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Trata y tráfico de “novias” de Birmania a China

IPS 22.03.2019 Tharanga Yakupitiyage Traducido por: Jpic-jp.org

El nuevo informe de Human Rights Watch (HRW) documenta numerosos casos de mujeres y niñas de los estados birmanos de Kachin y Shan, en el norte de Myanmar (Birmania), llevadas a China como “novias” y que terminan por ser esclavas sexuales, con una alarmante falta de cumplimiento de las leyes vigentes.

“Las autoridades de Myanmar y chinas miran para otro lado mientras traficantes sin escrúpulos venden mujeres y niñas de Kachin, quienes quedan cautivas y sufren abusos indecibles”, afirma Heather Barr, una de las directoras de Acting Women’s Rights y co-autora del informe de HRW.

“La escasez de fuentes de ingresos y la protección de los derechos básicos hace que las mujeres se convirtieran en presas fáciles de los traficantes, los que no temen a las fuerzas de seguridad de ningún lado de la frontera”.

En los últimos 40 años, el conflicto en Kachin y Shan ha dejado a muchas personas desplazadas y luchando por sobrevivir. Como el gobierno bloquea gran parte de la ayuda humanitaria, las personas desplazadas que viven en campamentos precarios no reciben alimentos suficientes, y la reanudación de los enfrentamientos ha dejado a las familias al borde de la desesperación.

Muchos hombres están involucrados en el conflicto y las mujeres son el sostén del hogar; por ende, no tienen más opción que buscar trabajo al otro lado de la frontera. Y a menudo las atraen con falsas promesas y caen en la trampa de los traficantes.

Las personas “que viven en los campamentos no tienen dinero ni nada. Al no poder cubrir sus necesidades, son las mujeres y las niñas las que pagan el precio”, comenta un miembro de la Asociación de Mujeres de Kachin (KWA), que asiste a las víctimas de trata. “Normalmente, el objetivo es una familia que atraviesa una crisis económica, pero ahora los traficantes miran a los campamentos de desplazados”, coincidió otra activista de Kachin. “Están en el mismo espacio. La mayoría de los intermediarios son familiares o conocidos”.

De las 37 sobrevivientes entrevistadas por HRW, 15 fueron reclutadas por amigos y 12, por conocidos. Otras seis fueron vendidas por personas de su propia familia, concluye el informe HRW. A muchas de las víctimas entrevistadas las vendieron por entre 3.000 y 13.000 dólares. Una vez entregadas a los “compradores”, quedaban encerradas en una habitación, violadas reiteradas veces para que quedaran embarazadas.

“Novias” sobrevivientes

Después de huir del conflicto en Kachin y de vivir en un campamento de desplazados, Seng Moon, de 16 años, se enteró por la cuñada de un trabajo de cocinera en la provincia china de Yunnan. La cuñada le dio algo para tomar que, según le dijo, era para evitar el mareo en el automóvil, pero Seng Moon se durmió de inmediato. Al despertarse estaba de manos atadas y en la casa de una familia china. “Mi cuñada me dejó en esa casa, la familia me llevó a una habitación, donde me volvieron a atar y me cerraron la puerta con llave, durante uno o dos meses. Cada vez que el chino entraba a darme comida, me violaba”, cuenta Seng Moon.

Después de unos meses, le dijeron que estaba casada con él, y los abusos continuaron. Cuando quedó embarazada, el hombre le dijo: “Nadie te va a detener. Si quieres regresar a tu casa, puedes hacerlo. Pero no puedes llevarte a mi bebé”, sigue contando Moon. Dos años después, logró escapar con su hijo.

Otras sobrevivientes se vieron obligadas a abandonar a sus hijos. Ocho de las entrevistadas estaban en esa situación. Algunas víctimas tuvieron que hacer de “novias” y trabajadoras rurales.

Ja Seng Nu permaneció casi un año cautiva en un cultivo de sandías, encerrada en una habitación, sufriendo abusos todas las noches por el hijo de la familia, dueño de la hacienda, “porque quería un hijo lo antes posible”. Además, tenía que levantarse temprano, preparar el desayuno para los trabajadores de la hacienda y luego trabajar en el campo todo el día.

Cuando las atrapan tratando de escapar, las suelen someter a abusos peores. Mai Mai Tsawm, víctima de esta trata a los 21 años conoció a una mujer que trató de huir, pero el “esposo” la atrapó, le ató del cuello y las manos a una motocicleta y la arrastró por la calle; no sabe si sobrevivió.

Si logran escaparse, muchas de ellas tienen dificultades para superar los traumas y el estigma que sufren en sus comunidades. “La mayoría sufren situaciones terribles. Regresan, y son totalmente diferentes a nosotros. Se quedan con la mirada fija, perdida, tampoco se animan a salir ni mostrar el rostro. Se sienten culpables”, comentó una trabajadora de KWA.

Justicia de difícil acceso y recuperación

Entre las razones del aumento de la trata y el tráfico de mujeres se destaca la baja proporción de mujeres en China. De acuerdo al censo de 2000, nacieron 120 hombres por cada 100 niñas entre 1996 y 2000. La Organización Mundial de la Salud ha fijado un estándar saludable de 105 cada 100, respectivamente. La razón de que en Chica “falten” entre 30 y 40 millones de mujeres obedece, en parte, a la política de “hijo único”, que exacerba la preferencia por el varón. El desequilibrio de género deja a muchos hombres chinos sin esposas y las proyecciones para 2030 indican que el 25% de los chinos con casi 40 años nunca podrán casarse.

El informe HRW indica con preocupación que,  a pesar de la evidencia de trata y tráfico, no se da cumplimiento de las leyes y faltan los servicios para evitarlos y para ayudar a las víctimas.

HRW concluye que los policías de China y Birmania no se esfuerzan mucho por asistir a las mujeres y a las niñas en su recuperación, y las personas que buscan ayuda para encontrar a sus familiares desaparecidas no reciben ayuda y deben pagar para toda colaboración de la policía.

A veces, cuando las sobrevivientes que logran escapar, recurren a la policía china, esta las encarcelan por infringir leyes migratorias en vez de atenderlas como víctimas. “Los gobiernos de Birmania y China, así como la Organización para la Independencia de Kachin, deberían estar haciendo mucho más para evitar la trata y el tráfico, así como ayudar y asistir a las víctimas en su recuperación y procesar a los culpables - señala Barr -. Los donantes y las organizaciones internacionales deberían apoyar a los grupos locales que hacen el trabajo duro que los gobiernos no hacen por rescatar a las víctimas de trata y tráfico y ayudarlas en su recuperación”.

HRW urge a China y a Birmania a establecer un camino formal para la contratación de ciudadanos birmanos, una forma segura para que viajen y consigan un empleo legal en China, y medidas eficaces para denunciar a los traficantes. Se necesitan, además, servicios integrales para las sobrevivientes y apoyo económico para educación y capacitación. Y, por último, terminar con la práctica de encarcelar a las víctimas de la trata y del tráfico.

Traducción: Verónica Firme

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