Justicia, Paz, Integridad<br /> de la Creación
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El plan del presidente Trump, "De la Paz a la Prosperidad"

Churches for Middle East Peace 29.01.2020 Mae Elise Cannon Traducido por: Jpic-jp.org

"El presidente Trump anunció el lanzamiento de su Acuerdo del Siglo para lograr la paz entre Israel y Palestina". "El plan de paz de Donald Trump no es un plan para avanzar en las negociaciones de paz entre Israelíes y Palestinos. Es un plan para hundirlas". "El plan de paz de la administración desgarra el plan de ruta de los presidentes anteriores quienes han intentado y no han logrado un progreso real en la paz de la región". Estas y más opiniones de apoyo u oposición, calmadas o furiosas de políticos y expertos llenarán el aire en los próximos meses. Advocacy es, por el contrario capacitar a las personas para que hablen por sí mismas. Entonces, ¿cuál es la opinión de los que están directamente afectados? Aquí un ejemplo.

"Han tratado la herida de mi gente descuidadamente, diciendo:" Paz, paz ", cuando no hay paz". Jeremías 6:14

A principios de la tarde, el personal de las Iglesias para la Paz en el Medio Oriente (CMEP) estaba reunida alrededor de una computadora portátil en nuestra oficina, a solo una milla de la Casa Blanca, para ver al Presidente y al Primer Ministro Netanyahu anunciar el muy esperado "plan" para Israelíes y Palestinos. Mientras escuchaba el discurso, estaba devastada, desconsolada al pensar en todo el dolor, el sufrimiento y la injusticia que este plan perpetuará.

El plan presentado por el Presidente Trump y desarrollado por el Primer Ministro Netanyahu es nada menos que una receta para una opresión e injusticia sin fin. Los palestinos han sufrido demasiado tiempo bajo el control militar israelí, una realidad que hoy ha sido ignorada y negada.

El plan propuesto afianzaría aún más el sistema de seguridad Israelí, proporcionando a generaciones de jóvenes, hombres y mujeres, Israelíes el servicio en un ejército encargado de continuar a dominar al pueblo palestino. El resultado inevitable serán más abusos de derechos humanos, traumas y violencia. Esto no puede continuar así.  

Además, como cristianos, no podemos quedarnos a la espera y dejar que nuestra fe sea pervertida. Está claro que los valores cristianos están siendo manipulados en un intento de darle apariencia de legitimidad moral a un plan que, de hecho, está destinado a facilitar un mayor control israelí sobre las vidas, las tierras y los recursos palestinos.

El uso de imágenes religiosas y espirituales judías y cristianas para justificar objetivos y agendas políticas es idolatría. Refiriéndose al moderno estado geopolítico de Israel como "una luz para el mundo", y glorificando "lugares inscritos en las páginas de la Biblia", sin abordar seriamente las injusticias sufridas por aquellos que han vivido bajo décadas de ocupación, va en contra de cuanto nos ha enseñado el Príncipe de Paz. Esta apropiación de los ideales religiosos menoscaba el verdadero significado espiritual de la tierra que llamamos Santa y es una traición a la fe Cristiana.

A primera vista, parte del contenido del plan parece prometedor. Por ejemplo, se dice: "Ningún Palestino o Israelí será desarraigado de su hogar". ¡Ciertamente es algo bueno! Sin embargo, cuando las repercusiones del plan se entienden más a fondo, quedará claro que otra lectura será hecha. Aunque los ciudadanos palestinos en Israel podrían no ser sacados de sus hogares, es muy posible que sean privados de sus derechos, y que el territorio en el que se encuentran sus hogares se vuelva parte del triángulo en que vivirán las comunidades del "futuro estado Palestino". Serían así parte del "intercambio de tierras" en el intento de maximizar la cantidad de tierra bajo control israelí reduciendo al mínimo el número de palestinos que vivan sobre esa tierra.

Hablar de "oportunidades para los Palestinos" de tener un futuro próspero sin reconocer las causas profundas del sufrimiento que han tenido por generaciones en todas partes del mundo confunde el problema y presenta una "solución" distorsionada. Si es verdad que los palestinos no siempre han contribuido constructivamente a la paz, debemos ser claros: a la raíz de su desesperación están décadas de despojo, violencia y humillación, una dinámica perpetua que no está exenta de consecuencias ni siquiera para la sociedad israelí. Para que los Israelíes tengan la esperanza de un futuro sin miedo, donde sean aseguradas sus legítimas aspiraciones de seguridad, debe haber un plan de paz donde los gobiernos de EE. UU. e Israel reconozcan y se comprometan a resoluciones justas que den respuestas a las también legítimas aspiraciones del pueblo palestino.

Lo que tampoco se ha oído decir es la articulación de los derechos básicos del pueblo palestino a la autodeterminación, a la libertad, a la igualdad y a la dignidad en una tierra con la que tienen lazos centenarios, algo que no se puede comprar con el dinero.

Entonces, ¿de aquí a dónde vamos?

Nos debemos de redoblar nuestros esfuerzos para abogar por una paz duradera y justa que, a diferencia de este y otros planes del pasado, se fundamente en la justicia, la igualdad, los derechos humanos y la libertad para todos, sea en Israel sea en Palestina. Unámonos en oración. Háganos saber nuestros pensamientos y deseos de solidaridad con toda la gente de la Tierra Santa, especialmente con aquellos que no estuvieron presentes en esta "mesa de la paz". Sigamos con atención el asunto en los próximos días y semanas para conocer las acciones positivas que se puedan tomar para ser parte en las actividades de la comunidad CMEP y sus redes. Mientras nos preparamos para el trabajo que nos está por delante, hago esta oración: Señor, ten piedad. Cristo, ten piedad.

Ver, trabajando juntos. La justicia puede prevalecer. La paz es posible. Ver, CMEP’s Executive Director Responds to the Trump “Peace” Plan

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