Después de meses de camino, mujeres y niños desesperadamente enfermos y débiles finalmente cayeron en manos del comandante Papy Kamanzi de la armada ruandés. El les prometió comida y que luego los enviaría a casa. Pero ahora admite haber mentido y dice: “Los llevamos a un bosque y los matamos a golpes de hacha”.  

Kamanzi los mataba uno tras otro con un golpe a la nuca. Como el baño de sangre aumentaba, los métodos de los soldados se hacían más  crueles. “Lográbamos matar hasta 100 por días y hasta más” ha declarado. “Usábamos cuerdas. Era más rápido y non dejaba sangre. Dos de entre nosotros hacíamos acostar uno de ellos en el suelo, dábamos vuelta con una cuerda alrededor del cuello y jalábamos con fuerza”.

La razón por la que este comandante de elite, y padre de dos pequeños niños, llevara a cabo estas horribles masacres de la población Congolesa es simple. El la dice en una frase tan escalofriante cuanto familiar por hechos históricos conocidos: “Se nos ordenó hacerlo”.

La historia de Kamanzi debe ser escuchada por todos los occidentales que aplauden a quien es el autor escondido de estas atrocidades, el brutal gobernante autocrático de Ruanda, el Presidente Kagame. Entre ellos, el secretario británico de Desarrollo Internacional, Andrew Mitchell.

Los líderes del mundo y las lobbies financieras siguen adulando al Presidente Pablo Kagame: sin embargo la realidad sobre su régimen represivo está saliendo a la luz. Se trata de un hombre que lanzó una guerra contra el vecino Congo en 1996 -la cual dejo más de 5 millones de muertos- e hizo pedazos del Congo usando el dinero de los contribuyentes británicos para silenciar sus críticos.

El escuadrón de la muerte de Papy Kamanzi operaba en la selva Congolesa y es allá donde se hizo  culpable de actos de genocidio. Su historia se cuenta en In dancing in the glory of monsters –Danzando en la gloria de los monstruos-. Es un libro, nuevo y brillante, acerca del colapso del Congo escrito por un autor norteamericano quien estuvo 10 años en este país.

Una investigación de las Naciones Unidas descubrió que el ejército de Kagame, junto con sus aliados, había matado a decenas de miles de inocentes refugiados. Es esta una grave acusación portada contra el presidente de Ruanda, quien llegó al poder pretendiendo poner fin a la guerra civil entre Hutu y Tutsi que en 1994 ensangrentó su país.

Después de la masacre de la enorme cifra de un millón de civiles en menos de un año, sobre todo Tutsi, Kagame, con el ejército que comandaba, derrotó a la milicia de los Hutu, responsables del genocidio, y tomó el poder. Fue entonces considerado un libertador. Desde entonces, él ha sabido aprovecharse de la simpatía internacional por la trágica reciente historia de Ruanda y así sofocar la disidencia dentro del país y ganarse amigos, influencias y dinero del extranjero.

Como la ayuda extranjera llegaba al país en grandes cantidades, él pudo dirigir un crecimiento económico, promover la situación de la mujer y erradicar la corrupción. Esta es la Ruanda que seduce a políticos occidentales y organismos de ayuda que la visitan: la exuberante tierra de las mil colinas, del café gourmet, del turismo hacia los gorilas y de altas ambiciones tecnológicas.

Ellos creen que la historia del existo de esta nación es la respuesta al creciente número de críticas que cuestionan los logros conseguidos con todos esos billones de ayuda. Solo que este desesperado deseo de oír buenas noticias de África ha ocasionado que, por un largo tiempo, mucha gente haya hecho caso omiso del gran número de abusos contra los derechos humanos. El olor a hipocresía estila en el aire.

Primero y sobretodo en la hoja de cargos está una larga intervención de Ruanda en su país vecino, el Congo. Lo invadió dos veces, sostuvo milicias en guerras brutales de poder y se benefició con las ganancias de los minerales robados. Las violaciones en masa fueron algo común. El vocabulario léxico ahora incluye palabras como “re-violación” para las mujeres que han sido repetidamente violadas y “auto-canibalismo” cuando las víctimas han sido forzadas a comer su propia carne. 

El presidente Kagame no debería más poder esquivar las inculpaciones con el solo pretexto que su régimen estaba localizando las últimas milicias hutu responsables de las masacres. Kagame ha creado lo que un observador llama “una dictadura étnica, social y económica bien administrada”. La gente habla de un clima de terror, donde equivocarse en una palabra puede llevar a la cárcel o a algo peor.

Las elecciones del ano pasado han sido una farsa; se dieron mientra el régimen encarcelaba los opositores, cerraba los periódicos y usaba instituciones, para nuestra vergüenza, creadas con la ayuda de Inglaterra; uno de los opositores fue decapitado poco antes las elecciones. Fue así que logró el 93 por ciento de los votos.

A pesar de las reservas internacionales generalizadas, Tony Blair –quien es consejero del Gobierno rwandés y usa el jet privado de Kagame- envió al Presidente rwandés un mensaje de felicitaciones. Los Tories, por su parte, han invitado Kagame a tomar la palabra en su congreso de hace cuatro anos, después que Mitchell había llevado a Ruanda un grupo de voluntarios del partido. Ahora, como ministro del Desarrollo Internacional, resta entre los más fervientes sostenedores del régimen ruandés.  

Si la visita a Rwanda de Mitchell resulta hoy tan disgustosa es por el hecho que se da justo pocas semanas después que Scotland Yard ha advertido dos disidentes ruandeses -que viven a Londres- de que sus vidas están amenazadas por los escuadrones de la muerte enviado por el Gobierno de Kagame.

Entre los que están visado es el activista Liberal Democrático René Mugenzi, quien sostiene que el Gobierno de Rwanda quiere matarlo y quien se siente doblemente traicionado por que el Gobierno Británico: éste non solo no quiere condenar las amenazas a su vida sino que sigue enviando ayuda a Kagame. “Y ahora Mitchell va allá como que nada”, se lamenta.

Mientras tanto, los informes sobre asesinados y tentativas de asesinato contra los ex-colaboradores de Kagame se han ido multiplicando. Pablo Rusesabagina, el heroico manager del Hotel que logró  salvar 1.268 persone durante el infierno del genocidio, es uno de los que han sido designados como “enemigos del Estado”. Declara: “Continuaré a decir claramente que necesitamos una verdadera reconciliación y una paz real en este país”.

Palabras valientes que estigmatizan a un Andrés Mitchell, quien por el contrario se hace huésped de un hombre acusado de enviar escuadrones de muerte a matar ciudadanos británicos.

Foto. Apretón de manos entre Andrés Mitchell y Pablo Kagame
Para una comprensión profundizada del tema vea: http://csis.org/files/publication/110623_Cooke_Rwanda_Web.pdf 

Vea también

- ¿Porqué el ministro inglés lo hace todo para  congraciarse el dictador rwandés? De Jason Groves el 27 julio 2011. El ministro ha sido acusado de cerrar los ojos sobre las violaciones de los derechos humanos después que se supo que tendrá entrevistas con el dictador ruandés acusado de crimine de guerra.  Ascolta

Trascrizione fonetica

http://www.dailymail.co.uk/news/article-2019026/Why-aid-minister-cosying-Rwandan-dictator.html#ixzz1Tu91Yg8V  

- By Carina Tertsakian, 29 July 2011 http://africanarguments.org/2011/08/01/human-rights-watch-time-for-a-review-of-uk-policy-on-rwanda/ 

- RNW: Hemos recibido serias amenazas, dice la oposición rwandés. Publicado el 2 di Agosto. De Saskia Houttuin   http://www.rnw.nl/africa/article/we-receive-serious-threats-says-rwandan-opposition. Voces de exiliados y refugiados ruandeses amenazados, misteriosamente desaparecidos o matador no son una novedad. De todo modo, los ruandeses se hacen siempre más   críticos hacia su gobierno y los líderes de la oposición advierten que Kigali puede volverse una grave amenaza también en Europa.

- BBC: Llamado a suspender las ayudas a Rwanda delante de las amenazas dirigidas a los exiliados. 02 de Agosto 2011.http://www.bbc.co.uk/news/mobile/uk-14217337

Recortes de prensa francesa de la Human Rights Watch acerca de las detenciones de dos miembros de la Lega para los Derechos Humanos en la Región de los Grandes Lagos (LDGL):  http://www.hrw.org/africa/rwanda  e http://www.hrw.org/fr/africa/rwanda

La situación de los exiliados ruandeses en África del Sur: http://www.bbc.co.uk/news/world-africa-13769589