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«Encantados por la Maravilla»

Butembo 22.10.2025 Manariho Etienne Traducido por: Jpic-jp.org

La belleza cósmica, signo de esperanza para la humanidad. El 3 de noviembre de 2025 se inaugurará, en los jardines vaticanos de Castel Gandolfo, la primera exposición del Centro de Visitantes del Observatorio Vaticano. Titulada « Encantados por la Maravilla », esta iniciativa inaugural se inscribe en el marco del Jubileo 2025 de la Esperanza, convocado por el papa Francisco.

 

En un mundo sacudido por las crisis, esta exposición recuerda que la belleza —sea natural, artística o cósmica— sigue siendo fuente de esperanza. Como decía Dostoievski: «La belleza salvará al mundo».

La belleza, promesa de felicidad y renacimiento

«La belleza es una promesa de felicidad», escribía Stendhal. Esa promesa atraviesa los siglos y las tragedias humanas. Después de la bomba atómica, los habitantes de Hiroshima volvieron a plantar cerezos. Desde 1946, cada floración se ha convertido en un acto de esperanza en la vida. La naturaleza renacida encarna así la victoria silenciosa de la belleza sobre la desolación. El poeta español Gustavo Adolfo Bécquer lo había intuido: «Mientras haya en el mundo primavera, ¡habrá poesía!»

Las estrellas al servicio de la contemplación

Fruto de la colaboración entre el Observatorio Vaticano, la Universidad Johns Hopkins y el Space Telescope Science Institute, la exposición reúne imágenes espectaculares de los telescopios Hubble y James Webb.
Estas fotografías de gran formato —auroras de Júpiter, nebulosas, exoplanetas, nacimientos de estrellas— van acompañadas de textos explicativos redactados por astrofísicos. Permiten sumergirse en la belleza del universo revelada por la ciencia. Una belleza que el filósofo chino Confucio ya resumía así: «Todo tiene su belleza, pero no todos la ven».

La exposición, organizada por los astrónomos del papa, marca también la apertura oficial del Centro de Visitantes del Observatorio Vaticano, situado en Castel Gandolfo y accesible mediante reserva en el sitio web de los Museos Vaticanos. El lugar quiere ser un puente entre ciencia y fe, razón y contemplación, investigación y esperanza.

Belleza cósmica y esperanza humana

Dirigiéndose a la Escuela de Verano 2025 del Observatorio Vaticano, el papa León XIV —retomando las palabras de Francisco— afirmó: « Estas imágenes nos llenan de asombro y de una alegría misteriosa cuando contemplamos su belleza sublime ».
Esa alegría misteriosa abre el corazón a la bondad y a la esperanza. El crítico de arte inglés John Ruskin ya lo había expresado: «Beauty is the promise of happiness, and hope is the memory of beauty» — La belleza es promesa de felicidad, y la esperanza es memoria de la belleza -. Es decir, la belleza despierta en nosotros la memoria de la felicidad posible, la que toda esperanza anuncia.

Desde su lanzamiento, Hubble (1990) y James Webb (2021) han realizado casi dos millones de observaciones y generado miles de estudios científicos. Pero más allá de las cifras, han ampliado nuestra mirada, abriendo nuevos horizontes de conocimiento y de esperanza.
Como decía Desmond Tutu: « La esperanza es la capacidad de ver la luz a pesar de la oscuridad ». Y Leonard Cohen añadía: « Hay una grieta en todo, por ahí entra la luz ».
La belleza, como la luz, suele surgir de las grietas: ese es su misterio y su fuerza.

Alabanza cósmica y maravilla compartida

Para el hermano Guy Consolmagno, jesuita y director emérito del Observatorio Vaticano, estas imágenes son una verdadera oración visual: «Estas imágenes espectaculares nos hacen sentir inmersos en las nebulosas y las galaxias. Mostrar su belleza y los descubrimientos científicos que conllevan es una manera de glorificar a su Creador».
El mismo asombro expresa el físico Ray Jayawardhana, rector de la Universidad Johns Hopkins: «Estas imágenes transforman el polvo y el gas en catedrales de luz y conocimiento. Testimonian la curiosidad humana y pueden reavivar en cada uno de nosotros el sentido del asombro y, con suerte, inspirar a la próxima generación de investigadores». Donde florece la esperanza, la belleza no muere jamás.

Cuando la belleza hace revivir la esperanza

Esta exposición muestra cómo la verdadera fe dialoga siempre con la ciencia, el arte y la cultura. Al contemplar la belleza de la creación, el ser humano redescubre la fuente de la esperanza: la vida que renace. La belleza se convierte en un lenguaje universal de la esperanza.
Giotto, en el siglo XIII, pintó la vida de san Francisco en frescos de una nueva humanidad, abriendo las puertas del arte a la fe y anunciando la paz posible en un mundo en crisis.
En los campos de concentración de Auschwitz, los prisioneros —sobre todo las mujeres— tocaban música para sobrevivir y preservar su dignidad: la frágil y sublime belleza del sonido resistía a la muerte, portadora de una esperanza invencible.
Durante el apartheid, los cantos de liberación en los townships sudafricanos mantenían viva la promesa de un nuevo amanecer, hasta la liberación de Nelson Mandela.
Y después de la guerra, Marc Chagall iluminó la catedral de Reims con vidrieras de colores de paz y reconciliación: el arte se convirtió en luz y esperanza para una Europa herida.

La belleza, aliento del Jubileo de la Esperanza

En el marco del Jubileo de la Esperanza, «Encantados por la Maravilla» recuerda que la belleza —de las estrellas, de la naturaleza o del arte— sigue siendo uno de los rostros más profundos de la esperanza. Da testimonio de que la vida es más fuerte que la muerte, que la luz renace de las tinieblas, y que, incluso en la inmensidad del cosmos, el ser humano sigue siendo capaz de maravillarse.

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