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En los Montes Nuba, cristianos y musulmanes viven juntos en paz

Catholic News Service 10.07.2018 Paul Jeffrey Traducido por: Jpic-jp.org

Mientras hoy en día las tensas relaciones entre grupos religiosos contribuyen a la violencia en muchas partes del mundo, los cristianos y los musulmanes en los Montes Nuba del Sudán, asolados por la guerra, dicen que se llevan muy bien.

"Cuando llegué por primera vez a los Montes Nuba, me quedé confundida. Todos se vestían igual. Las mujeres llevaban cubierta la cabeza, pero luego las vi en la iglesia recibiendo los sacramentos", dice la hermana comboniana Angelina Nyakuru, que se desempeña como jefa de enfermería en el Hospital, patrocinado por la Iglesia Católica, Madre de la Misericordia en Gidel.

"En Navidad, los musulmanes vienen a celebrar con los cristianos. En Eid al-Fitr y Eid al-Adha, vamos a sus celebraciones. Es peculiar este lugar. Hay una coexistencia pacífica entre cristianos y musulmanes, así como con los que practican las religiones tradicionales. Por lo general, los padres musulmanes no se oponen si sus hijos quieren ser cristianos. De hecho, cuando reciben los sacramentos, los acompañan a la iglesia para apoyarlos".

La hermana Nyakuru, que ha estado en los Montes Nuba desde 2008, compara la situación con su país de Uganda. "En mi país, las personas se matan entre sí por la religión y las personas que adoptan otra religión tienen que huir para salvar sus vidas. Aquí, todas las familias están mezcladas y nadie tiene ningún problema", afirma.

El hermano Isaac Kornyando nació en los Montes Nuba. Por más de dos décadas, ha servido como hermano entre "Los apóstoles de Jesús", realizando labores pastorales en Kauda. "No sabes de qué religión es la gente si no te lo dicen, porque comemos juntos, bebemos juntos y nos paseamos juntos", dice. "Tienes que preguntarles qué religión profesan. Luego te lo dirán".

Toma Konyono es un reportero de Voice of Peace, la estación de radio católica en Gidel. Ella y su esposo son cristianos, pero confiesa que todos sus suegros son musulmanes. "Somos un pueblo pacífico, y nos encanta celebrar la Navidad y Eid entre nosotros", sostiene. "Durante el Ramadán, voy con mi grabadora a la mezquita en Kauda y grabo sus celebraciones, y transmitimos  algunas de sus canciones en la radio. Son muy alegres. En sus días festivos, llevamos sus voces a nuestros oyentes". Konyono dice que la programación no está dirigida solo a los católicos. "Cuando discutimos de salud o de las preocupaciones de las mujeres, esos no son temas cristianos o musulmanes. Son temas que afectan a todos en los Montes Nuba, y queremos que la estación sea un lugar donde todos tengan una voz y que todos escuchen", afirma.

El Dr. Tom Catena, un médico estadounidense del hospital de Gidel, sostiene que allí las tensiones interreligiosas son raras. "De vez en cuando, algunos padres se resisten a que su hijo se case con alguien de otra religión, pero no hay asperezas al respecto. No hay rudeza entre ellos, no hay negatividad, y simplemente no escuchas a los cristianos o musulmanes hablar mal los unos de los otros", afirma Catena, un misionero laico de la Catholic Medical Mission Board con sede en Estados Unidos.

"Eso es extraño de alguna manera, porque el fundamentalismo islámico es tan estricto en el norte de Sudán. El gobierno de aquí (en los Montes Nuba), al contrario, es muy estricto en cuanto a ser laico. No quiere que esta gente religiosa obligue a los demás a seguir sus normas".

La gente de los Montes Nuba ha estado en guerra con el gobierno central de Jartum durante décadas. El conflicto ha sido marcado por frecuentes bombardeos de objetivos civiles por parte de los militares de Sudán. Por el cese al fuego de hace 2 años, se detuvo el bombardeo aéreo, pero siguen combates esporádicos de tierra entre las Fuerzas Armadas Sudanesas y el Ejército de Liberación Popular de Sudán.

La hermana comboniana de Uganda, Pollicarp Amiyo, enfermera en Gidel, piensa que los años de ataques brutales del gobierno de Jartum han fortalecido una identidad común como pueblo Nuba, que es más importante que las diferencias religiosas. "Cuando los aviones sobrevuelan y comienzan a bombardearnos, todos sufren. Las bombas no distinguen entre cristianos y musulmanes. Eso nos une aún más", dice. Un líder de la mezquita en Kauda, Issa Abrahim al-Madiza, está de acuerdo: "Somos una familia en Nuba. La tierra pertenece a Dios, y la gente practica la religión que quiere sin problemas. Lo que nos hace problema es un grupo de gente en Jartum que nos ve como insectos, no como personas. Es por eso que envían a los Antonov a bombardearnos", dice, refiriéndose a los aviones de carga de fabricación rusa utilizados como bombarderos.

El gobierno sudanés, según John Ashworth, un sacerdote ex misionero de Mill Hill que sirve como asesor de los obispos católicos en Sudán y Sudán del Sur, la sana atmósfera interreligiosa en los Montes Nuba explica en parte la brutalidad de la respuesta militar del gobierno de Jartum. "Que se lleven tan bien es una de las razones por las que Khartoum los ve como una amenaza. Si solo hubiera cristianos en los Montes Nuba, serían percibidos como una amenaza menor. Pero el hecho de que los musulmanes y los cristianos vivan juntos felizmente es demasiado para los gobernantes de Jartum ", sostiene.

El obispo retirado Macram Max Gassis, ex obispo de El Obeid quien, durante años, ha supervisado desde Kenia el trabajo de la Iglesia en los Montes Nuba, afirma que la identidad religiosa no tiene nada que ver cuando se decide dónde proporcionar educación, atención médica o agua potable. "Cuando cavamos un pozo en una aldea de Nuba donde no había ni un solo cristiano, y fui a la inauguración, le dije a la gente: 'Esta agua no es agua cristiana. Esta es agua de Dios para todos nosotros'. Eso es. Compartimos la misma tierra. ¿Por qué no podemos vivir en paz?"

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