Justicia, Paz, Integridad<br /> de la Creación
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Una ética de paz y justicia centrada en la no violencia

Google Documenti 10.12.2022 Conferenza CNI Traducido por: Jpic-jp.org

Desde el inicio de su pontificado, el Papa Francisco ha enseñado que vivimos en una cultura global de violencia que domina, deshumaniza y destruye nuestra casa común y la familia humana, especialmente a los que están en las periferias.

El Papa Francisco ha denunciado la violencia en sus múltiples formas y ha indicado los caminos no violentos hacia un futuro más justo y de paz. Ha llamado a la Iglesia y al mundo a emprender la revolución de la ternura, creando una "nueva normalidad" donde los más excluidos, sus movimientos populares y los jóvenes sean los protagonistas y donde el bienestar de todos sea la máxima prioridad. Las señales de la "nueva normalidad" que prevé el Papa Francisco incluyen:

- la plena participación de los ahora excluidos, que viven en las periferias de nuestras sociedades;

- una economía global que garantice una vida digna (acceso a la tierra, a una vivienda digna, a buenos empleos, a un trabajo que dé vida) para todos, incluidos los jóvenes; 

- una eficaz protección de la Tierra y de sus habitantes no humanos;

- el fin de las guerras, de los preparativos para la guerra, de la fabricación de armas y del comercio de armas;

- y mucho más...

El Papa Francisco ha enseñado que debe haber otro camino que la violencia para transformar los conflictos, salvaguardar a los vulnerables, poner fin a la guerra y, fomentar la justicia. En su mensaje para la Jornada Mundial de la Paz de 2017, llamó específicamente a este otro camino: la no violencia activa, y fue específico al desafiar a los líderes políticos y religiosos, a los jefes de instituciones y empresas, y a los ejecutivos de los medios de comunicación a aplicar las Bienaventuranzas en el ejercicio de sus respectivas responsabilidades.

La no violencia desafía todas las formas de violencia: desde la que se ejerce sobre la Amazonia y los pueblos indígenas, hasta la inmensa violencia a la que se enfrentan los inmigrantes; desde la violencia cataclísmica de las guerras hasta la violencia de la desigualdad económica; desde la violencia de las armas nucleares hasta la violencia del tráfico de seres humanos y del racismo.

Al mismo tiempo, la no violencia contribuye a una cultura de paz y fomenta sociedades más justas, pacíficas y sostenibles. La no violencia mejora las relaciones vivificantes entre los seres humanos y con toda la creación y es fundamental para la supervivencia de la vida en la Tierra y para el cuidado de nuestro planeta.

La no violencia no es una importante cuestión más entre tantas otras preocupaciones críticas. Es más bien una dimensión transversal de nuestro compromiso con todas las grandes cuestiones abordadas por la doctrina social católica.   

La no violencia es una espiritualidad, una forma de vida, un conjunto de herramientas para hacer frente a la violencia en todas sus formas, y una ética universal arraigada en la creencia de que toda la creación está impregnada de dignidad y de que todo está interconectado. La no violencia evangélica es mucho más que una estrategia política; es una espiritualidad a través de la cual vemos e interpretamos la vida, un conjunto de virtudes y principios para el cambio personal y social y, de nuevo, un enfoque transversal para sanar un mundo roto y facilitar el cambio de paradigma de una cultura de violencia a una cultura de paz, lo que tan urgentemente se necesita.

Esta transformación global sin precedentes requiere una enorme creatividad y depende en sí misma del compromiso de los movimientos mundiales y des poder popular para el cambio utilizando la no violencia activa. Sin un avance comprometido y sistemático de la visión, los principios, las estrategias, las prácticas y las tácticas de la no violencia, la humanidad seguirá estando mal equipada para afrontar este desafío histórico. 

Los numerosos documentos, exhortaciones, declaraciones y acciones del Papa Francisco están impregnados del espíritu y la dinámica de la no violencia que nos llama a llevar el poder de la no violencia de Jesús a nuestras vidas, a nuestra Iglesia y a nuestro mundo traumatizado.  La no violencia es más que un ideal o un objetivo final. Por el contrario, es fundamental para el proceso de paz y el camino hacia la justicia y la reconciliación.

Vuelve a enfundar tu espada. Las palabras de Jesús resuenan con claridad... En la versión del Evangelio de Lucas, Jesús dice a sus discípulos: ¡Basta ya! Un doloroso y fuerte No más de Jesús que traspasa los siglos y llega hasta nosotros. Es un mandamiento que no podemos eludir. No más espadas, armas, violencia, guerra". (Papa Francisco, Paz en la tierra: la fraternidad es posible - 2021)

Ver, An ethic of peace and justice centred on nonviolence and Pope Francis’ Statements on Nonviolence

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