clinton". "Más que nadie, Hilary Clinton impulsó y ayudó a efectuar el derrocamiento de Muhammad Gadafi. Los recientes correos electrónicos de Clinton acerca de Bengasi confirman que, en palabras de su jefe de personal, Hilary fue instrumental en asegurar la autorización [para intervenir en Libia], construir la coalición [que intervino] y apretar la cuerda alrededor de Gadafi y su régimen". Acerca del liderazgo de Hilary en la intervención de Libia, John Hinderaker cita los correos electrónicos de Hillary publicados por el Departamento de Estado de los EE. UU. y escribe: "Fue Hilary quien, más que nadie, presionó para derrocar a Muhammad Gadafi. Clinton y sus compañeros en la OTAN derrocaron a Gadafi. ¿Quién dice que Hillary Clinton es responsable del fiasco de Libia? Ella lo dice. De hecho, hubo un momento en el que estaba dispuesta a reclamar a Libia como el logro sobresaliente de su mandato como Secretaria de Estado". En agosto del 2011, Jake Sullivan, subjefe administrativo de Hillary, escribió un correo electrónico en el que resumía "El liderazgo de la Secretaria Clinton en Libia". El correo electrónico continúa resaltado en el original: "HRC ha sido una voz crítica en Libia en las deliberaciones de la administración, en la OTAN y en las reuniones de grupos de contacto, así como en la imagen pública del esfuerzo de los Estados Unidos en Libia. Ella fue instrumental en asegurar la autorización, construir la coalición y apretar la soga a Gadafi y su régimen". Sullivan continúa detallando cómo, día a día, Clinton condujo la política de los Estados Unidos y de la OTAN en Libia. "Ella tiene la responsabilidad principal de una política que no fue solo un fracaso, sino un desastre".

“El ex secretario de defensa de los Estados Unidos, Robert Gates, también describe su papel fundamental [de Hilary Clinton] en la toma de decisiones en sus memorias. La intervención dividió a la administración, manteniendo al vicepresidente Joe Biden y al asesor de seguridad nacional Tom Donilon en su contra. El impulso intervencionista es público. Los intervencionistas no son unos pocos individuos. Su coalición bien conectada es amplia con una presencia política-militar-empresarial-mediática-académica. Pero las preguntas son: ¿Puede prevalecer un líder o un grupo de líderes en caso de que exista una decisión importante a nivel de estado / imperio? ¿Cuál es la condición del estado / imperio o de sus instituciones / mecanismos / procesos cuando un líder / político o un grupo de líderes / políticos ignoran la evaluación / análisis de esas instituciones, etc. al prevalecer sobre ellas? O bien, ¿existen otras dinámicas y relaciones que permitan a una persona o grupo de personas ignorarlas? ¿La realidad, que sale a la luz, no indica que hay una o varias "enfermedades"?

En un estado / imperio los planes no pueden ser presionados, las decisiones no pueden ser impuestas por cualquier individuo, incluso si el individuo es el propio imperio y el estado es una monarquía. Ese estilo de planificación / trabajo - presionado individualmente - no trae el resultado que uno espera. Se ha adoptado basándose en la experiencia acumulada y en el manejo de intereses, que no siempre son simétricos. Los procesos decisorios y las instituciones y organizaciones que se requieren para alimentarlos han sido creados para minimizar errores y fallas. El resultado no es positivo cuando se ignora esta reglamentación.
¿Cuándo es que se ignora la reglamentación? Se la ignora cuando se sigue una reglamentación alternativa o cuando no se la respete. Ambos casos indican una “enfermedad” que no es saludable para ningún estado o imperio. La posición o evaluación contradictoria del desastre de Libia de los dos líderes de los Estados Unidos, Obama y Clinton, señala el estado de salud de lo que se considera una potencia imperial.
Muchas partes de la historia de esta intervención no está clara. ¿Hubo falla de la inteligencia? ¿Hubo fallas en la comprensión de la realidad social que prevalecía en Libia? ¿Hubo fallas en el análisis de las partes involucradas dentro y fuera de Libia? ¿Hubo falta de reflexión sobre las posibles consecuencias de la intervención?

Los errores y desastres esperan en bastidores cuando los intereses inmediatos o los intereses de un grupo superan la inteligencia colectiva, cada vez que los intereses comerciales de un grupo manipulan la sabiduría política colectiva, siempre que un individuo ignora la sabiduría institucional. La Guerra de Libia del Imperio es tal caso. Como se demuestra en los correos de Hilary divulgados oficialmente, los intervencionistas fueron impulsados ​​por los intereses comerciales de algunos grupos. Ellos abrumaron y manipularon la sabiduría institucional. Y el liderazgo político no logró evitar la manipulación. Los muy discutidos correos de Hilary demuestran el nexo entre intervención e intereses empresariales.

La Guerra de Libia del Imperio no pone una pregunta relacionada solamente con el papel de Obama o de Hilary. El papel del líder individual, su sabiduría y su prudencia depende del mecanismo del estado y de la realidad socioeconómica; y el mecanismo estatal es un requisito esencial para proteger los intereses. Una falla aquí o un error allí sólo aumenta los peligros del estado y al mismo tiempo, muestra la calidad del liderazgo que producen o seleccionan los intereses reinantes. Es un hecho también en el caso de otras sociedades. La Guerra de Libia del imperio estadounidense se puede identificar como parte de su Guerra en África y, por lo tanto, muestra al menos un poco la realidad: este imperio parece que sigue triunfando pero ya está en decadencia.

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