La minería y las industrias extractivas, la tala de árboles y la agroindustria fueron las causas más comunes de los asesinatos. Los autores del informe advierten de que las cifras son probablemente una subestimación significativa y no captan toda la magnitud del problema, ya que las muertes se han producido a menudo en ecosistemas cruciales para evitar los peores impactos de la crisis climática. El informe "Década de desafío" documenta predominantemente a México, Colombia, Nicaragua, Perú y Filipinas.

México fue el país en el que se registró el mayor número de asesinatos, con defensores asesinados cada mes, y un total de 54 asesinatos en 2021, frente a los 30 del año anterior. Más del 40% de los asesinados eran indígenas, y más de un tercio del total fueron desapariciones forzadas, incluidos al menos ocho miembros de la comunidad yaqui.

Mientras que en Brasil y la India aumentaron los ataques mortales, de 20 a 26, y de 4 a 14, respectivamente, en Colombia y Filipinas los homicidios descendieron de 65 a 33 en 2021, y de 30 a 19 en 2021, respectivamente. Sin embargo, en conjunto, siguen siendo los dos países con mayor número de asesinatos en el mundo desde 2012.

Más de tres cuartas partes de las agresiones registradas tuvieron lugar en América Latina. En Brasil, Perú y Venezuela, el 78% de los ataques tuvieron lugar en la Amazonia.

El Informe documentó 10 asesinatos en África. La República Democrática del Congo sigue siendo el país con el mayor número de ataques: ocho defensores fueron asesinados allí en 2021. Los ocho asesinatos se produjeron en el Parque Nacional de Virunga, que sigue siendo extremadamente peligroso para los guarda parques que lo protegen.

El documento subraya que el número desproporcionado de ataques contra los pueblos indígenas continúa una vez más, con más del 40% de todos los ataques mortales dirigidos contra los indígenas, a pesar de que solo representan el 5% de la población mundial.

"Es importante retratar a estas víctimas por las personas reales que son. Para mí es más fácil. He estado rodeada de defensores de la tierra y del medio ambiente toda mi vida, y de hecho soy una de ellos", escribe la ecologista india Dra. Vandana Shiva en el prólogo del informe.

"No sólo estamos en una emergencia climática. Estamos en las estribaciones de la sexta extinción masiva, y estos defensores son algunas de las pocas personas que se interponen en el camino. No sólo merecen protección por razones morales básicas. El futuro de nuestra especie, y de nuestro planeta, depende de ellos", afirmó.

No obstante, el informe señala que se han producido algunas victorias significativas para los defensores del medio ambiente. El año pasado, en Sudáfrica, las comunidades indígenas de la Costa Salvaje del Cabo Oriental obtuvieron una victoria legal sobre Shell, obligando a la empresa a detener las prospecciones petrolíferas en las zonas de cría de ballenas. La sentencia fue luego confirmada.

"Se trata de un problema mundial, pero se da casi exclusivamente en el Sur", afirmó Ali Hines, autor del informe y activista de Global Witness. "La corrupción y la desigualdad son dos tipos de factores clave que propician los homicidios. Por ejemplo, en el proceso de concesión de títulos de propiedad de la tierra, puede haber acuerdos de inversión entre empresas y funcionarios corruptos. Los defensores que buscan la justicia se enfrentan a veces a jueces sobornados. Esto nos lleva al tercer factor, que son los altos índices de impunidad. Rara vez se investigan los casos de forma creíble, y mucho menos se lleva a los autores ante la justicia".

El informe insta a los gobiernos a crear un espacio civil seguro para los defensores del medio ambiente y a promover la responsabilidad legal de las empresas, contribuyendo a garantizar la tolerancia cero frente a la violencia contra los activistas.

Ver, Violence against environmental activists