Justicia, Paz, Integridad<br /> de la Creación
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Yihad. La Verdadera Guerra Santa

Intercontinental University 23.11.2017 Martha Leticia Martínez de León Traducido por: Jpic-jp.org

A lo largo de la historia de la humanidad, el hombre y la mujer con poder han despojado de la vida a sus semejantes para conquistar tierras, adquirir minerales, petróleo, han matado ani­males para poseer marfil, pieles, han despojado a cientos de pueblos para dominar tierras, ex­traer sus riquezas, explotar el agua, han asesi­nado y esclavizado al hombre y a la mujer para su servicio pisoteando su dignidad.

Pero entre to­dos estos crímenes los más te­rribles de todos son, asesinar, destruir, dominar en nombre de Dios, gritando que es palabra o voluntad de Dios, sea cual sea el nombre con el que se le pronuncie, o diciendo que Dios dictaminó través de un libro que esto fuese así. Han sido las leyes civiles y los dogmas religiosos los que nos han se­parado de los valores éticos de la dignidad al ter­giversar conceptos y palabras. Un ejemplo es la llamada Yihad o “guerra santa”, que tanto daño ha hecho a la sociedad y a su religión, el Islam.

La Yihad es un concepto del Tasawwuf, del misticismo islámico, llamado “sufismo”, y significa "esfuerzo": el esfuerzo que se realiza interiormente en el camino hacia Dios. La Yihad o guerra santa es una guerra interior que lleva al ser humano a enfrentarse a sus egoísmos. Esta escrito que un día el Profeta (sean con Él la salvación y la paz), dijo: "Volvemos de una pequeña guerra pero nos di­rigimos hacia la gran guerra". Enton­ces alguien preguntó: "¿Cuál es esa gran guerra?", a lo que él respondió: "Se trata de la gran guerra que cada uno debe emprender contra su propio egoísmo". Así, como señala Shaij Khaled: "La gran gue­rra santa no está destinada a extender la fe del Islam bajo el mandato de un tirano. La gran Yihad (Al yihad al-akbar), la yihad de las almas, se remonta a los orígenes del hombre".

Cuando el ser humano tuvo conciencia de todo lo que había recibido de Dios - la inteligen­cia y el conocimiento que lo llevaron a deducir su propia responsabilidad, y su ignorancia ante el universo con el cual se siente unido -, fue cuando concluyó que tenía el poder de elegir su destino, de escoger entre el bien y el mal. Es este el punto islámico de la Yihad donde se reco­noce que esta gran guerra santa, no es más que la lucha del ser humano contra sí mismo, contra el ego. Es por eso que el sufismo dice: “Se debe manipular la vida con las manos, pero sin de­jarla penetrar nunca en el corazón, porque las manos pueden lavarse, pero no así el corazón”.

Pero, ¿qué es el Tasawwuf? Cuando se le pregunta a un maestro sufí sobre que es el Tasawwuf él suele responder de la si­guiente manera:  “Aquello que te ronda en la cabeza, abandónalo; lo que tienes entre manos, ofrécelo; lo que ha de sucederte, no lo esqui­ves”.

Estas bellas palabras nos muestran que el Is­lam es una religión que anhela unir la espiritua­lidad del hombre y la mujer con su humanidad a través de la donación y la entrega al otro. El Islam, desde su corazón, no condena nin­guna religión; al contrario tiene como padre a Abraham, padre del pueblo judío y cristiano, y a Jesús  como el segundo más grande profeta. Esto se lee en la tradición musulmana que dice: “Jesús era lo divino que habla en lo divino, el alma divina revelada a nuestra palabra”.

El camino místico del Islam es un camino de hermandad, que ha sido opacado por el extre­mismo de un grupo de personas. Pero esta mala interpretación no puede llevar a condenar a los musulmanes que viven o tratan de vivir este camino. Las palabras de Mahoma (sean con Él la sal­vación y la paz), van directas al interior del hombre y de la mujer para que sepan convivir en conocimiento y libertad con el otro. Shaij Khaled Bentounés, un maestro sufí, así lo ex­pone: “Los dogmas religiosos han desprovisto al hombre de todas referencias interiores a la espiritualidad; la religión se ha convertido en una ideología en un instrumento de manipula­ción de las masas”. La religión no puede ni debe ser ideología ni doctrina porque lleva a asesinar y a esclavizar.

El misticismo islámico a través de la Yihad invita a una acción re­novadora la cual tiene como punto central agredir al ego (al yo), pero nunca a la cria­tura; nunca a través de actos agre­sivos contra la sociedad. La Yihad nos ensena que al ven­cer día a día en esta guerra, la vida se alarga en intensidad, porque: “Quien es generoso se hace a sí mismo un bien inmenso por que hace que aumente su propia alegría de vivir”.

El Islam no condena a la mujer, al contrario la enaltece al ser considerada la parte femenina de Dios porque lleva en su vientre el don de crear. La vestimenta impuesta a las mujeres ha sido una mala comprensión de las palabras del Pro­feta (sean con Él la salvación y la paz), quien dice: “Dios no contempla ni vuestra apariencia ni vuestras acciones, sino que El mira en vues­tros corazones”. El Islam se fundamenta en la paz del corazón, por lo que un creyente no debe separar su fe de sus actos, pues cada acto tiene un deber y res­ponsabilidad con el otro.

El Islam no condena a ninguna religión, al contrario, enaltece a sus grandes profetas envia­dos a quienes llama Rasûl. Se cree que cada profeta enviado agrega una nueva formula y brinda, así, un mensaje diferente. El Profeta (sean con Él la sal­vación y la paz) decía: “Nadie es superior al otro; sois todos iguales, como las púas de un mismo peine”. Es un error juzgar el Islam con base en actos terroristas de un grupo de hombres que pretenden imponer sus ideas, mas no las del Profeta, y que se hacen llamar jihaidista, da­ñando el bello significado de este concepto.

La Yihad es una guerra espiritual vivida de dos maneras: a través de la lucha interior contra los egoísmos propios; a través de la lucha que se vive como sociedad para eliminar la pobreza y las crisis económi­cas. Estos sentidos la alejan del significado de muerte y armas con lo que se la relaciona en la actualidad.

Un Jihaidista es aquél que combate en su inte­rior y sirve a la humanidad desde su acto social, eliminando día a día de su interior todo anhelo de riqueza y poder que conducen al hombre o la mujer a someter o dañar a sus semejantes, te­niendo como única arma, el amor; solo con él debe de luchar para derrocar a la mentira que se esconde en la manipulada justicia.

La justicia real debe basarse y salvaguardar la dignidad de cada ser humano y no proteger le­yes o dogmas, porque nada es más valioso que la dignidad que consagra la vida del ser hu­mano. “Ayuda a tu hermano oprimido u opre­sor” — a lo que sus compañeros le res­pondieron: “Com­prendemos bien que ten­gamos que ayudar al oprimido. Pero: ¿cómo se puede ayudar al opre­sor?”. En­tonces él les respondió: — Parando su mano, impidiéndole que haga el mal”.

La Yihad invita a cada ser humano a aceptar al otro, a valorarlo, a cuidarlo al desprenderse de sus propios egoísmos. Es una puerta  abierta a la libertad que conduce a cuidar al otro en cada uno de nuestros actos, más allá de si conocemos o no a las personas; sin que nos importe que sus creencias e ideologías concuerden o no con las nuestras. No debemos olvidar que lo conocido hoy como Yihad es una distorsión de su significado real, una mala interpretación que lleva al extre­mismo tanto de quien incurre en él, como de quien discrimina al otro por pertenecer a una religión de la que no tiene un conocimiento claro.

(Extractos y arreglo a cura de Jpic-jp.org. Para leer todo el artículo ir a https://sedosmission.org/article/la-yihad-la-verdadera-guerra-santa/ )

Ver: El rostro escondido del Islam (Video en italiano e inglés)

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Los comentarios de nuestros lectores (1)

essal 13.07.2018 There is no such thing as Jihad. Jihad literally means to strive or survive against violence. Holy War is a Christian thing. Read a history book.