Las mujeres llevan el mayor peso en tiempo de guerra, son las primeras victimas y las que deben buscar la supervivencia para sus familias en medio de los conflictos; sin embargo en las negociaciones y las conversaciones de paz son descuidadas y marginadas.

En la República Democrática del Congo (RDC), las mujeres enfrentan en continuación la violación como arma de guerra da parte de todos los elementos en conflicto. A pesar de la presencia de casi once años de lo que ahora se llama MONUSCO - Misión de la ONU por el mandato de Paz en la RDC - la violencia sexual y de género sumerge todavía gran parte del país, contribuyendo aún más a las generalizadas inestabilidad e inseguridad. Como en todas partes, la respuesta de la comunidad internacional a los conflictos ha supuesto el envío de tropas de paz para proteger a los civiles, facilitar las negociaciones multilaterales entre grupos rebeldes y gobierno de la RDC, y ayudar en la reconstrucción nacional y a los programas humanitarios. Sin embargo, los actores internacionales involucrados en la RDC aún no han puesto suficiente esfuerzo en un aspecto clave del mantenimiento de la paz, que ha demostrado ser efectivo y exitoso en otras zonas en conflicto: el despliegue de fuerzas femeninas de paz.
Hoy en día, las mujeres fuerzas de paz son aproximadamente el 3,33% del total del personal armado de la ONU: 3.332 de cada 100.000. Aunque esta cifra significa un aumento de tres veces respeto al 1% del 1993, estamos todavía muy lejos de la meta del 20% que la ONU se ha propuesto para el 2014, como indica la Resolución 1325. En la actualidad, el Departamento de Operaciones de Paz (DPKO) emplea tres unidades solo-mujeres como fuerzas de paz; ellas están estacionadas en tres países: una unidad de la India y Nigeria en Liberia, una unidad de Bangladesh en Haití y una unidad de Samoa en Timor Oriental.

Tanto los beneficios tangibles e non tangibles de estas unidades solo-mujeres son asombrosas: van desde la potenciación de la mujer en comunidades de acogida y de la interacción en las entrevistas con mujeres víctimas de violencia, a proporcionar una mayor sensación de seguridad en la población - especialmente femenina - y a la mejora en el acceso a la ayuda por parte de las mujeres. Debido a los tabúes y estigmas culturales, las mujeres víctimas de violencia sexual y de género con frecuencia no buscan ayuda ni informan sobre los crímenes de violencia sexual. Fuerzas de paz femeninas pueden mitigar, y de hecho lo hacen, estos problemas.
Las unidades de policía solo-mujeres de la ONU –de la India y de Nigeria- desplegadas en Liberia después del conflicto desde el año 2007, patrullan las calles de Monrovia y protegen la sede de la presidenta Ellen Johnson-Sirleaf. A partir de su despliegue, Monrovia ha experimentado una baja en los índices de la delincuencia y un aumento en los de la cooperación local. Según DPKO, "las fuerzas de paz femeninas actúan como modelos en el ámbito local y a menudo empujan a las mujeres y a las jóvenes, en sociedades dominadas por hombres, para que reivindiquen sus propios derechos y la participación en los procesos de paz". Vea este vídeo http://www.youtube.com/watch?v=jZLc0MdyE9s

¿Cómo aplicar este modelo en la República Democrática del Congo? A diferencia de Liberia, la RDC no está todavía en una etapa de post conflictos, sino más bien en el medio de un brutal y sin fin conflicto en el este. Sin embargo, la teoría que está detrás del despliegue de fuerzas femeninas de policía y de paz sigue queda la misma: mujeres que trabajen con y para las mujeres. En un conflicto donde los hombres son los principales autores de atrocidades - físicas, mentales y sexuales - el despliegue de fuerzas de paz masculinas no es siempre la respuesta más eficaz. Por el contrario, como  se ve en Liberia, el poner mujeres al frente fomenta un sentido de estabilidad, de seguridad y de confianza entre las fuerzas de paz y las víctimas de los conflictos. Por ende, como la guerra en RDC se perpetua de forma indefinida, las necesidades inmediatas y futuras de sus mujeres pueden y deben ser tenidas en cuenta por la comunidad internacional, incluso si eso significa seguir caminos menos convencionales y novedosos como el despliegue de fuerzas de paz femeninas. En los EE.UU., la Administración de Obama está desarrollando un "Plan Nacional de Acción en relación a Mujeres, Paz y Seguridad", para asumir e implementar lo que se refiere a la protección en la Resolución 1325. A medida que el proceso avance, la Administración debería reconocer el importante papel de las fuerzas de paz femeninas, y esforzarse con el integrar a las mujeres en los procesos de construcción de la paz, no sólo como receptores pasivos de la ayuda, sino también como ejecutoras activas de los mismos.