Justicia, Paz, Integridad<br /> de la Creación
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La Educación Ecológica. 5to LSG, 2a Parte

Brescia 16.08.2021 Jpic-jp.org Traducido por: Jpic-jp.org

El Ano Especial para el Aniversario de Laudato Sí iniciado el 24 de mayo de 2020 se ha concluido el 24 de mayo de 2021. Se ha concluido así también el primer año de los 7 del plan de acción hacia la sostenibilidad total en el espíritu de Laudato Sí con sus 7 objetivos (LSG en su sigla inglesa). Luego de (1) El Grito de la Tierra y (2) El Grito de los Pobres, (3) Economía Ecológica y (4) Adopción de estilos de vida simples. 4to LSG. 1ª Parte, (5) Adopción de estilos de vida simples. 5to LSG. 2ª Parte, luego de La Educación Ecológica. 5to LSG, 1ra Parte seguimos nuestra reflexión sobre este 5° Objetivo

La encíclica Laudato Sí reúne los dos temas, Educación y Espiritualidad ecológica, en un mismo capítulo, tratándolos desde el n° 202 hasta el último número 245. Los dos temas se desarrollan con nueve subtítulos, (1) Apostar por otro estilo de vida; (2) Educación para la alianza entre la humanidad y el ambiente; (3) Conversión ecológica; (4) Gozo y Paz; (5) Amor civil y político; (6) Signos sacramentales y descanso celebrativo; (7) La Trinidad y la relación entre las criaturas; (8) Reina de toda la creación; (9) Más allá del sol.

El centro de la educación y luego de la espiritualidad ecológica es la cuarta sección Gozo y Paz, porque con la adopción de estilos de vida sencillos, que deben ser educados, “La sobriedad que se vive con libertad y conciencia es liberadora” (LS n° 223). “Los niños de hoy son los consumidores del mañana y dependerá de ellos tomar decisiones, incluso las importantes. Si aprenden desde pequeños a cuidar la naturaleza y llevar un estilo de vida ecológico, desarrollarán un enfoque respetuoso con el medio ambiente y sus recursos” (World Wide Fund for Nature (WWF).

La base de toda educación ecológica es siempre la información correcta, condición sine qua non para crear una conciencia, una mentalidad abierta y global. La cultura contemporánea de consumo y la necesidad, hay que reconocerlo, de reconstruir las economías en crisis por la pandemia, predican un camino contrario. De ahí la necesidad de educar especialmente a la juventud a la corresponsabilidad social, abierta a la universalidad de la familia humana, en una visión diferente de las que pueden ser las relación con la creación. Preparar el futuro significa ponerse del lado de los descartados, construir sistemas resilientes e inclusivos para todos, cultivando y custodiando la creación, cambiando de rumbo en nuestra forma de pensar y afrontar los problemas, y esto exige un serio compromiso formativo y educativo de todas las personas, sobre todo de los jóvenes. Por esta razón el propósito del quinto objetivo de Laudato Sí es la espiritualidad cristiana que “propone un modo alternativo de entender la calidad de vida, y alienta un estilo de vida profético y contemplativo, capaz de gozar profundamente sin obsesionarse por el consumo” (LS n° 222).

Es la espiritualidad de gustar de las pequeñas cosas, de gozar con poco. “Es un retorno a la simplicidad que nos permite detenernos a valorar lo pequeño, agradecer las posibilidades que ofrece la vida sin apegarnos a lo que tenemos ni entristecernos por lo que no poseemos” (Ibídem).

Esto requiere “disminuir las necesidades insatisfechas” para reducir el “cansancio y la obsesión.

Se puede necesitar poco y vivir mucho, sobre todo” si se ofrece espacio a otros placeres encontrando “satisfacción en los encuentros fraternos, en el servicio, en el despliegue de los carismas, en la música y el arte, en el contacto con la naturaleza, en la oración. La felicidad requiere saber limitar algunas necesidades que nos atontan, quedando así disponibles para las múltiples posibilidades que ofrece la vida” (LS n° 223).

¿Es esto un llamado a un ascetismo al estilo de Siddhartha o a un ecologismo radical? Este no es el punto de vista cristiano ni tampoco él de LS. El problema es que cuando ciertas virtudes como la sobriedad y la humildad que "no han gozado de una valoración positiva en el último siglo" (LS n ° 224) desaparecen de la vida personal y social, se crean "múltiples desequilibrios, incluidos los ambientales". No basta entonces con hablar sólo de “la integridad de los ecosistemas. Hay que atreverse a hablar de la integridad de la vida humana, de la necesidad de alentar y conjugar todos los grandes valores. Si desaparece la humildad, en los que creen con demasiado entusiasmo en las posibilidades humanas de dominarlo y dirigirlo todo, “sólo puede terminar dañando a la sociedad y al ambiente. No es fácil desarrollar esta sana humildad y una feliz sobriedad”, “si excluimos de nuestra vida a Dios y nuestro yo ocupa su lugar, si creemos que es nuestra propia subjetividad la que determina lo que está bien o lo que está mal” (LS n° 224).

El Papa podría ser acusado de sacar agua para su molino. Ciertamente, aunque en términos nuevos y aceptables también en una ética secular, la LS en el n °225 habla de lo que podría llamarse el fin último de la vida, "la madurez en una sobriedad feliz" que sólo es posible cuando la persona "está en paz consigo misma”. Necesitamos, sin embargo, "ampliar lo que entendemos por paz, que es mucho más que la ausencia de guerra. La paz interior de las personas tiene mucho que ver con el cuidado de la ecología y con el bien común, porque, auténticamente vivida, se refleja en un estilo de vida equilibrado unido a una capacidad de admiración que lleva a la profundidad de la vida. La naturaleza está llena de palabras de amor”, que no se pueden escuchar “en medio del ruido constante, de la distracción permanente y ansiosa, o del culto a la apariencia”.

Un vistazo a los múltiples fenómenos juveniles que entristecen la vida en las sociedades modernas es suficiente para ver cómo "Muchas personas experimentan un profundo desequilibrio que las mueve a hacer las cosas a toda velocidad para sentirse ocupadas, en una prisa constante que a su vez las lleva a atropellar todo lo que tienen a su alrededor. Esto tiene un impacto en el modo como se trata al ambiente. Una ecología integral implica dedicar algo de tiempo para recuperar la serena armonía con la creación, para reflexionar acerca de nuestro estilo de vida y nuestros ideales, para contemplar al Creador, que vive entre nosotros y en lo que nos rodea, cuya presencia no debe ser fabricada sino descubierta, develada”.

La educación ecológica no es educar a la ecología, sino educar el corazón a los valores desvelados por la ecología. “Estamos hablando de una actitud del corazón, que vive todo con serena atención, que sabe estar plenamente presente ante alguien sin estar pensando en lo que viene después, que se entrega a cada momento como don divino que debe ser plenamente vivido. Jesús nos enseñaba esta actitud cuando nos invitaba a mirar los lirios del campo y las aves del cielo, o cuando, ante la presencia de un hombre inquieto, detuvo en él su mirada, y lo amó “.Los Evangelios nos muestran cómo Jesús “estaba plenamente presente ante cada ser humano y ante cada criatura”, y al hacerlo nos muestra “un camino para superar la ansiedad enfermiza que nos vuelve superficiales, agresivos y consumistas desenfrenados” (LS No. 226).

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Los comentarios de nuestros lectores (1)

Nancy T. 13.09.2021 Thank you, Father! Hoping I can get my church on board with the Laudato Si’ Plans.